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Cada oro de Carolina Marín generó solo 75 licencias de bádminton en España
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fracaso de la fesba en el desarrollo de su deporte

Cada oro de Carolina Marín generó solo 75 licencias de bádminton en España

En 2014, cuando la onubense se proclamó campeona de Europa por primera vez, en España había 6.990 licencias de bádminton. Según los datos del CSD, al cierre de 2015 son 7.289

Foto: Carolina Marín, durante el Europeo en el que revalidó su título continental. (EFE)
Carolina Marín, durante el Europeo en el que revalidó su título continental. (EFE)

Carolina Marín pudo comprobar la semana pasada en Santander cómo su popularidad ha crecido en España casi al mismo ritmo que sus éxitos internacionales, algo que desgraciadamente no se puede decir del desarrollo del bádminton español, con un incremento que no llega a las 300 licencias desde que la onubense se colgó su primera medalla de oro, en el Europeo disputado en Kazán (Rusia) en abril de 2014. Si ese año la Federación Española de Bádminton (FESBA) tenía 6.990 licencias, según se puede comprobar en las memorias que facilita el Consejo Superior de Deportes (CSD), cerró 2015 con 7.289, es decir, con un incremento de tan solo 299. Una miseria comparado con la repercusión que este deporte está teniendo gracias a los éxitos de Carolina, así como otros a menor escala como los de Pablo Abián o Beatriz Corralas, sin olvidarnos de los júniors Clara Azurmendi, Isabel Fernández, Miren Azcue, Sara Peñalver, Luís Enrique Peñalver, Alejo Ibeas, Javier Suárez y Pablo Sanmartín, campeones de Europa por equipos.

Desde su llegada el pasado jueves al santanderino aeropuerto Seve Ballesteros, nombre de otro gran ilustre del deporte español, la doble campeona del mundo y de Europa fue aclamada por todos aquellos que, ahora sí, ya le reconocen por la calle. Aunque los niveles de popularidad aún no llegan a los de ciudades asiáticas como, por ejemplo, la indonesa Yakarta, donde Carolina ni siquiera puede andar por la calle, la jugadora andaluza tuvo que firmar un sinfín de autógrafos y hacerse fotos a diestro y siniestro. Además, su libro 'GANA el partido de tu vida', escrito junto a su entrenador, Fernando Rivas, y prologado por Rafa Nadal, se agotó en El Corte Inglés, donde no dudaron en colocar una red de bádminton para ambientar mejor su presencia.

[El bádminton español, a la sombra de Carolina y ensombrecido por su presidente]

Carolina Marín se desplazó a la capital cántabra invitada por las autoridades locales para clausurar las jornadas que se desarrollaron sobre su deporte y que sirvieron de antesala al Campeonato de España de bádminton absoluto, sub-11 y para-bádminton, que se celebró durante el pasado fin de semana en el Palacio de Deportes. Iñigo de la Serna, alcalde santanderino, ejerció de anfitrión.

Galardonada con la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo y el Premio Nacional del Deporte Reina Letizia a la mejor deportista española del año 2014, Carolina se ha convertido en una de las tres deportistas más populares de España, aunque este hecho no ha sabido ser aprovechado por David Cabello, presidente de la FESBA. Al contrario, tal y como contamos en El Confidencial a lo largo del año pasado, la gestión del éxito que hizo Cabello fue desastrosa, hasta el punto de lograr que Carolina Marín no quiera salir con él en ninguna foto.

Más allá de su mala relación con la doble campeona del mundo, quien precisamente el pasado verano en Santander pidió su dimisión después de todo lo que le había hecho sufrir, así como del hecho de que David Cabello se encuentre pendiente de un juicio por plagio, lo que resulta evidente es el estancamiento de la FESBA en el desarrollo de su deporte. La FESBA ocupa el puesto 43 en número de licencias, justo por detras de federaciones como la de bolos (8.253), aeronáutica (8.985) y tiro con arco (9.213). Por ejemplo, la de petanca triplica prácticamente.

Claro que puestos a comparar, quizás el bádminton puede hacerlo mejor con el pádel, por más que no sea olímpico. En 2001, este deporte tenía en España 7.225 fichas, por 4.403 del bádminton, pero en 2008 creció a 23.371 y en 2015 fueron ya 56.263, mientras que la FESBA solo fue capaz de crecer a 6.688 y 7.289, respectivamente. A la espera de que entre en vigor la licencia única, lo cual servirá a más de una federación a disimular sus números, no se antoja muy normal que un deporte que en España tiene la fortuna de contar con una doble campeona del mundo haya avanzado tan poco en la captación de nuevos practicantes. Sobre todo ahora que Carolina Marín empieza a ser reconocida, algo que tanto le costó hacer al presidente de la FESBA y que se ha convertido para él en un camino sin retorno.

Carolina Marín pudo comprobar la semana pasada en Santander cómo su popularidad ha crecido en España casi al mismo ritmo que sus éxitos internacionales, algo que desgraciadamente no se puede decir del desarrollo del bádminton español, con un incremento que no llega a las 300 licencias desde que la onubense se colgó su primera medalla de oro, en el Europeo disputado en Kazán (Rusia) en abril de 2014. Si ese año la Federación Española de Bádminton (FESBA) tenía 6.990 licencias, según se puede comprobar en las memorias que facilita el Consejo Superior de Deportes (CSD), cerró 2015 con 7.289, es decir, con un incremento de tan solo 299. Una miseria comparado con la repercusión que este deporte está teniendo gracias a los éxitos de Carolina, así como otros a menor escala como los de Pablo Abián o Beatriz Corralas, sin olvidarnos de los júniors Clara Azurmendi, Isabel Fernández, Miren Azcue, Sara Peñalver, Luís Enrique Peñalver, Alejo Ibeas, Javier Suárez y Pablo Sanmartín, campeones de Europa por equipos.

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