García Baquero, el queso manchego que estuvo a punto de salir a Bolsa

Nunca vislumbró en lo que se iba a convertir su compañía cuando hace 52 años decidió dedicarse al mundo de los queso. Hersilio García Baquero, que falleció a los 79 años, empezó trabajando a los 12en una vaquería, después pasó a hacer quesos y una noche del año 2000 decidió junto a sus hijos que no quería salir a Bolsa, a pesar de que todo estaba preparado para su anuncio a la opinión pública. “Qué necesidad tenemos de involucrarnos en este jaleo con lo bien que nos lo pasamos”. Así lo cuenta su hijo Miguel Ángel, presente en esa reunión junto a su hermana Mª del Mar. Cuando saltó la crisis financiera, dicen que Hersilio respiró y se reafirmó en su idea de que era mejor no liarse con valores que suben y bajan.

Dedicarse a los quesos fue idea de Franco. Indirectamente. La familia de Hersilio llegó a tener más de 30 vacas que les servía para vender leche a granel en un pueblo como Alcazar de San Juan, que por entonces tenía 15.000 habitantes. “Cuando el Gobierno franquista puso restricciones a la leche cruda, mi padre se fue una semana a Madrid a aprender cómo se hacían otros productos lácteos, como el yogur o el queso”, narra su hijo.

Contaba Hersilio que el primer queso que hizo fue incomestible, pero su perseverancia acabó convirtiendo su empresa en el primer fabricante de quesos de España, la tercera de Europa y el sustento para 800 personas entre trabajo directoe indirecto.

Una gran empresa familiar

En 1996 hubo dos cambios importantes en el capital de la empresa. Ese año, el fundador sólo era propietario al 50% de la compañía. La otra mitad la tenía su hermano, así que Hersilio decidió comprarle un 27,88% de su parte y hacer un pacto para adquirir el resto en un plazo de dos años.

En ese mismo periodoun grupo inversor, Mercapital, adquirió un 16,7% del capital. Fue esteinversor externo quien le animó a salir al parqué madrileño. Quizá influyó su decisión de no salir a Bolsa porque seis años más tardela familia García Baquero se hizo con el 100% de la propiedad y volvió a ser una empresa únicamente familiar.

Hersilio y todo su equipo siguió trabajando en crecer. García Baquero abrió una fábrica en Toro y recientemente otras dos en Lugo y Palencia. Dicen que era un “hombre que vivía por y para la empresa”, pero tuvo tiempo para invertir tiempo (y dinero) en las asociaciones que luchan contra el cáncer. La solidaridad fue otro de los aspectos más destacados por sus vecinos.

Este ciudadrealeño era consciente del esfuerzo que había supuesto levantar una empresa como García Baquero pero que todo, como la vida, era efímero. Sabía que todo lo que había conseguido con los años podía desaparecer de un plumazo. “Lo único que os dejo es una cabeza bien amueblada; el resto os lo pueden quitar”, recuerda Miguel Ángel.