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Los sindicatos de Iberia denuncian 'doble juego' del Gobierno en el conflicto con IAG
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INDIGNADOS POR EL RESPALDO DE BANKIA AL PLAN DE AJUSTE

Los sindicatos de Iberia denuncian 'doble juego' del Gobierno en el conflicto con IAG

El Plan de Transformación de Iberia está abocado a un conflicto político que puede afectar a la imagen del Gobierno en defensa de la que fuera

Foto: Los sindicatos de Iberia denuncian 'doble juego' del Gobierno en el conflicto con IAG
Los sindicatos de Iberia denuncian 'doble juego' del Gobierno en el conflicto con IAG

El Plan de Transformación de Iberia está abocado a un conflicto político que puede afectar a la imagen del Gobierno en defensa de la que fuera compañía española de bandera. Los sindicatos de la aerolínea no han tardado en dejar en evidencia la enorme distancia que separa el “dicho” de los “hechos” en una clara indirecta a las gestiones efectuadas por la ministra de Fomento, Ana Pastor, cuando reclamó hace unos días al consejero delegado de la compañía, Rafael Sánchez-Lozano, que actuase con sensibilidad a la hora de aplicar el plan de ajuste anunciado por IAG.

La intervención de la ministra quedó reducida a un mero gesto político para los representantes de los trabajadores cuando El Confidencial informó poco después del apoyo otorgado por Bankia al drástico plan de ajuste de la aerolínea. IAG e Iberia se han curado en salud con el respaldo de su gran accionista de referencia. Sin embargo, lo más ilustrativo y preocupante para los sindicatos es que la entidad ahora presidida por José Ignacio Goirigolzarri hace ya tiempo que fue nacionalizada y, por lo tanto, sus decisiones estratégicas corresponden al Gobierno.

Bankia forma parte del perímetro de actuación del FROB y, por lo tanto, está encuadrada en el ámbito de poder del Ministerio de Economía, cuyo titular, Luis de Guindos, ha delegado el “dossier Iberia” al secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz. En las discusiones oficiales sobre el futuro de la aerolínea están además involucrados el ministro de Industria, José Manuel Soria, dadas las implicaciones del conflicto en la temporada turística y, lógicamente, la ministra de Empleo, Fátima Báñez.

Los sindicatos recelan de que tantos intereses terminen concluyendo en una estrategia unánime de apoyo a la aerolínea y denuncian que el Ejecutivo está haciendo un "doble juego para salir airoso del trance": “Si verdaderamente les preocupa el impacto social del plan de Iberia, el Gobierno tiene la oportunidad y los instrumentos para demostrarlo a través de los dos representantes de BFA-Bankia en el consejo de administración de Iberia”, señalaron en una nota hecha pública ayer.

La estrategia laboral de los representantes sindicales se desarrolla mientras tanto en una plataforma única de actuación que lleva a los distintos colectivos de la compañía a rechazar cualquier tipo de negociación sobre el plan de reestructuración. El personal de tierra y los tripulantes de cabina se reunieron el lunes con la empresa para cubrir el expediente, mientras que el Sepla dio ayer plantón a la dirección de Iberia anunciando que no se sentarán a discutir ningún acuerdo hasta que no esté sobre la mesa el nuevo laudo sobre Iberia Express. 

Los pilotos exigen, además, que sea el mismo árbitro, Jaime Montalvo, quien decida el contencioso de la filial de bajo coste, un extremo que no parece del agrado de la compañía. En todo caso, el mensaje que subyace no es otro que el rechazo frontal a un plan que afecta a 4.500 bajas equivalentes de plantilla a tiempo total, lo que, según los sindicatos y teniendo en cuenta la estructura operativa de recursos humanos en la compañía, puede suponer el despido de hasta 7.000 trabajadores de los 20.000 que tiene en plantilla Iberia.

Odiosas comparaciones en la evolución de Iberia

El enrarecido clima laboral que ha provocado la reconversión de la antigua compañía española de bandera está perfectamente asumido por la dirección de IAG, que está llevando a cabo intensas gestiones institucionales para justificar sus planes en España. El grupo resultante de la fusión con British Airways maneja datos que son demoledores para el futuro de Iberia tal y como ahora es gestionada, destacando por encima de todo la pérdida de cuota de mercado, que es ya del 8% en sus operaciones entre Madrid y Europa durante los últimos cuatro años.

Las aerolíneas de bajo coste han ido comiendo terreno a Iberia hasta el punto de que hoy absorben el 26% de capacidad operativa en Madrid frente al 16% en Amsterdam, el 13% en París y el 2% en Frankfürt. En España, el 50% de los viajeros usan compañías low cost o el AVE. En paralelo, la empresa española ha reducido su presencia en términos relativos dentro de América Latina, un mercado que ha crecido el 8% en sus conexiones con Europa cuando Iberia sólo lo ha hecho en un 1%, propiciando que otros competidores de Italia, Alemania, Rusia y Francia hayan crecido allí a su costa. Por si fuera poco, los costes de combustible han aumentado un 11% al año desde 2006, mientras los ingresos sólo se incrementaron en un 1% durante el mismo periodo.

En definitiva, cualquier tipo de comparación que se haga se demuestra especialmente odiosa para una aerolínea que hace 20 años ocupaba el puesto 18 en la clasificación mundial del sector y ahora se sitúa en el número 30. A la cola también hay sitio pero IAG considera que para este viaje no hacen falta tantos trabajadores ni esfuerzos financieros.

El Plan de Transformación de Iberia está abocado a un conflicto político que puede afectar a la imagen del Gobierno en defensa de la que fuera compañía española de bandera. Los sindicatos de la aerolínea no han tardado en dejar en evidencia la enorme distancia que separa el “dicho” de los “hechos” en una clara indirecta a las gestiones efectuadas por la ministra de Fomento, Ana Pastor, cuando reclamó hace unos días al consejero delegado de la compañía, Rafael Sánchez-Lozano, que actuase con sensibilidad a la hora de aplicar el plan de ajuste anunciado por IAG.

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