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Las lágrimas de Paulao demuestran en Vallecas por qué el Betis es de Segunda
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leo baptistao no es bienvenido en su casa (3-1)

Las lágrimas de Paulao demuestran en Vallecas por qué el Betis es de Segunda

Paulao regaló el primer gol, se metió el segundo y, abatido, pidió el cambio. Larrivey sentenció en el 51' y Chica recortó distancias en el 79'

El central brasileño Paulao, con dos errores clamorosos, uno dejando en bandeja un gol a Rochina y otro con un tanto en propia meta, se unió a la fiesta del Rayo, que se aseguró la permanencia al vencer cómodamente (3-1) a un Betis que quemó sus escasas opciones de salvación y ya es virtualmente equipo de Segunda.Con 37 puntos en la tabla y la moral por las nubes tras sumar 17 de los últimos 24 en juego, el Rayo afrontó el choque definitivo por la permanencia con una tranquilidad inaudita esta temporada y arropado de nuevo por su hinchada, que casi volvió a llenar Vallecas.

Eso se reflejó en su juego aunque no en su ambición, que parece desmedida en los últimos tiempos y hoy, ante el Betis, no fue menos. Nada más empezar, a los 3 minutos del partido, Roberto Trashorras, totalmente solo, pudo abrir el marcador para su equipo con un remate que tocó en un jugador y se marchó a córner.El Betis, angustiado por las urgencias y con los nervios a flor de piel ante su último pasaporte a la permanencia, salió excesivamente timorato en la medular y apenas mostró sus intenciones hasta bien entrada la primera mitad, cuando Jorge Molina y Rubén Castro comenzaron a carburar en ataque.Para entonces el Rayo ya había aprovechado la indefinición del Betis y su falta de seguridad cuando a los 14 minutos un regalo de Paulao en forma de mala cesión hacia Antonio Adán dejó el balón libre para que Rubén Rochina fusilara al portero madrileño.

La tarde se volvió más aciaga aún para el brasileño Paulao cuando, a los 27 minutos, en un intento de despeje a centro de Anaitz Arbilla mandó el balón al fondo de su portería. Esa acción supuso un golpe letal para el central verdiblanco, que se tumbó en el suelo hundido y al levantarse pidió varias veces el cambio. Cuatro minutos después, fue sustituido por Álvaro Vadillo.La desventaja en el marcador no arrugó al conjunto verdiblanco, que siguió intentado acercarse a la meta de Rubén Martínez y, a los 35 minutos, pudo recortar distancias con un disparo del hispano-brasileño Leo Baptistao que salió rozando el larguero.

En la segunda mitad, el Rayo salió con una intensidad que volvió a poner en muchos aprietos al Betis, que terminó de hundirse a los 50 minutos cuando el argentino Joaquín Larrivey, con un remate de delantero centro puro, remachó un balón en el área pequeña y marcó el tercero.Ese tanto supuso la puntilla para el conjunto verdiblanco, que se vio asediado en los siguientes minutos por un Rayo que, en ataque, empezó a jugar al ritmo que impuso Iago Falque en combinación con el recién salido Seba Fernández. El uruguayo, que reapareció la pasada jornada después de seis meses y medio lesionado, entró con ganas y en su primera acción sirvió un centro en bandeja que Larrivey estrelló de cabeza en el travesaño.

La impotencia de los jugadores del Betis, conscientes de que la derrota les enseñaba el camino a Segunda, se tornó en un rayo de esperanza con el tanto de Javi Chica, tras un disparo cruzado con la pierna derecha dentro del área. Su dedicatoria fue especial, se levantó la camiseta y enseño otra el con el rostro de Dani Jarque y el nombre y número de Miki Roqué.Los últimos minutos del partido sirvieron para que el delantero guineano Lass Bangoura demostrara sus ganas de volver a recuperar la confianza del técnico Paco Jémez y el centrocampista Raúl Baena, escaso de minutos esta temporada, intentara reivindicarse con una jugada individual dentro del área rival que a punto estuvo de significar el cuarto gol de su equipo.

El central brasileño Paulao, con dos errores clamorosos, uno dejando en bandeja un gol a Rochina y otro con un tanto en propia meta, se unió a la fiesta del Rayo, que se aseguró la permanencia al vencer cómodamente (3-1) a un Betis que quemó sus escasas opciones de salvación y ya es virtualmente equipo de Segunda.Con 37 puntos en la tabla y la moral por las nubes tras sumar 17 de los últimos 24 en juego, el Rayo afrontó el choque definitivo por la permanencia con una tranquilidad inaudita esta temporada y arropado de nuevo por su hinchada, que casi volvió a llenar Vallecas.

Eso se reflejó en su juego aunque no en su ambición, que parece desmedida en los últimos tiempos y hoy, ante el Betis, no fue menos. Nada más empezar, a los 3 minutos del partido, Roberto Trashorras, totalmente solo, pudo abrir el marcador para su equipo con un remate que tocó en un jugador y se marchó a córner.El Betis, angustiado por las urgencias y con los nervios a flor de piel ante su último pasaporte a la permanencia, salió excesivamente timorato en la medular y apenas mostró sus intenciones hasta bien entrada la primera mitad, cuando Jorge Molina y Rubén Castro comenzaron a carburar en ataque.Para entonces el Rayo ya había aprovechado la indefinición del Betis y su falta de seguridad cuando a los 14 minutos un regalo de Paulao en forma de mala cesión hacia Antonio Adán dejó el balón libre para que Rubén Rochina fusilara al portero madrileño.

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