La división del mercado sobre el futuro del euro alcanza máximos de trece meses

El euro vive un septiembre crítico y que se presenta como uno de los meses más cruciales para la supervivencia de la moneda única en sus trece años de historia. La incertidumbre sobre si los líderes políticos y los reguladores conseguirán solucionar la crisis y salvar la divisa europea ha conseguido provocar la mayor división en trece meses entre traders y estrategas. 

Los operadores se muestran optimistas respecto a la reunión mensual que celebra este jueves el Banco Central Europeo. El mercado espera que el presidente del organismo, Mario Draghi, anuncie la compra de deuda soberana de los países con problemas de financiación -España e Italia- y los traders creen que esta medida ayudará a que se recupere la confianza en el euro. 

Sin embargo, los analistas consideran que la intervención del BCE en el mercado de deuda degradará a la moneda única. Hans Redeker, el jefe de estrategia financiera de Morgan Stanley en Londres, cree que "el BCE cederá porque no tiene opción", e insiste "el euro inevitablemente se debilitará".

Además, el euro supera el precio que le da el consenso de Bloomberg, en 1,22 dólares, en un 3,3%. La última vez que cotizó con tanta distancia por encima del precio del consenso fue en julio de 2011 y después la moneda se depreció en 10 semanas más de un 9%.

En el mercado de divisas, esta semana la moneda única se mantiene fuerte frente al dólar, y se cambia a 1,26. Redeker afirma que las estimaciones de Morgan Stanley auguran una reducción de su valor del 5,6%, que dejará al euro más o menos en los 1,19 dólares a finales de este año. Sin embargo, a muy corto plazo estos expertos creen que el euro puede alcanzar los 1,30 -sería un buen nivel para vender- si el BCE, finalmente, compra deuda. 

Por su parte, Nick Bennenbroek, jefe de estrategia de Fergo, afirma que tras el subidón que podría registrar el euro gracias al BCE, llegaría una depreciación que situaría a la moneda única por debajo de los 1,20 dólares. 

El futuro de la eurozona es cada vez más dudoso, mientras que las expectativas sobre el crecimiento de Estados Unidos parecen cada vez más claras: más de 70 analistas consultados por Bloomberg prevén un incremento del PIB estadounidense del 2,2% para este año, mientras que la economía de la eurozona se contraerá previsiblemente un  0,4%.