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Guerra de clanes familiares entre las fortunas de Andorra por el rescate de BPA
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DESTAPA LAS VIEJAS RENCILLAS DEL PRINCIPADO

Guerra de clanes familiares entre las fortunas de Andorra por el rescate de BPA

El modelo de rescate de la entidad enfrenta a los diversos clanes familiares andorranos y divide incluso al propio Ejecutivo del país, sumido en una crisis que ha supuesto el fin de un modelo

Foto: Sede de Banca Privada d'Andorra en Andorra la Vella. (REUTERS/Albert Gea)
Sede de Banca Privada d'Andorra en Andorra la Vella. (REUTERS/Albert Gea)

Andorra cumple estos días la máxima de país pequeño, infierno grande. La crisis de Banca Privada d’Andorra (BPA) ha puesto a los andorranos ante su propia realidad en un mundo cambiante: globalización, irrelevancia internacional y el fin de un modelo de grandes fortunas que creaban bancos para ocultar al fisco el dinero de otros millonarios. En este entorno, el modelo de rescate de BPA enfrenta a los diversos clanes familiares andorranos y divide incluso al propio Ejecutivo del país.

Los hermanos Higini y Ramon Cierco, cuya familia controla el 80% de BPA, son los que se llevan todos los palos. El resto de bancos del Principado se niega a aportar fondos al rescate de BPA si los Cierco no responden antes con la totalidad de su patrimonio personal, que incluye, entre otros bienes, la tabaquera Indústries Montanya, el grupo inmobiliario Grimcisa, la cadena de cuatro gasolineras concesionaria de BP, Petrolis Principat, y la cadena hotelera Hotels Plaza (también cuatro establecimientos). El mensaje de la banca al Gobierno es claro: apoyo sí, pero primero que los Cierco se dejen la piel, porque el problema de la acusación de blanqueo de Estados Unidos lo han generado ellos.

Tras esta actitud hay viejas rencillas: por un lado, porque BPA fue el primer banco en iniciar la política de adquisiciones en España, que luego tuvo que ser imitada por los demás. Los Cierco habían aplicado un sorpasso estratégico a entidades mucho mayores, como Crèdit Andorrà, que luego se vieron obligadas a seguirles los pasos en aras de la globalización. También porque otros se sienten directamente perjudicados: es el caso de Jordi Mora y Francesc Mora, copresidentes de Mora Banc.

Mora Banc llegó tarde al desembarco español y ahora su compra del 85% de la firma de gestión de patrimonios Tressis por 40 millones de euros podría naufragar por el vetoadministrativo del Gobierno español.

El éxito de los Cierco en España no se había limitado a la banca. Habían comprado la empresa de prendas de deporte de invierno Grifone, en la que son socios del expresidente de Barça, Sandro Rosell. Precisamente de la mano de Rosell había llegado el mayor éxito social de la familia: que Ramon Cierco fuese miembro de la Junta del FC. Barcelona y responsable del fútbol base, lo que le daba la oportunidad de codearse en el palco del Camp Nou con lo más granado del capitalismo barcelonés y del resto de España, algo vetado a otras familias andorranas de mayor pedigrí.

Los más beligerantes

Más beligerantes aún que los Mora contra los Cierco son las tres familias accionistas de Crèdit Andorrà, el primer banco del país. Una entidad con una cultura de gestión heredada de La Caixa y que controlan las familias Pintat, Casal y Reig. De Estos, en Barcelona la persona más conocida es María Reig (consejera), que controla Reig Patrimonia y es dueña del Hotel Mandarin, ubicado en el Passeig de Gràcia. Sin embargo, en el Principado tiene mucho más peso Jaume Casal Mor (presidente) y Antoni Pintat Mas (vicepresidente). Son los grandes defensores de una liquidación acelerada de BPA y de que se devuelvan la totalidad de los depósitos, y no sólo los 100.000 euros que garantiza la ley, como muestra de la solvencia del conjunto del sistema bancario andorrano.

Los Pintat y los Casal llevan años alternándose en la presidencia deCrèdit Andorrà y ven en la actual crisis una amenaza no sólo a su estilo de vida, sino también a la posición de todo el país. Así, por ejemplo, se negaron a que la línea de crédito que dio el Gobierno a las empresas que operaban con BPA para que no quedasen estranguladas fuera al 0% porque eso discriminaba a sus propios clientes.

Más pragmáticos se muestran los hermanos Cerqueda y la familia Ribas, que controlan Andbank, el segundo banco de este enclave pirenaico. Los Ribas son la familia con más solera. Oscar Ribas Reig fue presidente de Andorra durante tres legislaturas y es el padre de la actual Constitución andorrana. Actualmente ocupa la presidencia de honor de Andbank, mientras que su hijo Oriol Ribas ejerce de vicepresidente. Pero los Ribas son minoritarios. Para el presidente de Andabank, Manel Cerqueda Donadeu, es más prioritario que se les ofrezca una salida digna a los Cierco, ya que con ellos de cara la liquidación de BPA sería mucho más ordenada.

Gobierno dividido

Los Cerqueda no están solos. Otras grandes familias andorranas como los Pérez, que controlan los grandes almacenes Pyrénnées, o los grupos familiares vinculados al turismo y la nieve, como los Solvans, Baró y Torrella o el empresario Joan Viladomat (todos socios de la estación de esquí Grandvalira), se muestran más partidarios de un pacto, si bien se entiende que tampoco los Cierco se pueden ir absolutamente de rositas.

El Gobierno también se encuentra dividido. El presidente andorrano, Antoni Martí, quiere reflotar el banco bueno en el que se convierta BPA, como forma de salvar los más de 268 empleos amenazados por el cierre de la entidad. Su consejero de Finanzas, Jordi Cinca (ex-Crèdit Andorrà), y el de Exteriores, Gilbert Saboya (ex-Mora Banc), están más en la línea de trocear el banco de manera ordenada, en armonía con los que fueron sus antiguos jefes.

Precisamente para superar estas rencillas Antoni Martí clama por la formación de un gobierno de unidad en Andorra para esta legislatura. Para que lo que todavía no se ha cargado el blanqueo de BPA no se lo lleve por delante la guerra de clanes andorranos.

Andorra cumple estos días la máxima de país pequeño, infierno grande. La crisis de Banca Privada d’Andorra (BPA) ha puesto a los andorranos ante su propia realidad en un mundo cambiante: globalización, irrelevancia internacional y el fin de un modelo de grandes fortunas que creaban bancos para ocultar al fisco el dinero de otros millonarios. En este entorno, el modelo de rescate de BPA enfrenta a los diversos clanes familiares andorranos y divide incluso al propio Ejecutivo del país.

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