Ofensiva final: Bruselas, BCE y los mercados se unen contra Berlusconi para que abandone ya

Es la batalla final. El primer ministro italiano Silvio Berlusconi está siendo atacado por todos los flancos. Europa y los mercados quieren a il cavaliere fuera, pero fuera de verdad y definitivamente. Por ese motivo, tanto Bruselas como el Banco Central Europeo están llevando al país al extremo.

En principio, las medidas de recorte de Berlusconi, a cuya aprobación está sujeta su carta de dimisión, pasan el viernes el corte del Senado y el sábado el del Parlamento. El domingo el primer ministro debería estar fuera.

Sin embargo, a falta de un día, Bruselas ha asegurado que estas medidas son insuficientes y ha reclamado más reformas. Lo ha hecho el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quién ha alertado de que cada punto de aumento en el interés de los bonos reducirá un 1% del PIB el crecimiento del país en tres años.

Ayer, con Italia al borde del rescate –la rentabilidad del bono a diez años alcanzó el 7,4%, niveles en los que Portugal, Grecia e Irlanda fueron intervenidas- las autoridades dieron casi la callada por respuesta.

Sólo el BCE hizo como quién mueve ficha comprando de manera anecdótica 100 millones de euros de deuda italiana que apenas sirvió para bajar la prima de riesgo del país, que superó los 560 puntos básicos. Hoy el regulador ha confirmado que comprará más deuda a lo largo de la jornada, pero los detalles no han ido más allá.

Todo apunta a que la estrategia de Europa es, sin permitir que caiga Italia, llevarla hasta las máximas consecuencias para forzar las reformas y la salida de Berlusconi este fin de semana a más tardar.

En este contexto, la presión de los mercados es máxima. El anuncio del primer ministro italiano en la noche del martes, lejos de calmar la situación, aumentó la incertidumbre, hundió las bolsas y disparó las primas de riesgo de Italia y España.

El caso es que los inversores desconfían de que la marcha de Berlusconi sea real, en tanto que la prensa del país ya asegura que il cavaliere está moviendo los hilos para colocar en el gobierno a un hombre de su confianza, con lo que el mandatario continuaría a la sombra.