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Iberia desafía las líneas rojas impuestas por IAG para cerrar un pacto laboral la próxima semana
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SÁNCHEZ-LOZANO SE REUNIÓ AYER CON LOS ALTOS DIRIGENTES SINDICALES DE LA AEROLÍNEA

Iberia desafía las líneas rojas impuestas por IAG para cerrar un pacto laboral la próxima semana

Las apariencias engañan, y en el caso de la reestructuración de Iberia los acontecimientos de las últimas 48 horas pueden servir para alcanzar un acuerdo sindical

Foto: Iberia desafía las líneas rojas impuestas por IAG para cerrar un pacto laboral la próxima semana
Iberia desafía las líneas rojas impuestas por IAG para cerrar un pacto laboral la próxima semana

Las apariencias engañan, y en el caso de la reestructuración de Iberia los acontecimientos de las últimas 48 horas pueden servir para alcanzar un acuerdo sindical que supere las líneas rojas impuestas por International Airlines Group (IAG) a la dirección de la aerolínea española. El consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, ya le ha advertido a su homólogo y jefe de IAG, Willie Walsh, que será imposible cerrar un pacto con los trabajadores si la compañía no acepta negociar un plan de viabilidad que compense el ajuste laboral y los esfuerzos salariales que se piden a los representantes de los trabajadores.

La reunión que ayer por la mañana mantuvo la dirección de la empresa con el comité de huelga sólo fue un pequeño asalto de tanteo que se saldó como estaba previsto; es decir, sin ningún atisbo de acuerdo, pero con la expectativa de elevar el nivel de las negociaciones en un futuro inmediato. Dicho y hecho, porque durante la tarde el propio Sánchez-Lozano recibió a los dirigentes sindicales para avanzar en un acuerdo que fuentes extraoficiales esperan definir a lo largo de la próxima semana.

En todo este proceso de entendimiento es fundamental el papel del Ministerio de Fomento, cuya titular, Ana Pastor, se reunió el martes por separado con la plana mayor de Iberia, incluido su presidente, Antonio Vázquez, y también con los máximos responsables de los sindicatos mayoritarios de la compañía, UGT y CCOO, además del Sepla. La ministra no quiere abundar en la necesidad de un arbitraje que, en su caso, paralizaría el expediente de regulación de empleo (ERE) presentado la pasada semana por Iberia. Sin embargo, en el Gobierno tienen muy claro que no habrá ningún impedimento legal para propiciar un nuevo laudo si el conflicto amenaza con alterar el desarrollo del turismo que, como acaba de recordar el ministro de Industria, José Manuel Soria, “es el primer sector de actividad económica en España”.

Las tres líneas rojas de Willie Walsh

Las posibilidades efectivas para cerrar un acuerdo laboral dependen, en consecuencia, de la renuncia que esté dispuesta a asumir la casa matriz de Londres en tres aspectos básicos que el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha definido como líneas rojas innegociables con los sindicatos. Dichas condiciones se refieren a la reducción de la capacidad operativa de la futura Iberia con el cierre de rutas que se han demostrado inviables desde el punto de vista económico, así como al desarrollo de la filial Iberia Express y la integración de Vueling en el proyecto corporativo del grupo en España, con acceso directo al hub de Barajas. 

 

Los sindicatos entienden que estos requisitos forman parte de un eventual Plan de Transformación de Iberia que, en la práctica, supone el desmantelamiento de la antigua compañía española de bandera, que quedaría reducida a una empresa subsidiaria de British Airways y focalizada al negocio low cost. Fuentes sindicales entienden que el esfuerzo que la compañía reclama a los trabajadores con la reducción de 3.807 puestos de trabajo y el recorte salarial de hasta un  30% debería ser motivo suficiente para que IAG aporte contrapartidas que garanticen el peso específico de Iberia en el conjunto de la entidad fusionada hace dos años con British Airways.

El conflicto de Iberia supera, en definitiva, los parámetros de un ajuste laboral y trasciende al  propio modelo de negocio que IAG pretende llevar a cabo con sus operaciones en España. Ahí es donde el Gobierno se muestra más proclive a defender los planteamientos de los sindicatos frente a la rigidez del grupo fusionado. El Ministerio de Fomento considera que Willie Walsh está obligado a ceder si quiere sacar adelante un verdadero plan de viabilidad en Iberia, y de ahí que Ana Pastor haga votos un día sí y otro también a favor de un acuerdo que, aunque no satisfaga del todo a nadie, permita encontrar una solución para todos. La clave está en saber si Sánchez-Lozano podrá doblegar la resistencia de su jefe irlandés o, en el mejor de los casos, será capaz de persuadir al Consejo de Administración de IAG, que tiene previsto reunirse la próxima semana en Madrid.

Las apariencias engañan, y en el caso de la reestructuración de Iberia los acontecimientos de las últimas 48 horas pueden servir para alcanzar un acuerdo sindical que supere las líneas rojas impuestas por International Airlines Group (IAG) a la dirección de la aerolínea española. El consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, ya le ha advertido a su homólogo y jefe de IAG, Willie Walsh, que será imposible cerrar un pacto con los trabajadores si la compañía no acepta negociar un plan de viabilidad que compense el ajuste laboral y los esfuerzos salariales que se piden a los representantes de los trabajadores.

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