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Santander pasa a fallidos 12.500 millones ante el agravamiento de la crisis
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CADA VEZ ES MÁS DIFÍCIL RECUPERAR LA MOROSIDAD

Santander pasa a fallidos 12.500 millones ante el agravamiento de la crisis

El Banco Santander ha disparado un torpedo contra el mantra de la banca española de que el aumento de la morosidad no es preocupante porque se

Foto: Santander pasa a fallidos 12.500 millones ante el agravamiento de la crisis
Santander pasa a fallidos 12.500 millones ante el agravamiento de la crisis

El Banco Santander ha disparado un torpedo contra el mantra de la banca española de que el aumento de la morosidad no es preocupante porque se recupera una parte muy importante (es decir, vuelve a pagar el préstamo). Antes bien al contrario, en 2011 ha pasado a fallidos -irrecuperables- créditos por valor de 12.429 millones, lo que demuestra que cada vez es más difícil conseguir que los morosos paguen por culpa de la prolongación de la crisis y el imparable aumento del desempleo.

Las cifras del banco que preside Emilio Botín son de lo más elocuente. Comenzó 2011 con un saldo de morosos de 28.522 millones. En el conjunto del ejercicio pasado, restó de esa mora los citados 12.429 millones -los fallidos se restan de la mora y salen del balance- y, aun así, acabó el año con 30.910 millones en mora. Algo que se explica por unas fortísimas entradas netas -nuevos morosos menos recuperaciones- de 15.381 millones, con una aceleración clara en los últimos trimestres. Y eso, a pesar de que se ha adjudicado otros 1.000 millones en inmuebles como pago de creditos incobrables en 2011.

Esto significa, por un lado, que la morosidad, lejos de remitir, cada vez crece más rápidamente. No en vano, la tasa de mora de la red minorista del Santander en España se disparó hasta el 8,5% en 2011, aunque la inclusión del resto de negocios en nuestro país modera la tasa hasta el 5,49%. Por otro, implica que, según pasa el tiempo, se recupera un porcentaje menor de los préstamos morosos; es decir, que la gente que ha dejado de pagar al banco no es capaz de ponerse al corriente en un plazo razonable.

Obviamente, esto se debe a que la crisis no sólo no da señales de tocar suelo, sino que sigue agravándose. El propio Botín dijo ayer en la presentación de resultados de la entidad que "la persistencia de la crisis económica incide sobre la morosidad e incrementa la dotación de provisiones específicas". No obstante, espera que 2012, "aunque es un año muy difícil", va a ir de menos a más a diferencia de 2011".

Los fallidos explican la caída de la cobertura

Este fuerte incremento de los fallidos es lo que explica que, después de dotar 10.562 para insolvencias el año pasado y otros 1.560 de forma extraordinaria, la tasa de cobertura de la morosidad baje del 73% al 61% (en la red Santander en España cae del 52% al 40%).

El consejero delegado del banco, Alfredo Sáenz,  explicó ayer que "la tasa de cobertura depende de lo que se mande a fallidos. Puede aumentar las provisiones, pero si pones mucho en fallidos, desciende el importe de provisiones y la cobertura no sube". Esto se debe a que los fallidos deben provisionarse al 100% (los morosos se provisionan a lo largo de un año y restando el valor de la garantía) y que estas provisiones dejan de computar para la tasa de cobertura.

El Santander presentó ayer una caída del beneficio del 35% en 2011 hasta 5.351 millones, debido a unas provisiones extraordinarias de 3.183 millones para anticiparse a las nuevas exigencias que va a imponer el Gobierno. La tasa de morosidad del conjunto del grupo se situó en el 3,89%, lo que supone un incremento de 0,34 puntos respecto al ejercicio anterior.

El Banco Santander ha disparado un torpedo contra el mantra de la banca española de que el aumento de la morosidad no es preocupante porque se recupera una parte muy importante (es decir, vuelve a pagar el préstamo). Antes bien al contrario, en 2011 ha pasado a fallidos -irrecuperables- créditos por valor de 12.429 millones, lo que demuestra que cada vez es más difícil conseguir que los morosos paguen por culpa de la prolongación de la crisis y el imparable aumento del desempleo.