Olivas (Bancaja) declara la guerra a Rato e impugna el consejo de BFA

A Rodrigo Rato se le declara un nuevo incendio en BFA-Bankia, por si tuviera poco con el veto de Economía a su puja por Unnim o la necesidad de cumplir los requisitos del Gobierno y de la EBA: José Luis Olivas, presidente de Bancaja y ex vicepresidente del grupo, le declaró ayer formalmente la guerra en un consejo en que recuperó todo el poder en la caja valenciana e impugnó la decisión de BFA de revisar la valoración de Banco de Valencia, lo que reduciría el peso de Bancaja en la fusión. Asimismo, llamó a capítulo a sus consejeros en BFA e incluso logró apoyo suficiente para nombrar director financiero de Bancaja a Aurelio Izquierdo, el presidente del Banco de Valencia cuando fue intervenido.

Olivas se toma así la revancha de su salida de BFA-Bankia a raíz precisamente de la intervención del Banco de Valencia en noviembre. Entonces, Rato le dejó sin su cargo y sin su sueldo de 3 millones de euros al año (entre fijo, variable y plan de pensiones), e incluso sin una indemnización que habría alcanzado dos anualidades. 

Pero el ex vicepresidente del Gobierno y ex director gerente del FMI no tenía bastante con esta salida, sino que pretendía utilizar esta intervención como argumento para reducir el peso de Bancaja en la fusión en favor del de Caja Madrid. Para ello, el consejo de BFA acordó el 7 de febrero la contratación de un auditor para certificar estos nuevos pesos, acuerdo que impugnó anoche el consejo de la caja valenciana.

En su reunión ordinaria celebrada este martes en Valencia, la entidad decidió impugnar el acuerdo de la matriz de Bankia al considerar que no existe ningún incumplimiento del contrato de integración. Esta decisión se alcanzó después de que Bancaja recibiera el pasado 9 de febrero una comunicación de BFA sobre la puesta en marcha de un procedimiento que contempla el nombramiento de un auditor, con el objetivo de que se pronuncie sobre la existencia de un posible incumplimiento en relación a la valoración del Banco de Valencia y su evolución tras la intervención por el Banco de España el 21 de noviembre de 2011.

El consejo de administración de Bancaja expresó ayer "su posición firme de defensa de sus intereses en BFA al haberse realizado en su día, julio de 2010, todo el proceso de valoración y auditoría de todos los activos integrados en BFA con las máximas y mismas garantías", según un comunicado emitido por la entidad. El consejo de administración acordó, en consecuencia, impugnar el citado acuerdo del consejo de administración de BFA.

El órgano de control de la entidad valenciana acordó también remitir a los consejeros de Bancaja presentes en el consejo de BFA una comunicación, exigiéndoles que "cumplan las obligaciones inherentes a su condición de representantes de Bancaja en el órgano de gobierno del banco, y que subsanen cualquier situación de conflicto de intereses". Todo un toque de atención para estos consejeros, incluyendo el nuevo vicepresidente de BFA-Bankia, Francisco Pons.

Pero quizá lo más llamativo es la reincorporación de Aurelio Izquierdo a la entidad como director financiero con la responsabilidad de la gestión y control del patrimonio de Bancaja, rescatándole del cargo de presidente de Banco de Valencia, el destierro al que había sido destinado tras dejar sus cargos ejecutivos en Bankia.

Olivas trató de reintegrarlo a Bancaja hace aproximadamente un mes, pero no logró reunir los apoyos suficientes en el consejo, que consideraba mayoritariamente que una caja que ha cedido todo su negocio financiero a un banco no necesita un director financiero. Ahora, la ofensiva "de Madrid" ha cambiado esta situación.

El futuro de Bankia

Todas estas medidas suponen el estallido de una guerra interna de incierta resolución. Algunas fuentes cercanas a la entidad no descartan incluso la ruptura de la fusión, como ocurrió con Banco Base (la integración capitaneada por Cajastur y CAM): "Hay unas penalizaciones muy fuertes impuestas por el Banco de España, pero con las cosas llevadas a estos extremos, no se puede descartar nada", aseguran. 

Sin llegar a una situación tan radical, es innegable que este incendio no puede ser más inoportuno cuando BFA-Bankia busca desesperadamente una solución para su futuro. Descartada la compra de Unnim y, en teoría, de cualquier entidad más grande por la oposición del Gobierno, su futuro pasa porque el Ejecutivo autorice su intención de dotar contra reservas en 2011 el grueso de las provisiones que le exige el Real Decreto de saneamiento. En caso contrario, podría verse abocada a caer en manos de uno de los grandes, presumiblemente La Caixa.