Bartomeu solo piensa en las elecciones y Zubizarreta es un lastre para el Barcelona

Hay una expresión en catalán, muy explícita, que se utiliza cuando alguien pretende hacer las cosas a su manera: 'Pixar amb la seva', es decir, 'mear con la suya', vaya. Frank Sinatra lo cantó de manera memorable, y mucho más elegante donde va a parar, en 'My way'. A lo tosco o a la fina, viene a ser lo mismo y el presidente del Barça, Josep María Bartomeu está dispuesto a mear con la suya. A dejar su sello. A hacer las cosas como él quiere hacerlas. A su manera.

Bartomeu pretende dejar atrás todo lo que que huela a Sandro Rosell y se ha puesto manos a la obra para poder presentarse a las próximas elecciones (en el 2016, salvo desastre del Barça de Luis Enrique) con su propio equipo, elegido por él, su gente de confianza. El último movimiento, cesar a Antonio Rossich, que hasta ahora tenía poder absoluto como director general del club, para colocar a Nacho Mestre, así lo certifica. También el reciente nombramiento de Albert Soler, jefe de gabinete de presidencia con mando también sobre el área deportiva. En el área de seguridad hubo relevo hace una semana, Gabi Pérez,y la intención del presidente es seguir por otros departamentos, como el de márketing.

Por el momento, Andoni Zubizarreta continúa siendo el director deportivo, pero ya es un secreto a voces que ha perdido la confianza total que, hasta hace poco, tenía de Bartomeu. La labor de Zubizarreta es cuestionada por parte de los socios. La pitada que recibió en el Camp Nou cuando su imagen salió por los vídeomarcadores en el homenaje a Messi así lo certifica, y Bartomeu es consciente de que presentarse a las elecciones con Zubizarreta en el cartel puede ser un lastre. Más allá de amistades y lealtades, Bartomeu ya piensa únicamente en clave electoral. Y Zubi le pesa.

Habrá que esperar acontecimientos y el futuro de Zubizarreta -y también de Bartomeu-depende en gran parte de lo que logre el equipo de Luis Enrique. Una mala temporada puede hacer saltar todo por los aires, incluyendo la cuidadosa planificación del presidente. El director deportivo, los que le conocen lo saben, es un hombre de club en el sentido más estricto de la palabra. Es decir, que si percibe que es un problema, no se puede descartar que él mismo se vaya. Andoni Zubizarreta es una de esas personas rectas que anteponen los intereses de la entidad a los suyos, así que lo que se puede descartar desde ya, es que su salida sea traumática.