Goiri invierte en 'bankias' y pide a sus empleados que hagan lo mismo

“Tranquilizar al cliente”. Este es el mensaje que José Ignacio Goirigolzarri ha trasladado en apenas 24 horas a los más de 20.000 empleados de Bankia mediante reuniones con el consejo de administración, con los 300 directivos del área comercial y, en último lugar, con los responsables de zona de la entidad. Además, se aconseja a los trabajadores que compren acciones del banco para dar ejemplo. Él ha sido el primero.

El nuevo presidente de Bankia, preocupado por la retirada de depósitos de una clientela temerosa por sus ahorros, se vio obligado a poner un cortafuegos mediante un comunicado público en el que explicó que la institución es sólida y que los depósitos no corren ningún tipo de peligro. Una intervención a través de EFE, sin admisión de preguntas, no a través de una rueda de prensa.

Fue una reacción desesperada para frenar la sangría que el banco estaba sufriendo en bolsa durante la mañana de ayer, jornada en la que llegó a perder casi el 30% de su capitalización. Al mismo tiempo, los directivos con los que Goirigolzarri mantuvo una conferencia telefónica el miércoles se reunían con los directores de zona para trasmitirles el mensaje oficial  Un aleccionamiento que después transmitieron al resto de la plantilla.

“Bankia es una entidad solvente, puede operar normalmente, los ahorros están seguros y el único problema son una provisiones sobre el inmovilizado que no afectan a los clientes” fue la directriz que trasladaron los ejecutivos de segundo nivel a los responsable de negocio. Pero no fue la única instrucción. La última fue más bien un consejo: que los empleados comprasen acciones de Bankia para frenar el desplome en bolsa y dar ejemplo a los clientes.

Una recomendación que provocó controversia entre los asistentes, según varios de los convocados a una de estas reuniones. Sobre todo porque gran parte de los 22.683 empleados que tenía Bankia en julio del pasado año ya adquirieron un gran número de acciones en la Oferta Pública de Suscripción (OPS). Una inversión que ahora les está provocando más de un dolor de cabeza.

En concreto, compraron 14,13 millones de acciones en la salida a bolsa, por las que pagaron 53 millones de euros. Esos títulos valen ahora apenas 20 millones de euros tras el derrumbamiento de la acción, por lo que las pérdidas latentes superan los 30 millones. El problema para muchos de los trabajadores que suscribieron la OPS es que lo hicieron con créditos que aún tienen que devolver. La inversión media en la colocación en bolsa fue de 2.336,5 euros. Ayer, muchos hicieron caso a Goirigolzarri compraron numerosos paquetes de acciones de 100 euros.

La inversión fallida de Rato

El apoyo que ahora piden los directores de negocio de Bankia contrasta con el nulo tratamiento favorable que tuvieron los empleados para acudir a la oferta de acciones. No recibieron ningún tipo de incentivo. A diferencia de lo que suele ser habitual en este tipo de operaciones bursátiles, la empresa no concedió ningún tipo de descuento sobre el precio de la colocación.

Normalmente, las compañías suelen vender las acciones a los trabajadores con una rebaja de entre el 5 y el 8% sobre el precio final. O incluso títulos gratis, como hizo La Caixa en el estreno en los mercados de Criteria y en el de Caixabank. Tampoco recibieron créditos blandos, a un tipo de interés inferior al de mercado, para financiar la adquisición de las acciones, una práctica también muy frecuente en los bancos cotizados. Uno de los que más apostó.

Goirigolzarri ha sido el primer el dar un paso al frente. El presidente de Bankia ha adquirido 23.000 acciones de la entidad, que al precio medio de la última semana eleva la inversión a unos 50.000 euros. Una cantidad que representa el 0,01% de la pensión –casi 53 millones de euros- que recibió por prejubilarse de BBVA. En cualquier caso, una apuesta muy inferior a la que hizo el propio Rodrigo Rato, que en la OPS se gastó 250.000 euros (66.667 acciones), el máximo que podía comprar cualquier inversor particular. Hoy sus acciones apenas valen 97.000 euros.