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Olympus y el imperio del ocaso
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EL ESCÁNDALO CONTABLE AMENAZA CON DAR LA PUNTILLA A LA IMAGEN CORPORATIVA DE JAPÓN

Olympus y el imperio del ocaso

Como si de un nuevo tsunami se tratase, el caso Olympus amenaza con arrasar la imagen corporativa de Japón. Cuatro meses después de que estallara uno de

Foto: Olympus y el imperio del ocaso
Olympus y el imperio del ocaso

Como si de un nuevo tsunami se tratase, el caso Olympus amenaza con arrasar la imagen corporativa de Japón. Cuatro meses después de que estallara uno de los mayores escándalos financieros del país, tres directivos de la multinacional, entre ellos el expresidente Tsuyoshi Kikukawa y su segundo, Hisashi Mori, fueron arrestados este jueves en relación con un fraude contable de 1.150 millones de euros descubierto tras la destitución fulminante del ex CEO de la compañía, Michael Woodford, por "divergencias sobre el método de gestión". En realidad, el británico había descubierto un pastel de pérdidas encubiertas y cuestionaba las irregularidades internas de la empresa.

Desde que su cese arrojó luz y taquígrafos sobre el caso, las acciones de Olympus (cuyo valor actual ronda los 4.500 millones de dólares) han caído casi un 50% en la Bolsa de Tokio. Es solo la punta del iceberg: cuando en octubre admitió pérdidas millonarias en inversiones encubiertas desde los 90, la dañada imagen corporativa de Japón se derrumbó. Junto a los primeros espadas de la firma, en la operación del jueves también fueron detenidos dos banqueros que supuestamente ayudaron a ocultar las inmensas pérdidas en inversiones de riesgo con complejos acuerdos de fusiones y adquisiciones. En total, el escándalo ha arrastrado a 19 ejecutivos de Olympus, que prevé una pérdida neta de 311,4 millones en el presente ejercicio.  

Los primeros arrestos indican que los investigadores no apuntan únicamente a los directivos de la corporación, una de las grandes fabricantes mundiales de material fotográfico y equipos médicos. También a intermediarios que supuestamente ayudaron a ocultar las ruinosas inversiones en bolsa, aunque los tres directivos son los cerebros del fraude según el comité de investigación encargado por Olympus, cuyos inversores esperan a la próxima reunión de accionistas del 20 de abril para decidir quién dirigirá el timón e intentar cerrar una asociación de capital para mejorar su balanza de pagos. Las pérdidas fueron expresamente “maquilladas” gracias a un esquema financiero aparentemente diseñado por Mori y el auditor Hideo Yamada y del que Kikukawa tenía conocimiento. Queda por destapar qué bancos financiaron el fraude y qué instituciones estaban involucradas, aunque Woodford apuntase el jueves a SMBC por sus estrechas relaciones con la firma.

"Me siento vengado", dijo en una comparecencia. “Pero la principal víctima de todo esto es Japón, que está en medio de un reto de grandes dimensiones en el que tiene que demostrar que no es una república bananera. Al fin y al cabo, el 70% del dinero de la bolsa de Tokio viene del extranjero”. El británico también describió la guerra sucia en la compañía: "Japón no puede permitirse tener en su índice Nikkei cúpulas directivas que reciben noticias de grandes fraudes y miran para otro lado. Es vergonzante que Japón se permita tener directivos que espían el correo personal de otras personas, como es mi caso. El martes he recibido una carta de mis abogados en que me decían que había noticias de que los antiguos directivos de la empresa han ido a mi casa y han abierto mi correo personal. ¿Qué tipo de gente hace eso?". 

Una deuda sin control

El escándalo no llega en buen momento. El foco de Wall Street no se posa únicamente sobre la deuda soberana europea. Según analistas, la economía japonesa podría alcanzar un punto crítico en un futuro cercano. El yen no pierde fuerza ante el dólar y el euro y la deuda total del país asiático, en relación a su PIB, alcanza el 235% y aumenta cada día. Por establecer una comparación con la eurozona, Grecia y Portugal tienen un ratio de casi 159% y 110%, respectivamente. El país dio a conocer esta semana algunos datos económicos alarmantes: una contracción del PIB mayor a la esperada, del 2,3% anual en el último trimestre de 2011. Es más, Japón, ese incansable motor exportador, admitió que había registrado su primer déficit comercial anual desde 1980. 

Actualmente, el yen se encuentra muy fuerte frente al dólar y al euro. Las exportaciones japonesas parecen más caras que nunca en el mercado internacional. Algunas de las grandes firmas exportadoras del país están registrando pérdidas históricas por la disminución de los envíos al exterior. Mientras, el leal consumidor japonés comienza a considerar los bienes extranjeros más baratos en comparación con los productos nacionales, una situación que agrava el déficit comercial del país. No obstante, el país cuenta con ciertos indicadores bajo los cuales puede comenzar su reconstrucción: por un lado, es el mayor acreedor del mundo y cuenta con sólidas reservas; además, posee un sector empresarial de alto rendimiento y es parte esencial de la cadena productiva mundial de tecnología avanzada.

Como si de un nuevo tsunami se tratase, el caso Olympus amenaza con arrasar la imagen corporativa de Japón. Cuatro meses después de que estallara uno de los mayores escándalos financieros del país, tres directivos de la multinacional, entre ellos el expresidente Tsuyoshi Kikukawa y su segundo, Hisashi Mori, fueron arrestados este jueves en relación con un fraude contable de 1.150 millones de euros descubierto tras la destitución fulminante del ex CEO de la compañía, Michael Woodford, por "divergencias sobre el método de gestión". En realidad, el británico había descubierto un pastel de pérdidas encubiertas y cuestionaba las irregularidades internas de la empresa.