¿Hasta cuándo le saldrá bien a Puyol desafiar a los límites de su cuerpo?

Carles Puyol es conocido en todos los rincones del planeta gracias a las históricas conquistas del Barcelona y al dominio que la Selección ejerce en el fútbol mundial. Rivales y compañeros ven en el central el fútbol hecho defensa. Su compromiso con su club y con su selección ha quedado patente una y mil veces, no se quiere perder ninguna cita y sólo le han puesto falta cuando su cuerpo ha dicho basta. Y es que aunque Puyol se empeñe en echar por tierra los pronósticos de los médicos cuando de recuperaciones se trata, el tiempo no pasa en balde y a sus 34 años los límites de su cuerpo no resisten los desafíos como antes. Él lo sabe. Tanto que después de ganar el Mundial, tenía decidido que su carrera en la Selección había terminado... hasta que sus compañeros y Del Bosque reavivaron su ambición futbolística que hasta hoy permanece intacta.

El capitán del Barcelona vive el fútbol como pocos. Hace de su trabajo una obsesión, vive por y para el balón pero este compromiso tan extremo puede transformarse en un arma de doble filo: por un lado le convierte en uno de los mejores de su profesión y por otro, puede volverse en su contra al ‘abusar’ de los límites naturales del cuerpo humano. Es cierto que los futbolistas viven de su cuerpo; deben cuidarlo al máximo y sus límites no son los mismos que los que puede tener una persona que no se dedica al deporte de forma profesional. Muchos deportistas atienden a su cuerpo meticulosamente. Carles Puyol es el mejor ejemplo de ello y así lo ha confesado en alguna ocasión: “Intento cuidarme al máximo. Es importante el descanso, la alimentación es básica, estirar antes y después de entrenar. Es muy importante cuidarse muchísimo”.

Con una buena base física, es más fácil esquivar las lesiones. No es el caso de Puyol que, desde que debutó hace trece años, ha sufrido un total de 23 repartidas por toda su anatomía: cinco en la cabeza, dos en el tronco, las mismas en los muslos, seis en las rodillas y siete en los tobillos. A esta peculiar colección hay que sumar la luxación sufrida en el partido ante el Benfica, de la que evitará pasar por el quirófano, aunque estará dos meses de baja; Puyol recuperaba la titularidad en el Estádio da Luz y en cada acción se entregó al máximo, imprimió todo su carácter y sus habilidades defensivas como si el de Champions fuese el último encuentro de su carrera. Es su forma de entender el fútbol y para él no hay otra: compromiso, pasión, sacrificio, entrega máxima.

El de la Puebla del Segur es un habitual de las lesiones y aunque sus huesos y sus músculos han sufrido como los que más, sigue desafiando a los límites de su condición física. Ha sabido invertir la situación para que su cuerpo y su mente no se resientan ante las numerosas adversidades. Esta temporada llegó al previo después de salir de una operación de su rodilla derecha, se fracturó el pómulo y cuando estaba recuperado, falló la rodilla izquierda y cuando ya se había olvidado de ella, le llegó el turno al codo. El problema es que el ‘Tiburón’ cumplió 34 años el pasado abril y por mucho que se cuide, sus órdagos a los pronósticos médicos no le saldrán bien eternamente y en algún momento su cuerpo volverá a decir ‘basta’ y puede que sea la definitiva.

Tito, los defensas centrales y el ‘Clásico’ 

El regreso de Puyol a la enfermería crea un nuevo problema a Tito Vilanova que, en principio, no podrá contar con sus defensas centrales titulares para recibir al Real Madrid este domingo en el Camp Nou. Gerard Piqué sigue con la recuperación del esguince sufrido ante el Spartak de Moscú pero parece que también tiene dañado el metatarso por lo que sigue siendo duda. Los apuros del técnico culé vuelven a evidenciar que la línea defensiva es la más débil y que, a pesar una de las zonas que más refuerzos necesita, sigue siendo ignorada en época de fichajes y cuando es atendida, el Barcelona no suele acertar como ocurrió con Chygrynskiy.

Con semejante situación, el técnico del Barcelona está ‘obligado’ a colocar a Alex Song como titular debido a la inversión que el club ha hecho en su fichaje y a “su formación como central en el Bastia” tal y como comentó Vilanova tras el partido de Champions. Todo apunta a que será Mascherano el que acompañe al camerunés ya que tirar de la cantera sería demasiado arriesgado, más por la inexperiencia de Bartra que por su calidad.