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El Estado se gasta el doble de lo que ingresa durante el primer semestre
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EL SERVICIO DE LA DEUDA ES YA UN 23% SUPERIOR AL GASTO EN EMPLEADOS PÚBLICOS

El Estado se gasta el doble de lo que ingresa durante el primer semestre

La economía española continúa con su proceso de ajuste. Pero los resultados, en términos de reducción del déficit público, siguen siendo magros. Muy magros. Hasta el

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El Estado se gasta el doble de lo que ingresa durante el primer semestre

La economía española continúa con su proceso de ajuste. Pero los resultados, en términos de reducción del déficit público, siguen siendo magros. Muy magros. Hasta el extremo de que en el primer semestre del año -en Contabilidad  Nacional-, los gastos del Estado -lo que realmente se ha comprometido a gastar aunque todavía no lo haya pagado- han crecido un 17,6% respecto del mismo periodo de 2011.

O lo que es lo mismo, la administración central ya tiene obligaciones contraídas por valor de 87.967 millones. Los recursos, por el contrario, apenas han ascendido a 44.879 millones (-4,1%), lo que significa que durante los primeros seis meses del año el Estado se ha gastado prácticamente el doble de lo que ha ingresado.

A destacar el incremento del servicio de la deuda que, de largo, se consolida como la segunda partida del presupuesto público (tras las prestaciones por desempleo). De hecho, el pago de intereses -12.239 millones de euros- supone ya un 23% más de lo que destina el Estado a pagar a los empleados públicos (9.953 millones).  Esto no quiere decir, sin embargo, que el servicio de la deuda sea el causante del desequilibrio presupuestario. De hecho, el déficit primario (sin el pago de intereses) asciende a 30.839 millones en sólo medio año.

La partida destinada a satisfacer la remuneración de los empleados públicos, en todo caso, lejos de menguar continúa creciendo, aunque sea muy ligeramente: un 0,7% frente al primer semestre del año pasado.

En términos relativos, sin embargo, no es así, ya que hay otras partidas que crecen mucho más. La remuneración de los asalariados públicos supone el 11% del total del gasto público, dos puntos menos hace un año.

El aumento de los gastos del Estado también se deriva del hecho de que el Gobierno central ha tenido que salir a socorrer al resto de administraciones públicas. Ya sea mediante anticipos de los pagos a cuenta o para tapar agujeros del desempleo. En concreto, el aumento del paro ha obligado al estado a hacer unas aportaciones adicionales de 4.404 millones al Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), mientras que la Seguridad Social ha recibido otros 2.575 millones.

La administración central, igualmente, ha tenido que hacer anticipos a cuenta a las comunidades autónomas por valor de 5.476 millones, y otros 865 millones han ido a parar a las corporaciones locales. En total, 13.320 millones de gastos adicionales que sesgan al alza los datos de déficit correspondientes a la primera parte del año. En la segunda parte del año se corregirá este efecto. El Gobierno, en todo caso, lo ha compensado con un fuerte ajuste en el capítulo de inversiones. La formación bruta de capital fijo cae un 13%, mientras que las transferencias de capital hacia otras administraciones se desploman casi un 60%.

Los ingresos no tiran

En todo caso, el problema de fondo continúan siendo los ingresos públicos, fuertemente influidos por el deterioro de la actividad económica. Según el informe mensual de recaudación que elabora la Agencia Tributaria, los ingresos tributarios en términos homogéneos caen a un ritmo interanual del 1,4%. Ni siquiera las subidas impositivas aprobadas por el actual Gobierno están teniendo un potente efecto sobre la recaudación.

diez veces más de lo que estima como más probable el Gobierno. El paro se situará el año que viene en nada menos que el 25,2% de la población activa.

La economía española continúa con su proceso de ajuste. Pero los resultados, en términos de reducción del déficit público, siguen siendo magros. Muy magros. Hasta el extremo de que en el primer semestre del año -en Contabilidad  Nacional-, los gastos del Estado -lo que realmente se ha comprometido a gastar aunque todavía no lo haya pagado- han crecido un 17,6% respecto del mismo periodo de 2011.

Presupuestos Generales del Estado