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Iberia amenaza con aumentar los despidos si en enero no está cerrado el plan con los sindicatos
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UGT, CCOO Y SEPLA RECHAZAN, 'DE ENTRADA', EL PLAN DE REESTRUCTURACIÓN

Iberia amenaza con aumentar los despidos si en enero no está cerrado el plan con los sindicatos

La cuenta atrás en Iberia ha empezado. Desde el pasado viernes cuando la compañía presentó el plan de reestructuración hasta finales de enero, que es la

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Iberia amenaza con aumentar los despidos si en enero no está cerrado el plan con los sindicatos

La cuenta atrás en Iberia ha empezado. Desde el pasado viernes cuando la compañía presentó el plan de reestructuración hasta finales de enero, que es la fecha límite propuesta por el consejero-delegado, Rafael Sánchez-Lozano, para cerrar el pacto con los representantes de los trabajadores. Si en tres meses no hay acuerdo, la aerolínea española ha advertido oficialmente que “pondrá en marcha una reducción adicional de capacidad con vistas a asegurar la viabilidad de la empresa”.

Iberia considera que el tiempo es dinero y ha preparado un programa intensivo de recortes que tiene por objeto mejorar la cuenta de resultados en 600 millones de euros en el plazo de los próximos tres años. Según la información remitida a la CNMV, la compañía pretende rematar completamente el ajuste anunciado de sus 4.500 excedentes antes de que termine el verano de 2013, de modo que la aerolínea pueda alcanzar cuanto antes la velocidad de crucero que le permita cambiar el signo de los 300 millones de pérdidas que registrará al cierre de 2012.

Los planes diseñados desde la matriz británica IAG van a generar una fuerte contestación por parte de los sindicatos, que ya han mostrado su negativa a negociar un recorte que equiparan con el que “Angela Merkel intenta llevar a cabo en Grecia”. El Sepla ha cerrado filas con UGT y CC.OO en una plataforma única de interlocución que reconoce la necesidad de abordar un programa de viabilidad para la antigua compañía española de bandera, “pero nunca dejando en la calle a 4.500 trabajadores con 20 días de indemnización por año trabajado”.

Las dificultades intrínsecas de la negociación están descontadas de antemano por la dirección de Iberia, tal y como pone de manifiesto la misma documentación presentada con motivo del “Investor Day” que IAG celebró el día 9 en Londres. En el dossier enunciado bajo el sugerente título de “Transformation Plan” que hizo público Iberia, su primer ejecutivo se curó en salud adelantando la intención de aumentar los recortes tanto si los sindicatos se desentienden del planteamiento de futuro o deciden convocar a la huelga a los trabajadores de la aerolínea.

En los distintos borradores de trabajo que la dirección de la aerolínea ha estado preparando durante los últimos meses la cifra de excedentes laborales ha llegado a alcanzar niveles bastante más elevados. En un primer momento se llegó a discutir la posibilidad de ampliar el ajuste hasta los 6.000 trabajadores pero la anulación del laudo en Iberia Express facilitó a última hora un ajuste fino que, en todo caso, alcanzará a más del 20% de una plantilla total de 21.000 empleados.

Los sindicatos no quieren discutir, de entrada, ningún recorte cuantitativo y exigen que previamente la dirección de la empresa admita la posibilidad de asegurar el tratamiento de los excedentes por las vías no traumáticas que se han empleado en Iberia desde el año 2002. Dicho de otra forma, el objetivo inmediato es evitar que el impacto de la reciente reforma laboral incida en detrimento de las relaciones laborales que tradicionalmente han marcado la pauta de compromiso entre la dirección de la compañía y sus trabajadores. En estas condiciones, la discusión del plan de reestructuración está abocada a un callejón sin salida que puede provocar fuertes tensiones y no poca conflictividad social dentro de la que es la primera empresa española de transporte aéreo.

El Gobierno, tanto a través de la ministra de Fomento, Ana Pastor, como de su colega de Industria, José Manuel Soria, ha salido rápidamente al quite en un intento de suavizar la colisión de intereses en Iberia justo en un momento especialmente crítico para la economía española. La aerolínea es una empresa especialmente sensible para la imagen internacional de España y los sindicatos están convencidos de que el presidente Mariano Rajoy está detrás del afán mediador con que se han mostrado los distintos responsables ministeriales. Habrá que ver si la capacidad de persuasión de los poderes públicos es capaz de mover influencias en la toma de decisiones de una empresa que hace tiempo pasó a manos privadas bajo mayoría de capital extranjero.

La cuenta atrás en Iberia ha empezado. Desde el pasado viernes cuando la compañía presentó el plan de reestructuración hasta finales de enero, que es la fecha límite propuesta por el consejero-delegado, Rafael Sánchez-Lozano, para cerrar el pacto con los representantes de los trabajadores. Si en tres meses no hay acuerdo, la aerolínea española ha advertido oficialmente que “pondrá en marcha una reducción adicional de capacidad con vistas a asegurar la viabilidad de la empresa”.

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