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Los VIP de Wall Street se visten de coristas para interpretar canciones obscenas
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NOVATADAS DE LA FRATERNIDAD SECRETA DE WALL STREET

Los VIP de Wall Street se visten de coristas para interpretar canciones obscenas

Las famosas fraternidades de los estadounidenses, que han llegado a Europa a través de las películas puramente 'yankies', son más que un club de universitarios. Su

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Los VIP de Wall Street se visten de coristas para interpretar canciones obscenas

Las famosas fraternidades de los estadounidenses, que han llegado a Europa a través de las películas puramente 'yankies', son más que un club de universitarios. Su peso en la cultura del país es tal que hasta los que mueven los hilos de Wall Street tienen la suya propia a pesar de haber abandonado hace años las fiestas de juventud. 

Ahora, The New York Times releva todos los entresijos de esta sociedad hace un tiempo secreta que reúne a los contados grandes financieros del país que han tenido una carrera brillante después de graduarse. La clave para entrar como hermano de Kappa Beta Phi es ser rico, poderoso y bien posicionado socialmente en la Gran Manzana.

Lejos de lo que pueda parecer, teniendo en cuenta que este selecto club lo conforman los hombres más respetados del poder financiero de Estados Unidos, al igual que ocurre en las universidades del país, Kappa Beta Phi no es una excepción en las tradicionales fiestas y novatadas.

Como cada año, los miembros de esta fraternidad organizan una ostentosa fiesta en la que no falta la comida, la bebida y hasta un show de canciones subidas de tono. El enclave elegido como es tradición desde 1930, cuando se juntó por primera vez un grupo exclusivo de ejecutivos como consecuencia del crash de 1929,  ha sido el Hotel St. Regis de Manhattan, en cuyo salón de baile se dieron cita unos 200 hombres ataviados con esmoquin y un puñado de mujeres responsables de los movimientos que diariamente sufren los mercados financieros globales.

Bajo la premisa de que "lo que ocurre en St. Regis se queda en el St. Regis", banqueros, multimillonarios gestores de hedge funds y titanes del private equity quisieron disfrutar en secreto de las delicias de la velada, aunque una vez más la audacia de un periodista ha sacado a relucir los trapos sucios de la cita.

Ni la tormenta que atraviesan los mercados financieros ni la indignación que ha llevado a los ciudadanos a ocupar Wall Street ha disuadido a los 'hermanos' Kappa Beta Phi de suprimir su ostentoso encuentro anual. Entre otros, Alan C. Greenberg, ex presidente de Bear Stearns, Robert H. Benmosche, presidente de American International Group, Meredith Whitney de Whitney Advisory Group o Martin Lipton, socio fundador del bufete de abogados Wachtell, Lipton, Rosen & Katz, se encontraban en la restringida lista de invitados.

De hecho, el movimiento Occupy Wall Street sirvió de argumento en numerosas parodias que arrancaron las carcajadas de los asistentes. Así, William Mulrow, director general de Blackstone, se vistió con andrajos para imitar a un manifestante junto al recién llegado a la fraternidad, Emil W. Henry, de Tiger Infraestructure Partners, disfrazado de un rico barón. "Bill, mírate, eres patético, liberal, necesitas un baño", aseguró el supuesto barón con la voz fingida de indignación. 

Por otro lado, la novatada de los neófitos, como llaman a los nuevos miembros, consistía en vestirse con pelucas, faldas de lentejuelas doradas y pegados tops para interpretar un show de variedades subido de tono para risas del resto de los asistentes. Entre los 21 participantes de la escena entre cómica y patética se encontraban el multimillonario Marc Lasry, fundador de Avenue Capital Group, Warren Stephens, director de Stephens Inc. y Ted Virtue, consejero delegado de MidOcean Partners.

Kappa Beta Phi no siempre ha sido secreta. Cuándo se fundó, The Wall Street Journal publicaba las bajas y altas en la sociedad así como la crónica de las reuniones y los asistentes.

No obstante, los rituales y el oscurantismo de las últimas décadas han creado en torno a la hermandad un halo de exclusividad, como si lanzasen el mensaje “somos especiales”. Y es que, según explican fuentes conocedoras del asunto, “interactúas con más libertad cuando estás con gente de tu nivel. Si eres millonario, debe ser difícil estar a solas con alguien que está pasando dificultades económicas”.

Dentro del grupo, por supuesto, hay galones. Entre sus miembros han pasado Mary Schapiro, presidenta del regulador bursátil del Estados Unidos, Herbert F. Boynton, que fue presidente de la Asociación Nacional de Agentes de Valores o Sidney J. Weinberg cuando fue presidente de lo que hoy en día es Goldman Sachs.

Las famosas fraternidades de los estadounidenses, que han llegado a Europa a través de las películas puramente 'yankies', son más que un club de universitarios. Su peso en la cultura del país es tal que hasta los que mueven los hilos de Wall Street tienen la suya propia a pesar de haber abandonado hace años las fiestas de juventud. 

Wall Street Journal