Sánchez Asiaín deja la presidencia de UBS para incorporarse a Nomura

Nuevo disgusto para UBS. La entidad suiza sufre una nueva salida de peso en su estructura de España. Esta vez el protagonista es Francisco Sánchez Asiaín, actual presidente y consejero delegado de la división de banca de inversión, que deja todas sus responsabilidades después de incorporarse en 2001, procedente del estadounidense Merrill Lynch.

El financiero vasco, que asumió todos los poderes en UBS España tras la marcha de Eduardo Serra en 2007, ha comunicado durante la mañana del jueves su salida a través de un correo interno, según fuentes internas. Después de ocho años en el banco suizo, Sánchez Asiaín ha decidido emprender una nueva etapa al frente de la entidad japonesa Nomura como máximo responsable.

 

El banco asiático inició nueva etapa en España tras la compra de la división de banca de negocios de Lehman Brothers en Europa. Hasta el momento, su responsable para la Península es Felipe de Grado, procedente del propio Lehman Brothers, al que acompaña Miguel Otamendi. Además, Nomura es sponsor financiero del fondo de inversión Thesan Capital.

La marcha del presidente y consejero delegado de UBS se produce sólo unas semanas después de que el número dos de banca de negocios, Alfredo Fernández, cesara en sus responsabilidades. Dos bajas significativas que descabezan la cúpula de esta división de negocio, uno de sus ejes de negocio fundamental junto al área de banca privada.

Este goteo de salidas de UBS destaca sobre el resto de movimientos existentes en el sector, donde algunos de los responsables de otros bancos de negocios también han cambiado de entidad o simplemente han negociado su salida, como ha ocurrido con David Jiménez-Blanco (Merrill Lynch), Antón Arriola (Goldman Sachs) o Javier Salaverri (Citigroup).

Los malos resultados globales de UBS, participado por el gobierno de Suiza, han eliminado los bonus correspondientes a 2008, la retribución variable ligada a beneficios que tanto pesa en los emolumentos de los ejecutivos de banca de negocios. A cambio, se ha pagado con acciones clausuladas, que pueden equivaler a papel mojado si los números de UBS no remontan en bolsa.