La defensa atlética, de la calamidad al cerrojo en un año

El Atlético de Madrid ha terminado la mejor primera vuelta de su historia. Y pese a que no le sirve para plantarle cara al increíble líder, el FC Barcelona, sí se continúa confirmando la mejora deportiva de los rojiblancos desde que Simeone lidera el proyecto. En el poco más de un año que hace que el argentino volvió a casa, el cambio más radical lo ha sufrido la parcela defensiva, durante varios años verdadero quebradero de cabeza de todos los que pasaron por el banquillo atlético. Y como consecuencia, la línea de cuatro titular se ha revalorizado sobremanera.

La variedad de opciones atacantes de calidad, así como la presencia de delanteros relevantes en el panorama internacional, siempre han sido una tónica general en las plantillas colchoneras. Pero a los buenos números goleadores de Torres, Agüero, Forlán y compañía les acompañó siempre la falta de seguridad defensiva de sus respectivos equipos. Esa constante calamidad que hacía llevarse las manos a la cabeza a la afición en demasiadas ocasiones ha dado paso al actual cerrojo en que se ha convertido la zaga del Atlético, actualmente el segundo equipo menos goleado del campeonato. Además, sin cambiar a los protagonistas…

La inestabilidad deportiva concreta en la que aterrizó Simeone convenció al técnico de que lo primordial era convertirse en un equipo difícil de batir. Y lo consiguió. De hecho, hasta el séptimo partido dirigido por el Cholo no llegó el primer gol en contra, ante el Lazio en Europa League. La temporada pasada se cerró siendo el cuarto equipo menos goleado de la Liga pese a que con Manzano se hubieran encajado 27 goles en 17 partidos, por los 19 tantos en 21 choques que se recibieron ya con el sudamericano. En la actual temporada, el exjugador rojiblanco también ha conseguido que se marche a un ritmo de menos de un gol por jornada, ya que sólo son 18 las veces que los rivales han perforado la portería atlética en los primeros 19 partidos. Sólo el Málaga, con 16, presenta mejores números.

Esto es la traducción en estadísticas de lo que es una realidad aplastante en cada partido que juega el club madrileño, capaz de maniatar el ataque del oponente en prácticamente todos los partidos que disputa. La minuciosidad con la que el cuerpo técnico colchonero estudia al rival y la capacidad de todos los jugadores para sacrificarse en labores defensivas ha traído la seguridad atrás que tanto se ansiaba por el Calderón. Los defensas son los jugadores que para rendir lo mejor posible más necesitan de un buen ideario colectivo que funcione y dé sus frutos. De esta manera, la línea formada por Juanfran, Godín, Miranda y Filipe Luis ha pasado en un año de concentrar críticas y dudas a ser a día de hoy una de las más respetables de Europa.

El cerrojo rojiblanco 

Godín quizá sea quien más ha cambiado la opinión general que la parroquia rojiblanca tenía de él. El central uruguayo confirma ahora su multitud de cualidades, y que permanecían ocultas por fallos de decisión clamorosos que transmitían falta de seguridad al resto del equipo y a la grada. Miranda estaba hace un año con pie y medio fuera del equipo. Era un secreto a voces su salida en el pasado mercado invernal sin haber demostrado entonces su capacidad para competir en España. Actuaciones como la protagonizada ante Llorente en San Mamés le pusieron en el disparadero. Finalmente, el Cholo apostó por él y junto a Godín está dando lo mejor de sí. Ambos suman capacidad defensiva, inteligencia táctica y un buen manejo de la salida de balón, mínimos necesarios para poder ser centrales de un equipo grande.

 

Filipe Luis posee desde siempre una calidad innegable, pero su fichaje procedente del Deportivo, tras permanecer varios meses lesionado de gravedad, fue una evidente operación de riesgo. En el Atlético, el brasileño ha devuelto con creces la confianza depositada en él y es uno de los mayores valores del club en la actualidad.

Y Juanfran es la imagen personificada de la mejora rojiblanca. Hace justo dos años, cuando llegó al equipo, nadie hubiera acertado la evolución que ha tenido a nivel profesional. Dio un paso atrás en el campo, y a lo que era un remiendo ideado por Manzano -en un momento de desesperación táctica previo a su marcha- Simeone le dio continuidad hasta convertir al alicantino en uno de los mejores laterales derechos de la Liga, llegando incluso a la Selección Nacional.

Los cuatro, más los comprometidos recambios que encuentran en el Cata Díaz, Cisma y demás, componen la primera defensa sólida que se recuerda en el Manzanares desde el doblete del 96. Por ahí, por los cimientos, quiso empezar Simeone su casa y el resultado es más que evidente.