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Uno de cada tres parados ya no cobra ningún tipo de prestación por desempleo
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LA COBERTURA CAE EN PICADO HASTA NIVELES DE 2005

Uno de cada tres parados ya no cobra ningún tipo de prestación por desempleo

La  prolongación de la crisis económica está teniendo efectos devastadores sobre el empleo. Pero también sobre la protección de los parados. Hasta el extremo de que

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Uno de cada tres parados ya no cobra ningún tipo de prestación por desempleo

La  prolongación de la crisis económica está teniendo efectos devastadores sobre el empleo. Pero también sobre la protección de los parados. Hasta el extremo de que la tasa de cobertura ha descendido hasta niveles del año 2005. O lo que es lo mismo, la tercera parte de los desempleados -el 34,6%- no cobra ya ninguna prestación en términos de paro registrado. Porque si la comparación se hace en relación al número de parados en términos EPA (Encuesta de Población Activa) el resultado es todavía peor: casi la mitad de los desempleados no cobra ninguna prestación, ya sea de carácter contributivo o asistencial.

Los datos del Ministerio de Empleo muestran, en concreto, que de los 4,61 millones de parados registrados por los servicios públicos de empleo, 2,9 millones perciben alguna prestación, pero con una tendencia claramente descendente. Al comenzar la crisis, la tasa de cobertura (relación entre el total de beneficiarios y el paro registrado con experiencia laboral más el subsidio de eventuales agrarios) se situaba en el 71%; pero tras el fuerte aumento del desempleo derivado de la recesión, la cobertura (año 2009) llegó a situarse por encima del 85%.

La tasa de cobertura comenzó a bajar de forma intensa a partir de ese momento como consecuencia de que muchos perceptores iban agotando su derecho (dos años como máximo). Así, hasta llegar a la situación actual, en la que el 65,4% de los parados registrados cobra alguna prestación.

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Lo relevante, sin embargo, no es sólo el descenso. También el ritmo. En mayo, la tasa de cobertura cayó un 5,8%, pero es que si se compara con los datos de 2010, el resultado es un desplome de 13 puntos en la protección a los parados. La cobertura no ha caído más debido a que se ha disparado el número de perceptores de la llama Renta Activa de Inserción, un instrumento creado en 2001,, en tiempos de Aznar, que a la larga se ha convertido en el paraguas económico de miles de desempleados.

Al comenzar la crisis, en 2007, apenas 65.600 trabajadores en paro cobraban esta renta, pero hoy son más de 234.000, lo que significa que se ha multiplicado el número por 3,5 veces en apenas cinco años. En paralelo, lo que se ha producido es un descenso del número de parados que perciben una prestación asistencial, que supone cobrar seis meses adicionales de paro una vez agotada la prestación contributiva.

Para cobrar la Renta Activa de Inserción (426 euros al mes), el parado debe haber cumplido los 45 años y carecer de rentas, de cualquier naturaleza, superiores al 75% del SMI.

Efectos de la huelga general

Pese al descenso de los dos últimos años, la tasa de cobertura del desempleo sigue siendo elevada en términos históricos. En los años 80, se situaba en niveles ligeramente superiores al 20%, pero tras la huelga general del 14 de diciembre de 1988, que logró mejorar el nivel de prestaciones, se produjo un fuerte aumento durante todos los años 90, con la única excepción de los ejercicios inmediatamente posteriores al ‘decretazo’ aprobado por el Gobierno del PSOE en 1992.

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Desde el punto de vista de las cuentas públicas, lo relevante es que el deterioro adicional de la actividad económica ha vuelto a incrementar la factura del desempleo. En particular en el nivel contributivo, cuyos beneficiarios cobran, como media, 28,83 euros al día (depende de la cuantía de las bases de cotización.

Tan sólo en mayo, el Estado tuvo que destinar 2.597 millones de euros a financiar el desempleo, lo que supone un 8,3% más. La tasa de aumento contrasta con lo previsto en los Presupuestos Generales del Estado 2012, en los que el Gobierno había estimado un descenso del 5,5%.  La cifra final superará con toda seguridad los 28.805 millones previstos por el Gobierno, de los que alrededor de la mitad se financian con impuestos, ya que las cotizaciones no cubren suficientemente el coste de las prestaciones.

La  prolongación de la crisis económica está teniendo efectos devastadores sobre el empleo. Pero también sobre la protección de los parados. Hasta el extremo de que la tasa de cobertura ha descendido hasta niveles del año 2005. O lo que es lo mismo, la tercera parte de los desempleados -el 34,6%- no cobra ya ninguna prestación en términos de paro registrado. Porque si la comparación se hace en relación al número de parados en términos EPA (Encuesta de Población Activa) el resultado es todavía peor: casi la mitad de los desempleados no cobra ninguna prestación, ya sea de carácter contributivo o asistencial.

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