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La pugna Berlín-París bloquea las aspiraciones españolas a los nuevos nombramientos en la UE
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JUNCKER TENDRÁ QUE SEGUIR AL FRENTE DEL EUROGRUPO VARIOS MESES MÁS

La pugna Berlín-París bloquea las aspiraciones españolas a los nuevos nombramientos en la UE

Angela Merkel y François Hollande siguen sin entenderse en muchos temas. Y estas divergencias de criterio están bloqueando los nombramientos de importantes puestos económicos en la

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La pugna Berlín-París bloquea las aspiraciones españolas a los nuevos nombramientos en la UE

Angela Merkel y François Hollande siguen sin entenderse en muchos temas. Y estas divergencias de criterio están bloqueando los nombramientos de importantes puestos económicos en la Unión Europea. Hoy, en teoría, el Eurogrupo debería tratar, entre otras cuestiones, quién va a ser el sucesor y cuándo va a abandonar su puesto Jean Claude Juncker, el primer ministro luxemburgués que compatibiliza ambos trabajos con desigual fortuna desde el 2005. Todo hace pensar que el acuerdo no está maduro. Y la sucesión de Juncker bloquea otras dos nominaciones importantes: la del puesto en el directorio del Banco Central Europeo que dejó libre el español José Manuel González Páramo y la futura presidencia del Mecanismo Permanente de Estabilización del Euro, cargo para el que había sonado el nombre de la también española Belén Romana, ex directora general del Tesoro.

París y Berlín discrepan de manera notoria sobre la figura del presidente del Eurogrupo. El semanario Der Spiegel habla de un acuerdo franco- alemán para que los dos ministros de Finanzas, Schäuble y Moscovici, se repartan el cargo a razón de dos años y medio cada uno, empezando por el alemán. Además, Berlín querría que ese puesto ganara en fuerza y prestigio, de manera que el presidente del Eurogrupo tuviera el mismo rango que el Presidente del BCE o la Dirección Gerente del FMI. Pero los franceses ya han desmentido al Spiegel: ni hay acuerdo secreto, ni a ellos les hace ninguna gracia que Schäuble acumule tanto poder ni tienen claro cuál debe ser el papel y la importancia futura de Mr. Euro.

Conclusión: Jean Claude Juncker va a tener que prolongar, aunque sea de manera interina, su doble función más allá del día 17 de julio, cosa que no le entusiasma, porque ya ha dicho en varias ocasiones que está harto de ese trabajo y, también, de los desplantes de Angela Merkel. Pero, sabedor de que el asunto no es de inmediata solución, ha puesto sus condiciones. Seguirá mientras Berlín y París se ponen de acuerdo, pero sólo si el puesto vacante en el BCE queda reservado para el también luxemburgués Ives Mersch, presidente del Banco Central del Gran Ducado.

Esta es la prioridad, y sólo después se tomará una decisión sobre quién estará al frente del Mecanismo Permanente de Rescate Europeo. El primer Fondo de  Rescate -que debería fusionarse con el Permanente en los próximos meses- está dirigido por otro alemán, Klaus Regling, quien podría ceder su cargo a la española Belén Romana -o a cualquier otra persona cualificada de cualquier otro país socio- pero sólo si hay otro alemán al frente del Eurogrupo. Eso es lo que quiere Berlín y por eso va a luchar después de haber cedido a un británico la jefatura del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Se trata, como se ve, de un baile de sillas en la que todo está relacionado y condicionado entre sí. Se pretende que los países grandes ocupen puestos decisivos, dejando para los países medianos otros de segundo orden. En el caso español, se ha perdido un puesto clave en el exclusivo Directorio del Banco Central Europeo tal vez por no haber apoyado suficientemente la candidatura de Antonio Sáinz de Vicuña, quien ha sido desde la creación del BCE jefe de los servicios jurídicos de esta entidad. Pero también es cierto que desde la Cancillería Federal se veía a Sáenz de Vicuña como una persona con perfil jurídico pero no financiero y que Madrid, tras conocer ese veto, debería haber buscado cuanto antes otra persona igualmente solvente y aceptable para Berlín.

González Páramo abandonaba Frankfurt a finales de mayo y por esas fechas surgía el nombre de Belén Romana como candidata -con el nihil obstat de Merkel- para presidir el Mecanismo Permanente de Rescate. Han pasado dos meses y nadie ha vuelto a abordar el asunto, ni del lado español ni del alemán. Ese hubiera sido el premio o la compensación por perder el asiento en el BCE, pero la verdad es que se ha quedado durmiendo, de momento, el sueño de una larga noche de verano. Todos estos nombramientos dependen de un acuerdo básico entre Merkel y Hollande que, de momento, parece difícil de alcanzar. Tal vez después de este largo y tórrido verano que nos espera…

Angela Merkel y François Hollande siguen sin entenderse en muchos temas. Y estas divergencias de criterio están bloqueando los nombramientos de importantes puestos económicos en la Unión Europea. Hoy, en teoría, el Eurogrupo debería tratar, entre otras cuestiones, quién va a ser el sucesor y cuándo va a abandonar su puesto Jean Claude Juncker, el primer ministro luxemburgués que compatibiliza ambos trabajos con desigual fortuna desde el 2005. Todo hace pensar que el acuerdo no está maduro. Y la sucesión de Juncker bloquea otras dos nominaciones importantes: la del puesto en el directorio del Banco Central Europeo que dejó libre el español José Manuel González Páramo y la futura presidencia del Mecanismo Permanente de Estabilización del Euro, cargo para el que había sonado el nombre de la también española Belén Romana, ex directora general del Tesoro.