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La dignidad de Kaká y Ronaldo basta para que el Madrid remonte y hunda al Deportivo
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EL EQUIPO BLANCO ROZÓ EL RIDÍCULO EN LA PRIMERA HORA

La dignidad de Kaká y Ronaldo basta para que el Madrid remonte y hunda al Deportivo

El Real Madrid decidió regalar una hora, ofreciendo en esos sesenta minutos la peor versión posible de un equipo entregado a su suerte liguera, esa que

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La dignidad de Kaká y Ronaldo basta para que el Madrid remonte y hunda al Deportivo

El Real Madrid decidió regalar una hora, ofreciendo en esos sesenta minutos la peor versión posible de un equipo entregado a su suerte liguera, esa que indica que desde hace tres meses nada tiene que hacer. Mourinho reaccionó para meter en el campo a Özil, Khedira y Ronaldo para que salvaran los muebles y demostraran que pese a no jugarse nada la dignidad es lo último que se pierde. De poder perder por goleada tras lo visto en gran parte del partido, a dar la vuelta a un choque que estaba perdido. Kaká igualó en la segunda mitad el tanto de Riki, para en el tramo final consumar la remontada con una perfecta jugada entre el brasileño, Ronaldo e Higuaín, que el argentino culminó a puerta vacía, condenando a un Deportivo que ni de la mano de Fernando Vázquez parece coger algo de aire.

José Mourinho en el mes de diciembre ya comunicó a todo el mundo que la Liga estaba perdida, que el Real Madrid nada tenía que hacer. Han pasado los meses y sus jugadores se empeñan en dar la razón al entrenador, al menos de salida. En Riazor algunos jugadores madridistas no han dignificado la blanca camiseta de su club durante la primera mitad. Con ellos no iba la historia. Algunos jugaron porque les dieron la camiseta en el vestuario y seguro que hasta les sentó mal. Por lo menos, Kaká sacó a relucir la dignidad, tirando del carro durante la primera mitad, para después ayudar de manera decisiva a la victoria de su equipo. De cero en la primera hora el conjunto blanco, de diez la última media hora.

El técnico blanco decidió dar el orden y mando del Real Madrid a Essien y Modric. Lo importante para él se pone en juego el martes y la visita a Coruña era una estación sin paso más. Y decidió que la mejor manera de hacerlo era sacando la pareja de fichajes del pasado verano para que alumbraran a sus compañeros, pero ni con velas fueron capaces de dar algo de luz al juego blanco. Uno no puede por lo delicado de su estado físico y el otro se quedó en Inglaterra. Kaká lo intentaba, se metía entre ellos dos para poner algo de sentido al juego, pero se quedaba en eso, en estériles jugadas que morían a muchos metros de la portería de Aranzubía. Una hora aguantó Mourinho el espectáculo que estaba presenciando, momento en el que metió en el campo a Özil, Cristiano Ronaldo y Khedira, que tiraron de fútbol, ganas y orgullo, algo de lo que debería aprender Di María, que con su enésima tontería de la temporada, volvió a ser expulsado.

Tras veinte minutos de tanteo, Fernando Vázquez se dio cuenta de que podía hacer algo más que dejar pasar el tiempo. Era el momento indicado para que apareciera el talento de Valerón, Bruno Gama, Pizzi y esa mezcla de fuerza y fútbol que tiene Riki. Tras un par de oportunidades de Di María y Callejón, el Deportivo decidió que a la media hora y era el momento adecuado de empezar a encerrar al Real Madrid. Los dos primeros avisos llegaron por parte de Pizzi, pero el elegido iba a ser Riki. El solo estaba volviendo loca a la defensa blanca. No había secretos. La táctica eran balones al ex de la cantera blanca, que ya se las bastaba el solo para dar la vuelta a un melón y convertirlo en una ocasión.

En una de esas escapadas, que todas ellas solían llegar con alguna rotura de cadera de Carvalho o Marcelo, Riki se plantó ante Diego López, que tampoco anduvo muy fino al ver como la pelota entraba por su palo. El reloj señalaba el minuto 35 y hasta el descanso el Deportivo pudo haber colado tres goles más en el marcador. Pizzi y otras dos ocasiones de Riki pudieron servir de sentencia del partido, pero la falta de acierto y una parada de Diego López lo impidió.

La segunda mitad se inició con otro ritmo por parte del Real Madrid. La charla de Mourinho debió llegar a la cabeza y al corazón de los jugadores, pero hasta que el portugués no decidió la entrada de refuerzos, el equipo blanco no se sintió dominador del partido hasta la entrada de los tres tenores anteriormente citados. El orgullo y el peso de esa camiseta manchada durante la primera hora del choque, el Real Madrid empujó un poco más al abismo a un Deportivo que no parece tener solución. Y lo decimos porque durante una hora rozó la perfección de lo que puede dar de sí en estos momentos, pero terminó marchándose de vacío. Demasiado castigo, para un equipo que mereció algo más, pero que no supo cerrar el partido cuando lo tuvo en su mano.

El asedio final blanco, propiciado por la muerte física del Deportivo y por el cambio de hombres y de mentalidad de los de Mourinho, propició que el gol de Riki y el dominio gallego de la primera mitad, quedara reducido a la nada. Riazor se ve en Segunda pese a que Lendoiro afirme que el equipo sigue vivo. Igual a la afición le vale que el club siga en pie, con independencia de las categoría. Ante el Real Madrid los jugadores de la entidad gallega lo dieron todo, pero media hora buena del Real Madrid fue suficiente argumento para encajar una nueva derrota.

Ficha técnica:

1-     Deportivo de la Coruña: Aranzubia; Silvio (Bergantiños, min.25), Kakà (Jesús Vázquez, min.58), Marchena, Ayoze; Abel Aguilar, Assunçao, Bruno Gama, Valerón, Pizzi; Riki (Nelson, min.75).

1- Real Madrid: Diego López; Arbeloa, Pepe, Carvalho, Marcelo (Khedira, min.57) ; Essien (Ozil, min.57), Modric (Cristiano Ronaldo, min.57); Callejón, Kaka, Di María; Higuain.

Goles: 1-0, min.35, Riki.  1-1, min.73, Kaká.1-2, min.87, Higuaín.

Árbitro: Álvarez Izquierdo (C. catalán). Amonestó a Pizzi (min.39), Abel Aguilar (min.62) y Ayoze (min.71), por parte del Deportivo; y a Carvalho (min.17), Marcelo (min.54) y Callejón (min.66), por parte del Real Madrid. Además, expulsó a Di María por doble amarilla en el minuto 91.

Estadio: Riazor.

El Real Madrid decidió regalar una hora, ofreciendo en esos sesenta minutos la peor versión posible de un equipo entregado a su suerte liguera, esa que indica que desde hace tres meses nada tiene que hacer. Mourinho reaccionó para meter en el campo a Özil, Khedira y Ronaldo para que salvaran los muebles y demostraran que pese a no jugarse nada la dignidad es lo último que se pierde. De poder perder por goleada tras lo visto en gran parte del partido, a dar la vuelta a un choque que estaba perdido. Kaká igualó en la segunda mitad el tanto de Riki, para en el tramo final consumar la remontada con una perfecta jugada entre el brasileño, Ronaldo e Higuaín, que el argentino culminó a puerta vacía, condenando a un Deportivo que ni de la mano de Fernando Vázquez parece coger algo de aire.

Cristiano Ronaldo