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La herencia está servida: Bernanke define ya el camino de su sucesor al frente de la Fed
  1. Economía
LAS CLAVES DE LA REUNIÓN DE LA RESERVA FEDERAL

La herencia está servida: Bernanke define ya el camino de su sucesor al frente de la Fed

Los inversores demandaban respuestas. Y las recibieron. No todas, por supuesto. Faltaría más, tratándose de un banco central. Pero, en este caso, la Reserva Federal (Fed)

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La herencia está servida: Bernanke define ya el camino de su sucesor al frente de la Fed

Los inversores demandaban respuestas. Y las recibieron. No todas, por supuesto. Faltaría más, tratándose de un banco central. Pero, en este caso, la Reserva Federal (Fed) estadounidense y, sobre todo, su presidente, Ben Bernanke, ofrecieron una hoja de ruta meridianamente transparente de lo que puede ocurrir con la política monetaria y con la economía norteamericana tanto a corto como a medio plazo. Todo ello, con la sombra de la futura marcha de Bernanke confiriendo a la cita la sensación de que está comenzando a definir su herencia.

1. El calendario del 'QE3'

Ayer, la Fed mantuvo sin cambios su tercera ronda de estímulos cuantitativos, conocida como QE3. Por tanto, seguirá dedicando 85.000 millones de dólares al mes a la compra de deuda pública e hipotecaria. Pero, tal como esperaba el mercado, se avecinan novedades. ¿Cuándo? Bernanke hasta se atrevió a establecer un calendario. El QE3 podría reducirse "a finales de 2013" para finalizar por completo "a mediados de 2014". Esta concreción, además de por ser inusitada en la enrevesada jerga de los banqueros centrales, sorprendió porque el actual presidente de la Fed dejará el cargo el próximo 31 de enero, con lo que, en principio, no le corresponderá a él determinar su fin.

2. Los tipos no se tocan hasta 2015

Aunque para herencia, la que recibirá su sucesor con respecto a los tipos de interés. Llevan entre el 0 y el 0,25% desde diciembre de 2008, y en ese mismo nivel -el más bajo de la historia- se los encontrará quien le releve. Como Bernanke quiso recordar, una cosa es que se reduzca y se retire el QE3 y que la recuperación prosiga su curso y otra muy distinta que vayan a subir los intereses. Ese incremento no se espera, como pronto, hasta 2015. En este caso, el calendario lo define la mayoría de los miembros de la Fed: 14 de los 19 situaron ayer ese aumento dentro de dos años. ¿Y qué ocurrirá luego? Pues el presidente de la Fed mostró de nuevo su lado más visionario. Del mismo modo que su predecesor, Alan Greenspan, realizó unas subidas de tipos "mesuradas" entre 2004 y 2006, Bernanke anticipó que el ciclo de repuntes, cuando sea que llegue, será "gradual".

3. Los objetivos están... para cambiarse

Pero ese pronóstico de que el precio del dinero no se encarecerá hasta 2015 se topó con otra previsión: la correspondiente a la tasa de paro. La Fed prevé ahora que el desempleo descenderá en 2014 hasta un nivel comprendido entre el 6,5 y el 6,8%. Y no son unas cifras cualquiera. En diciembre de 2012, Bernanke vinculó el mantenimiento de los tipos a que el paro siga por encima del 6,5%. Por tanto, a lo largo del próximo año ya rondará ese nivel. ¿Significa, por tanto, que la subida de los tipos podría adelantarse? Podría ser... si la Fed no modificara su objetivo; es decir, si no moviera esa meta del 6,5% y la situara más abajo. ¿Cómo va a hacer eso? Pues, otra vez de forma sorprendente, es lo que ayer deslizó Bernanke. Matizó que ese 6,5% debe ser el tope que se puede permitir EEUU, y que tal vez por eso el banco central podría revisar ese objetivo y ponerse otro más pretencioso -por debajo de esa cifra, por supuesto- antes de tocar los tipos.

4. 'Hiperflexibilidad': siempre puede haber más

El 22 de mayo, Bernanke reconoció ante el Congreso que es consciente de los riesgos que entraña su actual estrategia monetaria, como la posibilidad de generar nuevas burbujas o desequilibrios. Aunque con este tipo de mensajes quiera mostrar su lado más halcón, la experiencia acumulada constata que su plumaje es de paloma. Esto es, que lo suyo es más activar los estímulos que retirarlos. Esa sensación se vio ratificada ayer cuando confesó que la Fed siempre estará "preparada para hacer más si es necesario". El mercado y los agentes económicos lo saben, con todo lo que ello supone en la configuración de las expectativas y en el auténtico margen de maniobra de la Fed, que ahora parece limitado porque da la sensación de que solo puede actuar en una dirección. Nada de retirar el ponche en lo mejor de la fiesta; su función moderna es más la de ser cheerleader.

5. La deuda: ese incómodo 'chivato'

Como le gusta subrayar a Bernanke, "la política monetaria no es la panacea". Y es verdad. Los bancos centrales, todopoderosos en apariencia, no lo son en realidad. El mercado se lo recordó ayer. Al actual presidente de la Fed y a quien le sustituya en febrero de 2014. En cuanto los inversores conocieron el calendario y las intenciones de la Fed, se lanzaron a comprar dólares, a vender acciones y, sobre todo, a deshacerse deuda estadounidense, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja. Como consecuencia, la rentabilidad de los títulos a 10 años tocó la cota del 2,3% por primera vez desde marzo de 2012 y la de los bonos a 5 años superó al 1,2%, algo que no se veía desde agosto de 2011.

Teniendo en cuenta que estos rendimientos sirven como referencia para las hipotecas norteamericanas y para el conjunto de la actividad financiera -encarecimiento de la financiación empresarial, pérdida en la cartera de quienes posean los bonos...-, se trató un aviso que, más que Bernanke, deberá tener muy en cuenta quien le releve: cualquier alteración, por mínima que sea, puede provocar un notable impacto en el delicado entorno financiero actual que, a su vez, se trasladará a la economía. Pero, al mismo tiempo, no retirar los estímulos, primero los cuantitativos y luego los convencionales -subir los tipos- sería otro error, con las burbujas y los excesos crediticios acechando a la vuelta de la esquina. Que pase el siguiente. La herencia está servida.

Los inversores demandaban respuestas. Y las recibieron. No todas, por supuesto. Faltaría más, tratándose de un banco central. Pero, en este caso, la Reserva Federal (Fed) estadounidense y, sobre todo, su presidente, Ben Bernanke, ofrecieron una hoja de ruta meridianamente transparente de lo que puede ocurrir con la política monetaria y con la economía norteamericana tanto a corto como a medio plazo. Todo ello, con la sombra de la futura marcha de Bernanke confiriendo a la cita la sensación de que está comenzando a definir su herencia.