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El Deportivo evitó su desaparición, pero se aboca a la Segunda B
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LAS DEUDAS CON JUGADORES AMENAZAN a LA ENTIDAD

El Deportivo evitó su desaparición, pero se aboca a la Segunda B

El pasado 1 de junio Riazor volvía a vivir un drama. Construida la historia del gigante gallego a base de hazañas heroicas tras catástrofes mayúsculas se

Foto: Lendoiro espera ver una solución aquí a final de mes.
Lendoiro espera ver una solución aquí a final de mes.

El pasado 1 de junio Riazor volvía a vivir un drama. Construida la historia del gigante gallego a base de hazañas heroicas tras catástrofesmayúsculas se presentaba de nuevo la oportunidad de certificar la permanencia en su estadio. Con una afición entregada, principal latido de la entidad en los momentos más críticos en los últimos años, el equipo dependía de sí mismo. Enfrente el peor rival posible: una RealSociedad, con hambre de Liga de Campeones. Se repetía el escenario de hace dos años contra el Valencia. El mismo que hace 19 años, aunque con distinto premio. En aquel fatídico 13 de mayo de 1994 el premio era la Liga. Los últimos años, la salvación. En todo el amplio significado de la palabra. En esas tres ocasiones, la suerte dio la espalda a un club cuyo destino ha estado marcado demasiadas veces por la fatalidad.

Durante todo el año se barruntaba entre la masa social gallega el peligro de un descenso deportivo, como finalmente sucedió el pasado 1 de junio tras caer ante la Real Sociedad. A diferencia del descenso dos campañas atrás en el mismo escenario ante el Valencia, la entidad presidida por Augusto César Lendoiro se encontraba más en el alambre que nunca. En concurso de acreedores desde el pasado mes de enero, construida la plantilla a base de cesiones y con la necesaria ayuda de Jorge Mendes, fiel amigo del presidente, la cuantiosa deuda del club (cifrada por algunas fuentes en 156 millones) amenaza seriamente el futuro de la entidad.

La alarma se ha desatado en los últimos días tras el fallo del juez Rafael González Pérez en la sentencia al incidente concursal presentado en su día por Bruno Gama. En dicha sentencia se establecía que los jugadores deportivistas solo tendrían derecho a cobrar la parte proporcional de su contrato que va desde el 10 de enero al 30 de junio. Esto supondría que la entidad solo podría desbloquear (en el caso de que existiera dicha cantidad) 5’9 millones de euros de los 10’9 que se le adeudan a la plantilla. El capitán de la plantilla, Manuel Pablo, mostró su desacuerdo con la sentencia y volvió a exigir el cobro íntegro de las cantidades que se le adeudan. “En el vestuario no nos ha gustado la decisión del juez y no estamos de acuerdo con ella. En la AFE tampoco ha gustado y desde allí nos transmiten bastante preocupación porque hace dos años se firmó un convenio por el que se tenía que garantizar, a 31 de julio, el 100% del cobro de lo que se nos debe. Y en esas estamos. Hay un convenio ahí, quedan siete u ocho días y no se ha llegado a ningún acuerdo”, afirmaba el lateral canario en declaraciones a La Voz de Galicia.

En una entrevista del presidente de la Liga, Javier Tebas, al citado diario gallego afirmaba que “si hoy fuera 1 de agosto el Deportivo estaría descendido. El convenio suscrito entre Liga y AFE es muy claro. Y nosotros no podemos saltárnoslo. A mí, en estos momentos, no se me ocurre ninguna solución para evitar el descenso administrativo. Una vez cerrada la puerta de salida que teníamos, el convenio es muy claro y, si hay denuncias de jugadores, no podemos hacer nada, hay que aplicar la normativa”, declaraba Tebas. Ocurre que el convenio al que alude el presidente de la Liga establece que todos los clubes deben haber satisfecho el total de las deudas contraídas con sus jugadores a 31 de julio, de lo contrario se debería proceder al descenso administrativo.

Lendoiro por su parte sigue manteniendo que sería absurdo un descenso del equipo habiendo dinero para satisfacer las deudas con los jugadores. “Si el juez no nos deja pagar, sería absurdo descender por no abonar. Tener dinero, no poder pagar y que te desciendan nos conduciría al absurdo más absoluto. Todo lo que conduce al absurdo no es Derecho. No tengo miedo al descenso, pero estaría más tranquilo si se tomasen las decisiones que se tuviesen que tomar. No es que nosotros no queramos pagar, es que no nos dejan”, declaraba el presidente. A menos de seis días para llegar a un acuerdo, el que fuera el máximo exponente del fútbol gallego a comienzos de siglo, se desangra sin solución a la vista.

El pasado 1 de junio Riazor volvía a vivir un drama. Construida la historia del gigante gallego a base de hazañas heroicas tras catástrofesmayúsculas se presentaba de nuevo la oportunidad de certificar la permanencia en su estadio. Con una afición entregada, principal latido de la entidad en los momentos más críticos en los últimos años, el equipo dependía de sí mismo. Enfrente el peor rival posible: una RealSociedad, con hambre de Liga de Campeones. Se repetía el escenario de hace dos años contra el Valencia. El mismo que hace 19 años, aunque con distinto premio. En aquel fatídico 13 de mayo de 1994 el premio era la Liga. Los últimos años, la salvación. En todo el amplio significado de la palabra. En esas tres ocasiones, la suerte dio la espalda a un club cuyo destino ha estado marcado demasiadas veces por la fatalidad.

Javier Tebas Deuda Jorge Mendes