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Dr Jekyll y Mr Hyde: el Madrid desapareció pero despertó para aplastar al Mallorca en seis minutos
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LA ENTRADA DE ÖZIL FUE CLAVE E HIGUAÍN SE REENCONTRÓ CON EL GOL GRACIAS A UN DOBLETE

Dr Jekyll y Mr Hyde: el Madrid desapareció pero despertó para aplastar al Mallorca en seis minutos

El buen tiempo que se había instalado en Madrid desapareció este sábado para dar paso a un cielo plomizo y un ligero viento que enfrió las

Foto: Dr Jekyll y Mr Hyde: el Madrid desapareció pero despertó para aplastar al Mallorca en seis minutos
Dr Jekyll y Mr Hyde: el Madrid desapareció pero despertó para aplastar al Mallorca en seis minutos

El buen tiempo que se había instalado en Madrid desapareció este sábado para dar paso a un cielo plomizo y un ligero viento que enfrió las últimas horas de la tarde en el Santiago Bernabéu donde Mourinho volvió a confiar en Morata y en Kaká, colocando a Pepe en el centro del campo y fiando el centro de la defensa a Ramos y Varane acompañados por Arbeloa y Coentrao. El Real Madrid llegaba en pleno estado de forma y con las aguas tranquilas... aunque éstas acabaron revueltas en la primera parte porque el Mallorca sonrojó a la defensa blanca y mandó en el Santiago Bernabéu. Mourinho no quería darse por vencido y sacó toda la artillería para que su equipo, impulsado por el arte de Özil, diese la vuelta al partido en seis minutos y apuntase una nueva victoria (5-2) en una noche feliz para Higuaín que firmó un doblete.

En los aledaños del feudo madridista, los aficionados preveían un partido tranquilo. Sus pronósticos se fueron al traste en el minuto cinco cuando Nsue remató cómodamente de cabeza tras un fallo en cadena de la defensa madridista: Giovani dos Santos centró desde el banderín después de hacer un quiebro a Arbeloa y el autor del gol se topó con la pasividad de Coentrao y la sorpresa de Diego López que nada pudo hacer para que el balón entrase rozando su palo derecho. Sexto partido consecutivo de los blancos en el que encajan, al menos, un tanto. Y todo esto tras un disparo de Giovani desde la frontal que se había marchado por encima del larguero.

En ese momento, el Real Madrid era un equipo desangelado. Mourinho corregía desde el área técnica para que su equipo no se descompusiera ni se fuera abajo. El peligro llegaba con el equipo insular hasta que la calidad de los jugadores madridistas cayó por su propio peso quince minutos después del pitido inicial. Modric sacó el arte del que tanto se duda para poner un pase al hueco magnífico que recogió Pepe desde el eje de ataque para aguantar ante Aouate y esperar la llegada de Higuaín que marcaba con la puerta vacía. Tercer gol del argentino que no veía portería desde el 3 de noviembre. El Mallorca reclamó un fuera de juego que Mateu Lahoz no señaló porque no existió. Parecía que, tras el empate, el Real Madrid se estaba convirtiendo en el amo y señor del partido. Fue un mero espejismo. Seis minutos después Alfaro puso en evidencia a la defensa madridista cuando saltó sólo en el segundo palo para fusilar las redes de Diego López con un soberbio cabezazo.

El Bernabéu se hace oír

Antes de la lluvia, llegaron los primeros silbidos y algún murmullo. Tímidos pero audibles. Era evidente que la defensa del Real Madrid estaba nerviosa, relajada y sin concentración. Los de Mourinho tenían que volver a hacer frente a un marcador en contra. Cristiano sabía que su equipo le necesitaba pero no terminaba de afinar la puntería, el equipo se atascaba, se frenaba y el Mallorca jugaba con total comodidad. Sergio Ramos a punto estuvo de contribuir a ese estado de su rival cuando agarró a Víctor por el hombro en el área blanca; protestó el Mallorca pero el colegiado dejó que siguiese el partido. El único que reaccionaba en el Real Madrid era Cristiano porque el resto seguía jugando como si el luminoso del Bernabéu estuviera a su favor y los de Gregorio Manzano seguían rematando todo en cada saque de esquina. Los pitos habían dejado de ser tímidos.

En el descanso, Mourinho tomó cartas en el asunto: sacó a Özil y a Benzema y sentó a Arbeloa y a Morata, totalmente desaparecido. El técnico portugués iba con toda la artillería ya que Ramos pasó al lateral derecho y Pepe al centro de la defensa. El Real Madrid no quería dar el partido por perdido y mientras el 'nuevo' equipo madridista terminaba de acoplarse, Bigas silenció el Bernabéu con una chilena que no tuvo final feliz para un Mallorca que no era capaz de imaginarse la que se le venía encima. Cinco minutos de locura en los que la apisonadora madridista apareció para empatar, dar la vuelta al marcador y golear.

Giro de 180 grados

El Real Madrid, capaz de lo peor y lo mejor, terminó de acomodarse bajo la batuta de Özil que en un córner puso un balón abierto para que Cristiano volase con un salto insultante, girase la cabeza y colocase el balón en la parte baja del palo derecho. Sin tiempo para la reacción, Modric recogió un rechace, corrió y en medio de su carrera firmó una volea que acabó en la escuadra de la portería mallorquina. Aouate sólo pudo ver cómo entraba el balón. No se había acabado el espectáculo. Özil volvió al ataque por la banda y vio la llegada de Gonzalo Higuaín que remataba a bocajarro para hacer el cuarto del Real Madrid y el segundo en su cuenta particular. El argentino necesitaba una noche así.

El buen tiempo que se había instalado en Madrid desapareció este sábado para dar paso a un cielo plomizo y un ligero viento que enfrió las últimas horas de la tarde en el Santiago Bernabéu donde Mourinho volvió a confiar en Morata y en Kaká, colocando a Pepe en el centro del campo y fiando el centro de la defensa a Ramos y Varane acompañados por Arbeloa y Coentrao. El Real Madrid llegaba en pleno estado de forma y con las aguas tranquilas... aunque éstas acabaron revueltas en la primera parte porque el Mallorca sonrojó a la defensa blanca y mandó en el Santiago Bernabéu. Mourinho no quería darse por vencido y sacó toda la artillería para que su equipo, impulsado por el arte de Özil, diese la vuelta al partido en seis minutos y apuntase una nueva victoria (5-2) en una noche feliz para Higuaín que firmó un doblete.

Ficha técnica:

5 - Real Madrid: Diego López, Arbeloa (Ozil, m.46), Sergio Ramos, Varane, Coentrao, Pepe, Modric, Kaká (Xabi Alonso, m.62), Cristiano Ronaldo, Morata (Benzema, m.46) e Higuaín.

2 - Mallorca: Aouate, Hutton, Nunes, Bigas, Kevin, Nsue (Hemed, m.65), Pina, Tissone (Fontás, m.83), Alfaro, Giovani y Víctor (Pereira, m.77).

Goles: 0-1, m.6: Nsue; 1-1, m.15: Higuaín. 1-2, m.21: Alfaro; 2-2, m.52: Ronaldo. 3-2, m.55: Modric. 4-2, m.58: Higuaín. 5-2, m.92: Benzema.

Árbitro: Antonio Miguel Mateu Lahoz, del comité Valenciano. Mostró tarjeta amarilla a Tissone (m.39)

Incidencias: encuentro de la vigésima octava jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 61.000 espectadores.

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El buen tiempo que se había instalado en Madrid desapareció este sábado para dar paso a un cielo plomizo y un ligero viento que enfrió las últimas horas de la tarde en el Santiago Bernabéu donde Mourinho volvió a confiar en Morata y en Kaká, colocando a Pepe en el centro del campo y fiando el centro de la defensa a Ramos y Varane acompañados por Arbeloa y Coentrao. El Real Madrid llegaba en pleno estado de forma y con las aguas tranquilas... aunque éstas acabaron revueltas en la primera parte porque el Mallorca sonrojó a la defensa blanca y mandó en el Santiago Bernabéu. Mourinho no quería darse por vencido y sacó toda la artillería para que su equipo, impulsado por el arte de Özil, diese la vuelta al partido en seis minutos y apuntase una nueva victoria (5-2) en una noche feliz para Higuaín que firmó un doblete.