El gran abogado de Iberdrola rompe la disciplina inversora de Galán

Julián Martínez-Simancas, el secretario del consejo de administración de Iberdrola, ha roto la disciplina de inversión que Ignacio Sánchez Galán, el presidente de la eléctrica, exige a sus directivos. El gran abogado de la compañía energética ha vendido recientemente unas 68.500 acciones de la multinacional, por cerca de 300.000 euros, un movimiento inusual entre la cúpula de Iberdrola.

Los empleados de más postín del grupo con sede en Bilbao tienen la norma no escrita de dar ejemplo al resto de accionistas. O lo que es lo mismo, mantener en cartera los títulos que reciben por su retribución variable anual y recibir en papeles, y no en metálico, el dividendo que la compañía paga dos veces al año. Desde que Galán instaló la retribución mediante el dividendo flexible o scrip dividend para evitar la salida de caja, todos los ejecutivos tienen la obligación de optar por cobrarlo en acciones en lugar de en dinero contante y sonante.

Por ese motivo, llama la atención que su hombre de confianza en Iberdrola haya vendido acciones en hasta cuatro ocasiones a lo largo de 2013. La primera desinversión la hizo en febrero, cuando se deshizo de unos 8.260 títulos a 4,01 euros. En marzo repitió operación al vender 8.766 acciones a 3,75, para finalmente desprenderse de unas 51.500 en abril a 3,9 euros. La cantidad es moderada, pero significativa tratándose del perfil del ejecutivo, la persona que mayor conocimiento tiene de los secretos más relevantes de Iberdrola.

Martínez-Simancas es uno de los miembros de la guardia de corps de Galán, de la que también forma parte Fernando Becker. Este directivo, encargado del desarrollo corporativo del grupo, también colocó en el último trimestre del pasado año 58.000 acciones de Iberdrola entre los 3,53 y los 3,71 euros por acción. Las ventas le reportaron al directivo unos ingresos de unos 200.000 euros.

Estas operaciones se han producido en medio de la incertidumbre sobre cómo afectará finalmente la nueva regulación eléctrica a Iberdrola. Todas las medidas adoptadas hasta la fecha por el Gobierno han tenido un impacto de 1.034 millones de euros, lo que ha provocado que la compañía haya decidido recortar un 50% sus inversiones en el país. Como el resto de grupos del sector, la multinacional está a la espera de los próximos reales decretos que prepara el ministro José Manuel Soria para rehacer su balance y su plan de negocio.

Esa inquietud se refleja en la opinión de los analistas, ya que tan sólo un 35% de los que cubren el valor aconsejan comprar Iberdrola. Un 45,9% considera que es mejor esperar y un 18,9% se decanta por vender. El precio objetivo medio es de 4,41 euros, algo por encima de los 4,16 euros a los que se cambia ahora en bolsa. En el año baja apenas un 0,7%, un comportamiento discreto tras bajar en cuatro de los últimos cinco ejercicios.