Los mercados esperan medidas contundentes del G-8 para levantar cabeza

El Ibex ha caído un 6%, ha perdido los 6.600 puntos, ha visto caer y rebotar a la banca y hundirse a Bankia en los últimos cinco días, mientras la prima de riesgo ha superado los 500 puntos básicos por primera vez en la historia del euro. Todo eso ya es papel mojado. Si algo ha provocado esta crisis en los mercados es la sucesión frenética de los acontecimientos y ahora toca G-8.

Los líderes de las mayores economías del mundo se ven las caras este fin de semana en Camp David, EEUU, para tratar de frenar la sangría europea, que ya se ha convertido en una epidemia incontrolable. Esta misma semana, la incapacidad de los partidos griegos y el presidente de la República del país de formar un Gobierno de unidad nacional ha forzado la celebración de nuevas elecciones el próximo mes de junio y, con ello, han puesto entre la espada y la pared a toda Europa, que ahora estudia la mejor forma de orquestar un "divorcio amistoso" -como lo ha llamado el gobernador del Banco de Bélgica, Luc Coene- con uno de sus miembros del sur: Grecia.

Y eso mientras la economía de la zona euro se deteriora a marchas forzadas y sólo aguanta con crecimiento Alemania, que ha sorprendido esta semana con un 0,5% mensual y un PIB del 1,7% anual. Por todo ello, los mercados esperan que el G8 presione a la canciller Angela Merkel y al Banco Central Europeo para que dejen de lado la ortodoxia fiscal que está asfixiando a la región y abran la mano para adoptar medidas extraordinarias de expansión cuantitativa que permitan a los mercados y la economía salir del foso en el que se han metido.

En este sentido, los expertos subrayan que la situación en Europa preocupa en los mercados internacionales y que existe mucho miedo por las consecuencias que podría tener que Atenas abandonase la unión monetaria. Fitch Ratings ha recortado esta semana en dos escalones el rating de Grecia, desde 'B-' hasta 'CCC', lo que lo sitúa a dos peldaños de una nota correspondiente a un situación cercana a la insolvencia.

Por este motivo, si este domingo los líderes del G-8 dan a los mercados un mensaje contundente, se empezará a descontar nuevas inyecciones de liquidez que se anunciarán previsiblemente en forma de LTRO por parte del BCE en su próxima reunión del 9 de junio. De lo contrario, las bolsas europeas y la renta fija podrá repetir una semana de pánico como la que acaba de firmar.