El sector financiero promueve un certificado de 'productos responsables' para mejorar su imagen

Los escándalos de las preferentes y otros productos vendidos, en algunos casos, de forma engañosa por los bancos han provocado un serio problema de imagen al sector, ante el cual ahora empieza a reaccionar. El objetivo es recuperar la confianza de los clientes y un primer paso lo constituye la nueva etiqueta de productos financieros socialmente responsables que ha creado recientemente la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor). Dicha etiqueta busca garantizar que los clientes sepan lo que compran.

“Con esta certificación, el cliente de un producto financiero puede conocer qué está adquiriendo, de la misma forma que cuando compra un Rioja sabe que no le están dando un Ribera”, comenta uno de los miembros de la aseguradora Caser, que ha participado en su elaboración.

“Informar a los clientes de forma precisa”

La finalidad principal es conseguir transparencia, ya que es muy difícil especificar en qué pueden invertir el dinero de estos productos las entidades. Aunque cada tipo de producto deberá cumplir con unos requisitos específicos, la citada transparencia consiste en excluir de las inversiones los paraísos fiscales y territorios de nula tributación. También se debe garantizar la trazabilidad (el seguimiento) del 100% de las inversiones. Asimismo, las entidades deben comprometerse a “informar a los clientes de forma clara, precisa y entendible de todos los aspectos relevantes”.

Esta norma abarca productos financieros como fondos de inversiones o pensiones, seguros de vida ahorro y entidades de capital riesgo, y con ella se pretende garantizar la transparencia de los mismos. En su elaboración han participado todas las partes implicadas: bancos, aseguradoras y gestoras de fondos, entre otras.

Desde Aenor subrayan que “hay interés entre las entidades para certificar sus productos financieros”. Tal y como comenta Jesús Cañizares, responsable de Sostenibilidad de Aenor, “la certificación aporta rigor, credibilidad y diferenciación”.

Las preferentes se quedan fuera

La norma es un buen comienzo, pero al sector financiero le queda mucho camino por recorrer para recuperar la confianza perdida durante esta crisis tras colocar productos complejos a gente que no cumplía el perfil mínimo para entenderlos.

Además, esta certificación deja fuera a productos tan cuestionados como las participaciones preferentes. Los responsables de la elaboración de esta norma explican que la certificación de este tipo de productos de ahorro se abordará en el futuro. Su argumento es que elaborar una etiqueta de calidad no es sencillo y, por ello, han preferido abordar la tarea por pasos.

El escándalo de las preferentes se ha ido agravando en el último año, ya que los clientes de las cajas nacionalizadas van a perder el dinero invertido. Los que metieron sus ahorros en preferentes, subordinadas y otros títulos de capital híbrido deberán asumir, según impone Bruselas, pérdidas por 12.000 millones. Estos afectados han creado plataformas, han presentado denuncias e intentan reclamar por todas las vías posibles su dinero. Los clientes de entidades no intervenidas han tenido algo más de suerte, ya que los bancos han ofrecido el canje de estos productos para que puedan rescatar parte de lo invertido.