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Chipre lucha a la desesperada para demostrar que su banca es solvente y evitar el colapso
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REFORMA BANCARIA Y FONDO DE SOLIDARIDAD

Chipre lucha a la desesperada para demostrar que su banca es solvente y evitar el colapso

No será por falta de ingenio. Consciente de que el tiempo se acaba y de que Rusia no parece dispuesta a aportar el dinero que necesita

Foto: Chipre lucha a la desesperada para demostrar que su banca es solvente y evitar el colapso
Chipre lucha a la desesperada para demostrar que su banca es solvente y evitar el colapso

No será por falta de ingenio. Consciente de que el tiempo se acaba y de que Rusia no parece dispuesta a aportar el dinero que necesita el país para completar su rescate, el Banco de Chipre se sacó ayer de la manga un plan B, cuyo eje principal es una reforma bancaria que pretende garantizar la solvencia de su sistema financiero. El objetivo no es otro que evitar que el Banco Central Europeo (BCE) abandone a su suerte a los bancos chipriotas y conseguir que las entidades puedan abrir sus puertas el martes sin que se desate un pánico bancario. 

Porque el límite está muy claro. Lo puso ayer el BCE en un escueto, pero suculento, comunicado: o hay solución antes del martes o no podrá hacer nada por la banca chipriota. Ni siquiera conectarla a la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA, en sus siglas en inglés), el recurso mediante el que presta dinero a las entidades financieras en condiciones extremas. Y no lo haría porque, estrictamente, la institución presidida por Mario Draghi sólo puede inmiscuirse en los problemas de liquidez de las entidades; cuando la situación es más grave y pasa a ser un problema de solvencia, excede los límites de actuación del BCE.

Eso mismo es lo que ocurriría en la mañana del martes con los bancos chipriotas. Si no se concreta de dónde va a sacar Chipre los 7.000 millones que le faltan para completar un rescate que asciende a 17.000 –casi el 100% de su economía-, sus bancos serán insolventes. Y sin la asistencia del BCE, cuando abran sus puertas no dispondrán de dinero para atender las peticiones de los clientes. Estallará así el pánico bancario y el sistema financiero chipriota colapsará, con lo que su salida del euro parecería el siguiente paso, una hipótesis en la que las autoridades europeas ya trabajan por si acaso. Todo eso, el martes.

Maniobras de urgencia

“Antes de que eso ocurriera, si no hay un acuerdo para el martes, lo más sensato es que se prolongara el cierre de los bancos. La alternativa, abrirlos, sería mucho peor. Y salir del euro implicaría asumir que Chipre se va a hundir en la miseria”, asegura el responsable de análisis económico de una firma de inversión española.

Para no verse en esa tesitura, el gobernador del Banco de Chipre, Panicos Demetriades, reaccionó ayer con urgencia. Envió al Parlamento chipriota –y, sobre todo, a Bruselas, el Eurogrupo y el FMI- una propuesta de reforma bancaria que, por un lado, pretende reforzar su viabilidad -es decir, su solvencia- y, por otro, garantiza los depósitos de una cuantía inferior a 100.000 euros. En última instancia, esta maniobra aspira a que el BCE no desasista a los bancos chipriotas y que, de este modo, las entidades puedan abrir sus puertas con garantías el próximo martes.

A la espera de que confirmen los detalles, las primeras filtraciones apuntaban a que los planes de Demetriades pasaban por reestructurar el segundo banco del país, Cyprus Popular Bank -que opera en la isla con el nombre Laiki Bank-, y convertir a la primera entidad chipriota, Cyprus Bank, en una suerte de banco bueno. La parte menos buena -la correspondiente a un banco malo- consistiría en la transferencia de activos a una nueva entidad o bien a algunos de los bancos ya existentes. 

Junto a la reforma bancaria, el Parlamento chipriota también ha recibido la propuesta de crear un Fondo de Solidaridad Nacional. Es decir, un vehículo destinado a proporcionar los recursos financieros que precisa Chipre. Según adelantó la agencia financiera Bloomberg, se nutriría del dinero procedente de la explotación de los hidrocarburos, de la emisión de bonos, acciones y otros títulos y de otras contribuciones, bien sean personales, bien de otros organismos. 

Dos claves para otro fin de semana caliente

El Eurogrupo, reunido ayer por teleconferencia, se mostró dispuesto a estudiar el plan B de Chipre una vez conozca todos los detalles. Que lo bendiga o no dependerá de dos variables fundamentales. La primera, que Nicosia acredite que su sistema bancario, cuyos activos superan en ocho veces el producto interior bruto (PIB) del país, no sólo es solvente, sino que también se va a hacer más pequeño para alcanzar un tamaño más proporcional con la economía. Y la segunda, que los 7.000 millones que debe poner Chipre sobre la mesa para completar el rescate tienen un origen sólido y creíble. Es decir, que no se trata de un castillo en el aire, sino que cuenta con cimientos seguros. En este sentido, toda alternativa que implique incrementar la deuda pública resultará poco fiable porque, con los 10.000 millones que en principio ya recibirá Chipre, la deuda pública del país ya se disparará hasta el 143% del PIB. Recurrir a la emisión de deuda incrementaría esa ratio y condenaría al país a una futura reestructuración. 

La dificultad de superar ambas reválidas anticipa un nuevo fin de semana caliente en la Eurozona, con todos los focos centrados en el Eurogrupo. Será uno más de los muchos que ya se han vivido durante este episodio, la crisis del euro, que estalló en vísperas de otro fin de semana, cuando Grecia solicitó su primer rescate el viernes 23 de abril de 2010. 

No será por falta de ingenio. Consciente de que el tiempo se acaba y de que Rusia no parece dispuesta a aportar el dinero que necesita el país para completar su rescate, el Banco de Chipre se sacó ayer de la manga un plan B, cuyo eje principal es una reforma bancaria que pretende garantizar la solvencia de su sistema financiero. El objetivo no es otro que evitar que el Banco Central Europeo (BCE) abandone a su suerte a los bancos chipriotas y conseguir que las entidades puedan abrir sus puertas el martes sin que se desate un pánico bancario.