Pescanova remitirá hoy a los consejeros sus cuentas más inciertas

Pescanova remitirá hoy a sus consejeros sus cuentas más inciertas, ya que el próximo lunes debe enviarlas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Hay dudas sobre si la totalidad de los consejeros las firmarán, en especial los cinco que votaron en contra de la presentación del concurso de acreedores, según han explicado fuentes empresariales cercanas al grupo pesquero. Pescanova ha preferido enviarles las nuevas cuentas que convocar otro consejo.

Poco se sabe de esta nueva contabilidad. Fuentes financieras calculan que la deuda casi doblará los 1.522 millones reconocidos, con más de 1.400 millones más de créditos ocultos en operaciones cruzadas de filiales, participadas y asociadas.

También se espera que Pescanova cierre 2012 con importantes pérdidas. Estos números rojos estarán provocados, entre otros motivos, porque al doblar la deuda se dobla el pasivo y, por tanto, habrá que incrementar los activos asociados, cuya valoración a la baja podría lastrar el resultado. También se prevé que el doble de deuda suponga también el doble de costes financieros, lo que repercutirá de manera negativa en la cuenta de resultados de la multinacional gallega.

De esta deuda los que peor lo tienen en el proceso concursal al que quiere acogerse el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, son los bonistas. Pescanova tiene una deuda viva en bonos de diversas emisiones de 363 millones de euros. Fuentes financieras han explicado que, pese a lo que se creía hasta ahora, ni la cervecera Damm ni su entorno empresarial mantienen en cartera este tipo de títulos.

Damm, con el 6,2% del capital, ha liderado la oposición al presidente de Pescanova. Pero la firma luxemburguesa Luxempart (5,8%) y el fondo de capital riesgo Iberfomento (3,3%) también se oponen a la gestión del presidente de la compañía. Los tres podrían no firmar las cuentas, igual que el presidente de Banesto, Antonio Basagoiti, en su calidad de consejero independiente, o Yago Méndez. Todos ellos votaron negativamente a la senda concursal que quiere iniciar Pescanova en el último y tumultuoso consejo. 

Auditor en falso

Como todo lo que rodea a Pescanova, tampoco se sabe si las cuentas estarán auditadas. El presidente de la multinacional ha impulsado la revocación de BDO, pero esto se ha de aprobar en una junta de accionistas que todavía no ha sido convocada. Por tanto, por ahora, BDO sigue siendo el auditor de Pescanova. Tampoco se sabe si BDO firmará las cuentas, algo que la firma de auditoría se ha negado a hacer por el momento, alegando que la dirección ha estado escamoteando de manera reiterada la información solicitada.

En todo caso, la judicialización del proceso determinará cómo se refinancia el grupo y qué sacrificios han de hacer la cuarentena de bancos acreedores y los bonistas. Cualquier solución pasará por una conversión de los bonos en capital, lo mismo que para una parte de la deuda bancaria.

Administradores concursales

A finales de la semana que viene, Pescanova debería presentar el concurso de acreedores, lo que hará que cualquier decisión sobre la refinanciación pase por el juez al que se le asigne el concurso y los administradores concursales que se nombren.

Pero el tiempo corre, la banca ha cerrado el grifo y el dinero se acaba. De hecho, fuentes empresariales no descartan que Pescanova acelere la presentación de su concurso, una vez que envíe las cuentas a la CNMV, a causa de las tensiones de tesorería que le impedirían mantener la empresa en funcionamiento.

La situación es tal que los socios críticos ya están provisionando. Luxempart valora su paquete en Pescanova en cero euros. Y eso que el grupo luxemburgués invirtió 30 millones, que ahora ya da por perdidos. Damm también deberá asumir un menoscabo similar en sus libros al provisionar esta participación, tal y como ha anunciado.