Economía espera el visto bueno de Bruselas para sacar adelante la 'tasa Tobin'

La aprobación de la llamada 'tasa Tobin' a las operaciones bursátiles -adelantada ayer por El Confidencial- tendrá que negociarse con Bruselas y, por tanto, no se aprobará con tanta velocidad como pretendía el Ministerio de Hacienda, que pensaba llevar el nuevo impuesto al Consejo de Ministros de hoy. Economía solicitó ayer un plazo mayor para estudiar el proyecto porque el departamento de Cristóbal Montoro lo ha elaborado sin consultarle, petición a la que se sumó todo el sector financiero, que rechaza unánimemente la medida.

Según fuentes conocedoras de la situación, Hacienda ha elaborado el proyecto de ley a toda prisa y sin consultar con nadie. El miércoles se lo comunicó a BME (Bolsas y Mercados Españoles, la empresa más afectada por el nuevo gravamen) y ayer el director general de Tributos, Diego Martín-Abril, se reunió por primera vez con representantes de la banca, las cajas y las firmas de inversión para presentarles el proyecto. Tampoco había contado con Economía ni con Bruselas, según las fuentes consultadas.

Este hecho ha provocado el enésimo roce entre el departamento de Luis de Guindos y el de Montoro. Economía considera que necesita más tiempo para estudiar la norma y que es imprescindible tener en cuenta a la Comisión Europea, ya que el Memorándum de Entendimiento obliga a pactar con ella cualquier norma que afecte al sistema financiero. Por otro lado, con la introducción de la 'tasa Tobin', España se adelanta al resto de la UE salvo Francia, lo cual hace esta materia especialmente delicada. Por eso, desde algunas instancias del Ministerio se critica la precipitación de Hacienda y que pretendiera sacar adelante la norma sin esa negociación.

El visto bueno de Bruselas no es imprescindible para iniciar su tramitación, tan sólo la comunicación de que se pretende sacar adelante la tasa. La aprobación comunitaria o sus objeciones, en su caso, pueden introducirse en la tramitación parlamentaria de la norma, que será un proyecto de ley.

En cuanto al sector, sus representantes trataron de hacer ver a Martín-Abril que la tasa no se justifica por razones recaudatorias -estiman que conseguirá muy poco dinero tal como se plantea- y que los perjuicios que puede causar son muy superiores a los beneficios: una huida de inversores del mercado español que causaría mucho daño a todo el sector financiero y daría la puntilla a los brokers, ya bastante hundidos por la falta de actividad bursátil y la salida de los extranjeros de España.

Una medida política

"No tienen ningún sentido recaudatorio, sólo se justifica por razones políticas: Rajoy sabe que sus recortes son muy impopulares y que la gente considera que el ajuste lo pagan los de siempre mientras que los especuladores se van de rositas. Con esta tasa pretende decir: no, ellos también van a pagar la crisis", opina una fuente del sector.

Otros en el mundillo, en cambio, consideran que podía haber sido peor: "Se podía haber puesto la tasa a todas las operaciones financieras, incluyendo transferencias, domiciliaciones y otras operaciones bancarias habituales. Eso sí habría tenido efecto recaudatorio pero habría recaído sobre toda la población. De esta forma, es un impuesto bastante limitado que apenas se va a sentir por las clases medias".

La introducción de esta tasa supone una gran sorpresa porque no figuraba en las previsiones gubernamentales. La Comisión Europea lanzó la idea en junio de 2011, pero abrió un período de reflexión hasta finales de 2013 y el único país que la ha instaurado hasta ahora es Francia. La 'Tasa Tobin' -llamada por algunos la'Tasa Robin Hood' porque se pretendía que su recaudación sirviera para fines sociales-, es una demanda tradicional de la izquierda e incluso de los grupos antisistema, ya que grava a "los especuladores", culpables a su juicio de la crisis actual.