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Alierta acaba con el monopolio de Slim de la mano del mayor 'lobbista' de México
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EL CONGRESO APRUEBA LA APERTURA DEL MERCADO DE TELECOMUNICACIONES

Alierta acaba con el monopolio de Slim de la mano del mayor 'lobbista' de México

Después de un sinfín de batallas, Telefónica ha conseguido que México apruebe una ley que le permita competir en igualdad de condiciones en el mercado de

Foto: Alierta acaba con el monopolio de Slim de la mano del mayor 'lobbista' de México
Alierta acaba con el monopolio de Slim de la mano del mayor 'lobbista' de México

Después de un sinfín de batallas, Telefónica ha conseguido que México apruebe una ley que le permita competir en igualdad de condiciones en el mercado de las telecomunicaciones. Un hito para César Alierta que, hasta la fecha, se había dado de bruces contra los tentáculos de su gran enemigo, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y el más influyente en el Gobierno de la primera economía de Latinoamérica.

El pasado viernes, el Senado de México dio el visto bueno a un ambicioso proyecto de reforma del sector de las telecomunicaciones y los medios, cuyo objetivo es ampliar la competencia y el acceso a unos mercados dominados actualmente por América Móvil, propiedad de Carlos Slim, y por la alianza formada entre TV Azteca y Televisa, en manos del también magnate Emilio Azcárraga.

Cuatro comisiones de la Cámara Alta han autorizado la primera gran reforma económica del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, después de introducir 18 cambios que obligan a devolver el texto a la Cámara de Diputados. Uno de los principales cambios consiste en permitir que los concesionarios, en los casos en los que el órgano regulador imponga multas o ventas de activos, puedan ampararse contra estas resoluciones y que estas últimas se ejecuten hasta que se resuelva el juicio de amparo.

El Congreso tendrá que elaborar ahora el reglamento de la ley y se da por seguro que introducirá cláusulas que salvaguerden los intereses de Slim y Azcarrága, según indican expertos locales. Pero el solo hecho de que se apruebe una ley que limite el monopolio de América Móvil y Televisa/TV Azteca es un paso histórico en un país que nunca se había atrevido a enfrentarse a estos gigantes de las comunicaciones. 

Según distintas fuentes, el hombre que ha hecho posible este movimiento legislativo contra los poderes fácticos de México es Paco Gil, la persona a la que César Alierta confió la enquistada batalla contra Slim. Gil fue uno de los ejecutivos que más se dejó ver en la toma de posesión de Peña Nieto el pasado mes de noviembre, con numerosos fotos con el nuevo presidente en los medios de comunicación locales, un acto al que también acudió Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL.

Fotos con Peña Nieto

Y es que Gil sabía lo mucho que se jugaba en el envite. Economista de carrera, con estudios en la Universidad de Chicago, su proyección pública llegó como secretario de Hacienda y Crédito Público de México durante el gobierno de Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), organización que en 2000 acabó con 70 años de dominio absoluto del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Lo curioso es que antes había estado también en el ejecutivo de Carlos Salinas de Gortari, del citado PRI, lo que le permitió alcanzar la vicepresidencia del Banco de México y el consejo de administración de Banamex.

Entre uno y otro cargo, entre 1984 y 2000, fue consejero de Avantel, una empresa del sector desde la que se convirtió en un ariete contra el monopolio de Slim. Antes de dejarla por la política, a finales de 2006, Gil fue uno de los que atacó a Telmex, el brazo armado de Slim, para exigirle el pago de un canon si quería entrar en mercados ajenos a las telecomunicaciones.

En 2007 se incorporó a la operadora española, donde comenzó su guerra silenciosa contra Slim. En aquel momento dijo que por primera vez "veo ánimo en el Gobierno federal" para crear un ambiente propicio de competencia en las telecomunicaciones y en el caso concreto de las estrategias de portabilidad, "van en la dirección correcta". Una falsa ilusión porque los sucesivos Gobiernos mexicanos se negaron a abrir un mercado en el que América Móvil tiene el 70% de cuota. El enfrentamiento acabó en 2012 con una demanda de 1.000 millones de Telefónica contra el Estado de México en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).

Casualidad o no, y ya con el nuevo Ejecutivo de Peña Nieto esperando tomar posesión, la compañía presidida por Alierta olvidó incluir este conflicto judicial, el mayor del grupo, en el informe anual que entrega a los accionistas. Al auditor también se le pasó exigir esta reclamación ante el organismo dependiente del Banco Mundial, pese a que de ganarlo supondría ingresar el 50% del dinero que Telefónica factura en México cada año.

La española tiene en este país 20,3 millones de clientes, la gran mayoría de telefonía móvil. Allí obtiene una cifra de negocio de cerca de 1.600 millones de euros, con un oibda de 432 millones. Pese a ser el segundo mercado de Latinoámerica por minutos consumidos, Telefónica no ha conseguido entrar en el negocio de telefonía fija ni en el de la televisión de pago, actividades que hasta ahora le estaban vetadas.

Cuando se desarrolle la normativa, Alierta podrá competir con Slim, con quien nunca ha conseguido trazar una buena amistad. Los dos intentos de Isidro Fainé, presidente de Caixabank y socio del mexicano en el banco Inbursa, fueron infructuosos. Ahora, y por favores a la familia Polanco, Telefónica y America Movil comparten accionariado en Prisa de forma accidental.

Después de un sinfín de batallas, Telefónica ha conseguido que México apruebe una ley que le permita competir en igualdad de condiciones en el mercado de las telecomunicaciones. Un hito para César Alierta que, hasta la fecha, se había dado de bruces contra los tentáculos de su gran enemigo, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y el más influyente en el Gobierno de la primera economía de Latinoamérica.