El Jeque alegó cansancio para no reunirse con Pellegrini en una semana clave

El mejor Málaga de la historia, el que manda en Europa y pelea por la tercera plaza en el campeonato de Liga, vive pendiente de las decisiones y de los compromisos adquiridos por Abdullah Bin Nasser Al-Thani, el mismo que ilusionó a toda una ciudad y el mismo que está cansando a jugadores y técnicos, que a la postre son los que están haciendo realidad el sueño de toda la afición malaguista. Su aparición por La Rosaleda de la pasada semana en plan 'bienvenido Mr. Marshal' llegó con una promesa de volver a invertir en el club, de la que todavía no se tienen noticias. Hoy es el día en el que los jugadores deben cobrar esos 12 millones de euros aplazados, en un gesto de generosidad por el bien del club, el pasado verano. La fiesta del 1 de noviembre ampliará el plazo hasta el lunes, pero jugadores y Pellegrini esperan alguna noticia positiva.

Las señales, además de lo dicho a Mónica Marchante en Canal +, no alimentan el optimismo entre la plantilla, la misma que le ha pedido al señor que llegó de Catar que baje al vestuario, que se acerque a los jugadores y, de paso, cumpla con los compromisos, algo que no hizo durante la pasada temporada. Los primeros síntomas no invitan al optimismo. Abdullah Bin Nasser canceló dos citas que tenía cerradas con el técnico y algunos de los responsables del club por una razón de peso: 'cansancio'. Contundente motivo después de seis meses de ausencia de los aledaños de La Rosaleda.

Pellegrini, auténtico motor del equipo y responsable directo de lo que está haciendo el actual Málaga, está a un paso de estallar. Quiere saber a qué atenerse, conocer la medida exacta del club, lo que piensan hacer los dirigentes con la entidad y con el equipo. El ex del Real Madrid está feliz en la ciudad andaluza, pero su paciencia está a un paso de explotar. La deuda moral y económica que el jeque mantiene con él no está siendo correspondida de ninguna manera. El técnico ha calmado revueltas del vestuario, ha puesto sensatez dentro del grupo y merece un respeto que no encuentra. Lo conseguido por Pellegrini pasará a la historia del fútbol, porque ha logrado que el grupo crezca en la adversidad, pero claro la paciencia tiene un límite. Ya el pasado viernes lanzó mensajes en ese sentido, pero su caballerosa manera de ser, le impide ir más allá.

Los jugadores, los veteranos, están a la espera. El retraso de las nóminas es algo habitual y no sorprende, algo que si ha llamado la atención en los últimos en llegar. Muchos confían en el gesto y que el anunciado dinero de catar termine llegando. Por el momento ya han lanzado mensajes sobre una cercanía que no encuentran con los actuales dueños. Los empleados también están expectantes, pero cada día más desilusionados. La confianza hacia el equipo liderado por Vicente Casado, actual director general del club, es total, pero saben que de él no depende que la situación vuelva a la normalidad, la que se merece el Málaga.

Fernando Sanz, que denunció a Abdullah Bin Nasser por el impago de 3,5 millones de euros y no a la entidad malagueña, sigue sin tener noticia alguna del dinero ni de los representantes del jeque. El acuerdo con la Agencia Tributaria tampoco se ha sellado, lo que cierra el grifo de la Champions, de la llegada de un dinero que los jugadores están justificando sobradamente sobre el terreno de juego. Y si no, que se lo pregunten al Milan de Silvio Berlusconi.