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La ambición de Messi le impide escuchar las alarmas de su cuerpo
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EL ARGENTINO ARRASTRA MOLESTIAS PERO ESTARÁ ANTE OSASUNA

La ambición de Messi le impide escuchar las alarmas de su cuerpo

Marcó el cuarto gol de Barcelona al Málaga y casi sin celebrarlo miró al banquillo: “Cambio”. El gesto de Leo Messi denotaba que algo no iba

Foto: La ambición de Messi le impide escuchar las alarmas de su cuerpo
La ambición de Messi le impide escuchar las alarmas de su cuerpo

Marcó el cuarto gol de Barcelona al Málaga y casi sin celebrarlo miró al banquillo: “Cambio”. El gesto de Leo Messi denotaba que algo no iba bien así que Jordi Roura apremió a Thiago para que fuera el reemplazo del argentino. El médico se abalanzó sobre Messi nada más superar la línea de cal en busca explicaciones y con la bolsa de hielo lista. Leo le indicó la pierna derecha, donde había sentido molestias en el aductor durante todo el segundo tiempo.  Pero lo incierto del resultado no invitaba a bajarse del barco a menos que la pierna dijera basta.

La primera exploración en el vestuario descartó una lesión de gravedad, lo que relajó los ánimos. El Real Madrid espera a la vuelta de la esquina y la participación de Messi es capital. Eso sí, en la jornada de ayer el argentino cambió el césped por la camilla, donde Juanjo Brau, su fisioterapeuta de cabeza y casi ángel de la guardia, trabajó con ahínco el aductor. Mera precaución aseguran en el club, donde están convencidos de que Leo estará en el partido ante Osasuna. Messi nunca descansa por más que su cuerpo haya dado señales de fatiga. Y él manda, claro. Nadie le discute.

La decisión no está aún tomada, pero nada hace pensar que Messi se quede fuera de la convocatoria para el choque de este domingo ante Osasuna, uno de los equipos más flojos del campeonatos e implicado en la lucha por la permanencia. Da igual, la ambición por ser el mejor pasa por no descansar nunca. Algo que muchos en el club ven con preocupación. Más, tras el precedente del partido ante el Benfica.

El susto que se llevó el Camp Nou el pasado mes de diciembre en el encuentro de Champions ante el Benfica aún hace tiritar a más de un aficionado. La posibilidad de que la rodilla izquierda de Messi se hubiese lesionado de gravedad en un choque con el portero luso dejó una sensación de vértigo y miedo que sólo las pruebas médicas pudieron disipar. Ni con esas, Messi fue titular esa misma semana ante el Betis, sin tener en cuenta si le convenía forzar o no. Entonces el récord de Gerd Müller rondaba su cabeza.

El cambio de Messi en La Rosaleda, en cualquier caso, es algo casi insólito. Hay que remontarse a enero de 2011 para encontrar el último partido en el que el crack argentino levantó la mano para ser sustituido. Dos años en los que sólo el percance ante el Benfica ha alterado la participación de Messi con el Barcelona. Y es que su tormentoso pasado de lesiones musculares quedaron ya en el olvido desde que Pep Guardiola tomó el mando el Barça, ordenó la vida y la alimentación de su estrella y le asigno a Juanjo Brau como el ‘mecánico’ perfecto para tener a la ‘máquina’ a punto.   

Marcó el cuarto gol de Barcelona al Málaga y casi sin celebrarlo miró al banquillo: “Cambio”. El gesto de Leo Messi denotaba que algo no iba bien así que Jordi Roura apremió a Thiago para que fuera el reemplazo del argentino. El médico se abalanzó sobre Messi nada más superar la línea de cal en busca explicaciones y con la bolsa de hielo lista. Leo le indicó la pierna derecha, donde había sentido molestias en el aductor durante todo el segundo tiempo.  Pero lo incierto del resultado no invitaba a bajarse del barco a menos que la pierna dijera basta.

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