La jugadora que prestó sus zapatillas a la rival que le dejó sin Juegos estará en Río

La historia la contábamos hace unos días en El Confidencial y, a la espera de que se haga oficial, tendrá el final que merecía. Laura Sarosi, la jugadora húngara de bádminton que prestó sus zapatillas a la rival contra la que se disputaba clasificarse para los próximos Juegos y se quedó fuera al acabar perdiendo el partido que las enfrentaba, será una de las tres invitadas por el Comité Olímpico Internacional (COI) para estar en Río.

"Una deportista así merece estar en los Juegos, por lo que confío en que el COI valore su invitación", señaló a este diario Alejandro Blanco cuando tuvo conocimiento de este "ejemplo de deportividad", como lo calificó él. "Si ya es difícil tener un gesto como el suyo en cualquier partido de cualquier deporte, hacerlo cuando te estás jugando tu pasaporte olímpico ya es la bomba", añadió el presidente del Comité Olímpico Español (COE), quien lógicamente celebró la noticia.

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Tal y como informamos, esta historia de fair play ocurrió en el reciente Campeonato de Europa disputado en Francia, en el que Carolina Marín revalidó su título continental. En dieciseisavos de final, Laura Sarosi se enfrentaba a la alemana Karin Schnaase, a quien en el decisivo tercer set se le despegó la suela de una de sus zapatillas, unas circunstancias en las no podía seguir jugando. Según el reglamento del bádminton, las jugadoras sólo pueden utilizar el material con el que se presentan en la pista, pero la germana no tenía unas zapatillas de repuesto, de ahí que en ese mismo momento Sarosi podía haber pedido a la jueza que le diera la eliminatoria por ganada. Sin embargo, la húngara se acercó a su silla, sacó un par de zapatillas que, casualmente, eran del mismo número que el que calzaba su rival, y se las dio a ésta para que pudiera seguir jugando.

Fue la propia Federación Alemana de Bádminton quien se movilizó para pedir al COI que Sarosi fuera la destinataria de una de las tres invitaciones que el COI, junto a la Federación Internacional de Bádminton y el Comité Organizador de los Juegos de Río, pueden conceder. En una página web se empezaron a recoger firmas para apoyar esta iniciativa y fueron casi 5.000 las que se consiguieron. Tanto empeño no cayó en saco roto.

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La estonia Kati Tolmoff y la lituana Akvile Stapusaityte son las otras dos jugadoras que tendrán la 'wild card' para Río, aunque ninguna por una razón tan justa como la de Laura Sarosi, protagonista de una exhibición de fair play que ha tenido el premio que merecía.