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Carrera de fondo de las cajas rurales por ver quién logra el poder
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LA FIGURA DE GARCÍA PALACIOS, CLAVE EN EL PROCESO

Carrera de fondo de las cajas rurales por ver quién logra el poder

Frente al fiasco que supuso la estrategia de la caja única auspiciada por el Gobierno andaluz, primero con Manuel Chaves y después con Griñán, las Cajas

Foto: Carrera de fondo de las cajas rurales por ver quién logra el poder
Carrera de fondo de las cajas rurales por ver quién logra el poder

Frente al fiasco que supuso la estrategia de la caja única auspiciada por el Gobierno andaluz, primero con Manuel Chaves y después con Griñán, las Cajas Rurales están llamadas a desarrollar un importante papel. De un lado, la Caja Rural del Sur, que se conduce con la configuración de SIPs, y de otra Cajamar, más orientada a las fusiones. De hecho, Cajamar, además de haber conseguido ya integrar a la Rural de Baleares, hace esfuerzos por penetrar en el Levante atrayendo entidades de Castellón y Valencia.

El proceso de fusión de las Cajas Rurales, que en Andalucía sostiene su principal bastión en la Caja Rural del Sur, con la integración reciente de las de Extremadura y Córdoba, tiene en la figura de José Luis García Palacios, presidente de este SIP y a la vez del Banco Cooperativo Español, una figura clave en una estrategia tendente a crear como máximo dos grandes bloques a nivel nacional, al margen de Cajamar.

La estructura de referencia de las Cajas Rurales es, hoy por hoy, el Banco Cooperativo Español, del que forma parte  el DZ Bank, Banco Cooperativo Alemán. Y así, de la misma forma que las cajas de ahorros configuran sus fusiones confluyendo en bancos, las cooperativas de créditos cuentan ya con esa plataforma desde el año 1990, fecha desde la que ocupa la presidencia García Palacios, vicepresidente a su vez de la Confederación Internacional de Crédito Agrícola, con sede en Zurich.

Aunque el presidente de la Caja Rural del Sur prefiere no adelantar acontecimientos, desde hace meses se vienen manteniendo conversaciones para avanzar en un bloque de entidades en la que estaría la Caja Rural de Asturias, cuyo presidente es vicepresidente a la vez del Banco Cooperativo Español, y Ruralcaja y su Grupo Cooperativo Cajas Rurales del Mediterráneo. Este conglomerado supone más del 80% de los activos del Grupo Caja Rural. Otro bloque de la estrategia nacional auspiciada desde el Banco de España, con un 10% de los activos del Grupo, estaría liderado por la Caja Rural de Ciudad Real, que acaba de unirse con las de Albacete y Cuenca.

Así, a pesar de la hoja de ruta que se pretende desde el Banco de España, entre las Cajas en liza se está produciendo una carrera de fondo por acaparar poder parcial de cara al control de la estructura resultante. Hace sólo un año, desde Caja Rural del Sur, según se aseguró tras la asamblea celebrada por esta entidad en abril de 2010 en Jerez (Cádiz), se planeaba llegar a un acuerdo con la Caja Rural de Ciudad Real y, meses después, desde la propia Caja de Extremadura se aseguraba que se pretendía la unión con Zamora, Salamanca, Córdoba y Jaén, tras constituirse el SIP con la Rural del Sur. Es evidente, por tanto, que sobre el filo de la navaja de las directrices del Banco de España, se producen movimientos no prescritos tendentes a acaparar parcelas de poder para instrumentalizarlas en esta carrera de fondo.

Un proceso a la contra

Dentro de esta estrategia, a la que el Banco de España apremia, García Palacios advierte de que este proceso "va un poco en contra del sistema cooperativo en Europa, pero estamos en una situación de crisis y se han adoptado una serie de medidas que en otros momentos no se adoptarían". De hecho, las Cajas Rurales, con un índice de morosidad inferior a las de ahorro, no han estado expuestas a la crisis del ladrillo y, por otra parte, conservan una relación muy especial con el contexto en el que se encuentran. En este sentido, el SIP constituido entre la Rural del Sur, Extremadura y Córdoba, tiene como referencia el sector agroalimentario ibérico, donde la función de estas tres entidades era complementaria y ahora sale fortalecida.

A pesar de que García Palacios asegura que "las puertas de la Caja Rural del Sur están abiertas para aquél que quiera venir con las debidas formas", todo apunta a que la unión de Ciudad Real con Albacete y Cuenca va a obligar al SIP del Sur a mover pieza, sobre todo si se tiene en cuenta que también el bloque de Levante está avanzando animado por la competencia de Cajamar, que trata de pescar en la órbita de Ruralcaja. Frente a las entidades integradas en la Asociación Española de Cajas Rurales, Cajamar, que salió de ella después de un largo proceso judicial, mantiene una autonomía desde la zona oriental andaluza.

La solución final al proceso de uniones entre las Cajas Rurales, que limita de un lado con la Caja Rural del Sur y de otro con Ruralcaja, llamadas a entenderse en la fase última para sumarse a ellas Ciudad Real y otras menores, promete desarrollar en los próximos meses una serie de movimientos en los cuales las dos grandes entidades antes citadas puedan unir a socios con los que asumir un mayor control de cada cual en la fase final de la hoja de ruta, en la que el hecho de que García Palacios haya sido durante veinte años presidente del Banco Cooperativo Español le coloca en una situación privilegiada.

Frente al fiasco que supuso la estrategia de la caja única auspiciada por el Gobierno andaluz, primero con Manuel Chaves y después con Griñán, las Cajas Rurales están llamadas a desarrollar un importante papel. De un lado, la Caja Rural del Sur, que se conduce con la configuración de SIPs, y de otra Cajamar, más orientada a las fusiones. De hecho, Cajamar, además de haber conseguido ya integrar a la Rural de Baleares, hace esfuerzos por penetrar en el Levante atrayendo entidades de Castellón y Valencia.

Banco de España