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Dime dónde vives y te diré cuánto IBI pagas
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Dime dónde vives y te diré cuánto IBI pagas

Una vez al año, el bolsillo de los propietarios de pisos y casas recibe una visita que no suscita precisamente entusiasmo. La protagoniza un recibo que

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Dime dónde vives y te diré cuánto IBI pagas

Una vez al año, el bolsillo de los propietarios de pisos y casas recibe una visita que no suscita precisamente entusiasmo. La protagoniza un recibo que responde al nombre de Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). La escasa alegría que genera en la economía familiar se debe a que exige un desembolso considerable. Tanto es asi que uno de cada seis euros de los casi 53.000 millones recaudados por los ayuntamientos españoles en 2008 proviene de esta tasa.

Pero ese bolsillo sufre más o menos en función de la ciudad en la que se ubique la vivienda, según un estudio elaborado por Eroski Consumer realizado tras comparar la cuantía del impuesto que ha pagado en 2010 una familia definida convencionalmente como clase acomodada o alta, otra de clase media (la más numerosa en nuestro país) y una tercera con menos recursos económicos, denominada clase baja.

Todas ellas residentes en un piso característico (superficie, calidad de construcción, zona de la ciudad) de su nivel económico-social en 18 capitales: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Córdoba, Granada, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza.

Barcelona se mantiene como la capital con el IBI más caro y Madrid, la segunda

Los datos son elocuentes: una familia de clase media (a la que se asignó a modo de simulación un piso de 100 metros cuadrados) en Barcelona paga 589 euros al año en concepto de IBI (78 euros más que en un estudio similar elaborado por Eroski Consumer en 2006) mientras que en Burgos ha de desembolsar una tercera parte de esa cuantía, 181 euros (32 euros más que hace cuatro años). Además, la tasa de la ciudad condal duplica la del 80% de las ciudades seleccionadas para este estudio y que facilitaron datos a la revista.

También Madrid fija con sus 429 euros el segundo IBI más caro de las 18 ciudades comparadas para esta vivienda de segmento medio, pero a mucha distancia de la capital catalana. Aunque en 2006 se cobraba en la capital española la mitad que en la ciudad condal, en cuatro años se ha producido un incremento de casi el 70% en el recibo del IBI, la evolución más destacada del estudio. Esto se debe a dos factores: por un lado, el tipo impositivo ha subido en cuatro años un 12%. Por otro, el resto de incremento de la cuota se justifica por la incorporación paulatina del incremento de valor derivado de la revisión catastral. Además de en Burgos, la fiscalidad menos gravosa para este tipo de vivienda, inferior a 260 euros, se encontró en A Coruña, Málaga, Murcia, Pamplona, Valencia, Valladolid y Zaragoza.

Por su parte, San Sebastián fija, con sus 363 euros, el tercer IBI más caro para las familias de clase media de las 18 ciudades comparadas, seguida de Vitoria, con 335 euros (en la capital alavesa, se han tomado como referencia valores catastrales medios de tres barrios de la ciudad, Ensanche, Coronación y Adurza). Las de Alicante, Bilbao, Córdoba y Oviedo pagan una cuota de IBI intermedia, entre 270 y 300 euros, siempre hablando del piso tipo empleado en el informe para estos hogares.

En cuanto a la vivienda de las familias de clase baja (superficie de 83 metros cuadrados), la capital alavesa lidera la lista con la cuota de IBI más onerosa, 325 euros. La segunda en la lista es Barcelona, como ya lo hizo en 2006 (en este segmento se pagan 238 euros, 35 euros más que hace cuatro años). El desembolso en la capital catalana es el doble que el de Valladolid, Pamplona, Oviedo, Burgos y Bilbao (todas, algo menos de 115 euros) y ocho veces más que en Murcia.

Para calcular el impuesto de vivienda que pagan las familias de economía desahogada se ha comprobado el que correspondería a un piso de 155 metros cuadrados en una zona elegante y céntrica de las 18 ciudades. El análisis, igual que en 2006, revela que Valencia es la capital donde se paga una cuota más alta, 1.275 euros, un 43% más que en Madrid (894 euros) y casi el triple que en A Coruña (442 euros) por una vivienda de características muy similares. La cuota a pagar en Barcelona es, de nuevo como en 2006, la segunda más cara, 1.258 euros. Las ciudades donde el pago de IBI menor en las familias con rentas más altas son Vitoria, Oviedo, Zaragoza, Murcia, Pamplona, A Coruña y Burgos (entre 442 euros y 597 euros).

Cómo calcular la cuota del IBI

La cuota que finalmente paga el ciudadano en concepto de IBI depende de dos variables: el valor catastral (el valor del suelo más el valor de construcción; normalmente representa en torno a la mitad del valor de mercado de la vivienda) y el tipo impositivo o de gravamen. Para hacer el cálculo de la cuota íntegra que el propietario debe abonar cada año, se multiplica el valor catastral por un tipo impositivo cuyos mínimos y máximos están marcados por el Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley reguladora de las Haciendas Locales.

El hecho de que los consistorios apliquen un mayor o menor tipo impositivo no quiere decir que el contribuyente pague más o menos cuota de IBI. El valor catastral es la segunda variable que interviene en la deuda total a desembolsar. Por ejemplo, San Sebastián es la ciudad con el tipo impositivo más bajo, pero si analizamos el total a desembolsar por cuota de IBI en una familia de clase media, esta cifra asciende a 363 euros, la tercera ciudad más cara.

Por su parte, Bilbao es la capital con el tipo impositivo más alto, pero las familias de clase media pagan la mitad de IBI que la ciudad más cara, Barcelona (292 euros frente a 589 euros). Asimismo, hay que reseñar que en la capital vizcaína cuentan con el tipo de gravamen más alto porque sus valores catastrales no han sido revisados desde las ponencias de 1970-1978 (las ponencias de valores son sistemas para revisar y actualizar los valores catastrales de los inmuebles), con lo que no se acercan al valor real de mercado y se ha recurrido a la fijación de un tipo impositivo más elevado de lo habitual.

Una vez al año, el bolsillo de los propietarios de pisos y casas recibe una visita que no suscita precisamente entusiasmo. La protagoniza un recibo que responde al nombre de Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). La escasa alegría que genera en la economía familiar se debe a que exige un desembolso considerable. Tanto es asi que uno de cada seis euros de los casi 53.000 millones recaudados por los ayuntamientos españoles en 2008 proviene de esta tasa.

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