España se ahorra 16.300 millones en petróleo en sólo siete meses

No todo son malas noticias económicas. Los últimos datos de Aduanas indican que la factura energética de España se ha desplomado. Y no es, desde luego, una exageración. El ahorro durante los primeros siete meses del año respecto del mismo periodo de tiempo del año anterior asciende a 16.301 millones de euros. O lo que es lo mismo, el 1,6% del Producto Interior Bruto (PIB).

Se trata de un ahorro verdaderamente colosal para las familias y las empresas, que equivale a casi tres veces el estímulo fiscal al consumo que supuso el célebre cheque de los 400 euros. Según Aduanas, en concreto, las importaciones de productos petrolíferos ascendieron hasta julio a 19.104 millones de euros, muy lejos de los 35.405 millones que tuvieron que pagarse el año pasado. De aquella cantidad, 13.298 millones corresponden a petróleo y sus derivados; 4.843 millones a gas y el resto a carbón y electricidad.

El ahorro en la factura energética explica en buena medida el desplome del déficit comercial (la diferencia entre las compras y las ventas al exterior), que se redujo nada menos que un 54% entre enero y julio. Los menores gastos tienen que ver con el efecto combinado de una fuerte caída de la demanda energética derivada de la recesión, y, sobre todo, del hundimiento de los precios del barril de crudo (159 litros), que se ha reducido a más de la mitad en apenas doce meses. De los 150 dólares largos que se llegaron a pagar en julio de 2008, se ha pasado al entorno de los 70 dólares en que se mueve el barril en las últimas semanas. O dicho en otros términos. Si el precio medio del crudo el año pasado se sitúo en 97,20 dólares, este año, hasta el pasado viernes, y según datos del Ministerio de Economía, el barril se ha pagado a 55,85 dólares. Es decir, prácticamente la mitad.

La importancia del crudo para la economía española sigue siendo vital, como pone de manifiesto el hecho de que los productos energéticos representan nada menos que un 16% de las importaciones, pero tan sólo el 4,4% de las exportaciones. Esto hace que tanto la demanda como los precios influyan de manera decisiva en la balanza comercial, que sigue siendo altamente deficitaria pese al desplome de las importaciones. De hecho, y con datos hasta el pasado mes de julio, España es el tercer país de la Unión Europea con un desequilibrio comercial más abultado en términos absolutos, tras Holanda y el Reino Unido. Algo a lo que no es ajeno el enorme déficit de la balanza energética, que en los siete primeros meses de este año alcanzó los 15.073 millones de euros, pese a la caída en picado de la demanda y de los precios.