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La maldición de La Seda devora millones
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EL GRUPO QUÍMICO CATALÁN HA ARRUINADO A INVERSORES DE RELUMBRÓN

La maldición de La Seda devora millones

Como en las viejas películas de exploraciones arqueológicas en Egipto, poco importa la leyenda que pese sobre la tumba del faraón: los exploradores europeos siguen llegando

Foto: La maldición de La Seda devora millones
La maldición de La Seda devora millones

Como en las viejas películas de exploraciones arqueológicas en Egipto, poco importa la leyenda que pese sobre la tumba del faraón: los exploradores europeos siguen llegando con el salacot calado. ¡Qué más da la maldición de la momia comparada con la fascinación por abrir el sarcófago! La alegoría sirve para La Seda de Barcelona. El grupo químico lleva más de 20 años agonizando. Y en el proceso se ha convertido en una auténtico monstruo que ha devorado millones y millones.

Hacen falta muchos para cubrir 14 ampliaciones de capital en 21 años. Para hacerse una idea de la debacle, únicamentehace falta saber que en el año 2000 la capitalización bursátil  de La Seda era de 60 millonesde euros y que ahora, con el valor suspendido y tras haberse inyectado sólo en los últimos 13 años por parte de diversos inversores más de 1.000 millones, su valor en bolsa de la compañía, apenas supera los 26.

Esta semana en que La Seda vuelve a estar en concurso de acreedores y teniendo en cuenta la junta de accionistas que se celebrará el próximo 26 de junio, sirva este artículo como sentido homenaje a los caídos por La Seda, a esos inversores, algunos de relumbrón, que uno tras otro han ido perdiendo hasta la camisa en esta empresa de mucho pasado e inquietante futuro.

Jacint Soler Padró. Tiene mérito porque este abogado de Barcelona fue el único que ganó algo, ya que por una peseta se quedó el 56% de La Seda de Barcelona en 1992, año de récords olímpicos en la capital catalana. Compro su paquete a Akzo Nobel y después de múltiples diluciones todavía mantenía el 3% del capital diez años después, hasta que finalmente salió de la compañía. No perdió dinero, pero sí los pantalones en una tempestuosa junta de accionistas, y también su reputación, que nunca se recuperó de esta operación societaria.

Catalana d’Iniciatives. La sociedad de capital riesgo controlada por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat fueron de los primeros entrar. Lo hicieron en 1995 aportando 1,2 millones. Ellos no lo sabían pero estaban haciendo el training en inversiones ruinosas que los llevaría de cabeza a Spanair.

Juan Abelló. La Seda también atrapó en sus redes a un auténtico especialista en saltar de liana en liana por la bolsa española. El holding de Abelló, Inversiones Ibersuizas, primero entró en una filial, Catalana de Polímeros. Y luego ya lo hizo en el capital de la compañía en 1998. Una operación de más de 12 millones de euros. Luego, acudiendo a diversas ampliaciones,alcanzó el 9,15% en 2002 con un valor de mercado en ese momento de más de 13 millones de euros.

José Manuel Lara. El holding de la familia Lara es conocido en la bolsa por grandes pelotazos, como Vueling. Pero también ha tenido resbalones sonados y como no, el mayor de todos fue en La Seda de Barcelona. En 1999 Inversiones Hemisferio compró el 3% de La Seda y fue elevando su participación hasta alcanzar el 5% en 2005. Es evidente que los Lara no entraron en La Seda por sus dividendos y la esperada recuperación del valor no se produjo nunca.

Caixa Catalunya. Se dice en Barcelona que la debacle de las cajas catalanas no se vio venir pero no es cierto: hubo pistas evidentes. Por ejemplo, en 2001 Caixa Catalunya invirtió 2,1 millones en acciones de La Seda, cuando era director general de la entidad Josep Maria Loza.En 2002 habían alcanzado el 3,2% que fueron diluyendo en las sucesivas ampliaciones a las que no acudieron. No fueron tan hábiles en el negocio del crédito ya que todavía son uno de los principales acreedores bancarios de La Seda.

Imatosgil. La filial del grupo portugués Matos entró en 2001 y con su llegada facilitó la desinversión de Abelló y de Lara, que pudieron si no salvar los muebles, sí al menos evitar el linchamiento en sus consejos de administración con ventas progresivas a los lusos. Imatosgil aspiraba a hacerse con un 30% por La Seda pero, por suerte para ellos fracasaron. Para que luego digan que la virgen de Lourdes no hace milagros. Llegó a tener un 10,28% del capital en 2008.

Gustavo Pérez-Carballo. El joven inversor y punta de lanza del tiburón Javier Tallada estaba detrás de la instrumental PC S.XXI que en uno de los momentos más chuscos de una historia ya chusca de por sí llegó a lanzar una OPA sobre el 25% de La Seda. Consiguieron el 13,68% del capital por el que pagaron 15 millones en 2003. Diez años después han diluido su participación. Supuestamente el dinero lo pusieron unos inversores de capital saudí domiciliados en las Islas Vírgenes: Khaled y Salh H. Abahusain. Nunca llegaron a controlar La Seda.

Bestinver. Cuenta la leyenda que el banco de negocios de los Entrecanales nunca falla. Pero hubo una excepción: La Seda de Barcelona. Entraron en la ampliación de capital de 2006, que se llevó a cabo por valor de 416 millones de euros. Llegaron a tener el 4% del capital. Deshacer esta posición les costó caro. En 2008 ya habían perdido un 50% de su inversión.

Omán Oil. En 2007 El grupo inversor del sultanato de Omán, Omán Oil, entró en el capital de La Seda gracias a otra ampliación de capital de 440 millones de euros. A los directivos del sultán Alá les otorgó los petrodólares, pero no el olfato para invertir. La Seda de Barcelona era su única inversión en petroquímica fuera de Omán y visto lo visto nadie les juzgará por no volver a intentarlo. Llegaron a tener el 6% dela compañía, valorado en 89 millones de euros. Casi todo se ha perdido. Les queda el 0,75%.

Caixa Geral. En 2010 ya está claro que el grupo Matos no podía pagar y que las sinergias industriales entre sus activos industriales y los de La Seda eran una entelequia en un entorno de sobreproducción de PET y precios a la baja. Así que la caja portuguesa ejecutó sus garantías y las acciones pignoradas pasaron a su balance: se hicieron con el 18,86% de La Seda, que a precios de entonces valía casi 80 millones de euros. No contentos con esto todavía acudieron a la última ampliación de capital exitosa en 2010 –hubo otra fallida en 2012– en la que se captaron 183 millones de euros. Para colmo también se encuentran entre los principales acreedores de la empresa catalana.

BA Vidrio. El grupo portugués que encabeza Carlos Moreira puso en la ampliación de capital de 2010 un total de 65 millones de euros. Lo ha perdido casi todo. A precios actuales, su paquete del 20% apenas vale 6 millones de euros. A pesar de todo, aseguran que están dispuestos a poner otros 40 millones si los accionistas le apoyan en sus nuevos planes industriales para La Seda. Sí, al parecer, después de 20 años, todavía hay gente dispuesta a seguir aportando fondos.  

Como en las viejas películas de exploraciones arqueológicas en Egipto, poco importa la leyenda que pese sobre la tumba del faraón: los exploradores europeos siguen llegando con el salacot calado. ¡Qué más da la maldición de la momia comparada con la fascinación por abrir el sarcófago! La alegoría sirve para La Seda de Barcelona. El grupo químico lleva más de 20 años agonizando. Y en el proceso se ha convertido en una auténtico monstruo que ha devorado millones y millones.