Oliver Wyman y el plan de adelgazamiento para el sector

Los planes de negocio que debe presentar la banca este mes de septiembre deberán describir la reducción prevista del número de empleados, las previsibles ventas de carteras de crédito, la venta de unidades de negocio la venta de activos no estratégicos y la venta de participadas. En pocas palabras, un verdadero plan de adelgazamiento de redes,  balances, participadas y cartera de activos.

Este ajuste ha de incluir, según el documento de Oliver Wyman, los planes de reducción de plantilla hasta 2014 y el detalle de la reducción de servicios centrales.

Así lo detalla un documento de Oliver Wyman que detalla como será el test stress de revisión de calidad de activos que deberá llevar a cabo todo el sector y al que ha tenido acceso El Confidencial. Este nuevo análisis se hace en paralelo y de manera coordinada con las nuevas auditorías a las que se está sometiendo a la banca española. También se ha describir la red de sucursales, qué porcentaje son de propiedad y cuántas son alquiladas, y también los planes de cierre de oficinas hasta 2014.

Venta de activos

Además de la reducción de la red, el test stress espera previsiones de ventas de negocios fuera de España, venta de activos adjudicados, ventas de participaciones mayoritarias en empresas industriales con su valor de realización estimado y la venta de paquetes accionariales no estratégicos.

También se solicitará la valoración de la cartera de seguros y el detalles de los límites de suelo de las hipotecas, porcentaje a partir del cual la hipoteca ya no se revisa a la baja y sus ganancias potenciales.

Plan de negocio futuro

Esta parte planes de negocio futuro de las entidades bancarias son consideradas por Oliver Wyman de baja prioridad y por tanto deberán entregarse al final del calendario, el 27 de julio, según el documento que esta consultora ha remitido a la banca.

Esta parte del plan de negocio incluyen las proyecciones hasta 2014 de volúmenes de crédito, financiación y el precio al que se calcula que se otorguen esos préstamos.

Desde 2009 los bancos españoles deberán presentar un resumen histórico de su evolución crediticia, conjugado con las magnitudes proyectadas, incluyendo posibles “inconsistencias en las estimaciones”.