Fernández Sousa se impone a Damm, mientras la deuda de Pescanova ronda ya los 3.000 millones

Damm se estrelló contra el presidente de Pescanova. Después de diez horas de Consejo de Administración, Manuel Fernández de Sousa-Faro consiguió mantenerse en el cargo. Y eso que los nuevos cálculos ya sitúan el endeudamiento total de Pescanova en una cifra que ronda los 3.000 millones, según han explicado fuentes del sector financiero.

Hay preocupación entre los 40 bancos acreedores de Pescanova. Cada día que pasa, día que se dispara la deuda del grupo pesquero. Sin embargo, según la nota enviada a la CNMV y firmada por Fernández de Sousa-Faro como presidente, se señala que “por unanimidad, se acordó ratificar la línea de restructuración de su política financiera”.

También se añade que la empresa funciona con normalidad. Por 'normalidad' se debe entender que el grupo pesquero esté en preconcurso, la cotización suspendida en bolsa y la banca acreedora presenciando cómo la deuda oculta crece sin parar día a día.

Portavoces de Pescanova han declinado hacer declaraciones, pero la cifra de pasivo supondría que la deuda, por culpa de la operativa oculta a través de operaciones cruzadas entre filiales y la propia Pescanova, doblaría los créditos reconocidos en la contabilidad oficial: 1.522 millones. O dicho de otra manera, la deuda oculta es casi tanta como la declarada. La incertidumbre en este aspecto es lo que impide a Pescanova presentar sus cuentas y lo que hace que el valor esté suspendido por la CNMV.

El Consejo de Administración que se celebró ayer en Redondela, cerca de Vigo, fue muy largo. El presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa-Faro hizo todo lo posible para intentar evitar que le desplazaran de la presidencia.

Fernández de Sousa-Faro intentó ofrecer la venta de la filial de Chile, donde tiene piscifactorías para el salmón. Pescanova cuenta con una oferta firme de un grupo noruego. El problema es que sólo la nueva deuda que va aflorando ya supera la cantidad que se podría obtener por esta operación. 

Apoyo de la Xunta

La Xunta de Galicia que encabeza Alberto Núñez Feijóo también ha estado dando apoyo a Fernández de Sousa. El consejero de Economía gallego, Francisco Conde, declaró ayer públicamente estar dispuesto a dar apoyo a Pescanova tanto “institucional como económicamente”. Curiosamente, Conde y la banca acreedora pidieron ayer exactamente lo mismo: “conocer las necesidades reales de la empresa”.

Los bancos exigen un plan creíble para Pescanova. Eso incluiría venta de activos, refinanciación para pasar los más de 700 millones de deuda de corto a largo y convertir los bonos convertibles en capital, de manera que se refuercen los recursos propios de la empresa. Mañana hay una reunión para analizar la situación.

También piden un cambio en la presidencia, porque han perdido la confianza en el Fernández de Sousa-Faro tras el descubrimiento de irregularidades contables, cuyo impacto total todavía se desconoce. Pero por ahora, tendrán que esperar.

Damm, al acecho

Si el plan de la banca se aplica, la cervecera Damm, que encabeza la oposición a Fernández de Sousa-Faro, podría hacerse con el control de la compañía. Damm tiene el 6,2% de Pescanova y el presidente de la cervecera, Demetrio Carceller, controla 40 millones de bonos de la última emisión de convertibles en Pescanova. Si el plan se llevara a cabo, su paquete podría acercarse al 20%, con lo que sería capaz de acceder a la presidencia. El mandato de Fernández de Sousa acaba el próximo 23 de abril.

El principal aliado de Damm es la firma luxemburguesa Luxempart, que tiene el 5,8% de Pescanova. Sin embargo, ayer se supo que está vendiendo sus bonos convertibles. En total, vendió 172.890 bonos por 4 millones de euros, un precio siete veces inferior al que había pagado por adquirir estos productos.