La fractura de clavícula, la puntilla a la peor temporada de Dani Alves

Un choque con un compañero. Una mala caída. Fractura en la clavícula derecha. La lesión de Dani Alves llega en el peor momento para el brasileño y pone la puntilla a una temporada para olvidar. Lo cierto es que el lateral empezó muy bien el año, siguiendo la línea marcada en anteriores campañas, pero ha terminado de la peor forma posible: siendo suplente en partidos vitales, protagonizando situaciones comprometidas y, sobre todo, acosado por los rumores que apuntan a que el Barcelona le busca una salida para este verano. Y todo esto un año después de haber renovado con el club azulgrana hasta 2015 con una cláusula de 150 millones que perjudicaría a las supuestas intenciones del equipo culé.

Acostumbrado a verse en el once titular, a ser señalado como uno de los jugadores que más minutos jugaba cada temporada y a no perderse ninguno de los compromisos del Barcelona. Ese era el patrón que seguía Dani Alves hasta el presente año. El lateral derecho, el mejor del mundo ya que eso no se puede discutir, comenzó el curso siguiendo dicha línea pero poco a poco se ha ido diluyendo y Guardiola no ha contado con él en los momentos clave de la temporada como las semifinales ante el Chelsea. Su bajón dentro del campo también ha tenido su continuidad fuera de los terrenos de juego. El brasileño ha tenido problemas en su vida personal que han podido afectarle y además, se ha visto implicado en varias imágenes que dejan mucho que desear como el baile que protagonizó junto a Thiago en el quinto gol de la goleada que el Barcelona hizo al Rayo en Vallecas. El gesto fue duramente criticado por Puyol y por Guardiola que aseguró que no volvería a repetirse. En la última jornada, ante el Betis, se llevó por delante a Montero ganándose una merecida expulsión por doble amarilla que podría haber sido mucho peor si Ayza Gámez le hubiera sancionado con la roja directa.

Esta actitud choca en un vestuario donde ha reinado la armonía… cuando todo ha ido bien. Ahora que las cosas no salen rodadas, es el momento perfecto de calibrar si la sintonía y el buen rollo del que ha hecho gala el vestuario dirigido por Guardiola resisten a los tropiezos. Y es que Pep ha sabido manejar a todos y cada uno de los jugadores. Una tarea a la que ahora debe enfrentarse Tito Vilanova. Con sus salidas de tono, Alves se ha ganado un sitio preferente en los jugadores que podrían salir del club azulgrana ya que ni Pep ni Tito quieren futbolistas que rompan el grupo culé: consideran que el brasileño es una mala influencia para los miembros más jóvenes de la plantilla.

La fractura de la clavícula supone la puntilla a la pesadilla vivida, y provocada en gran parte, por el lateral derecho este año. Alves no estará presente el 25 de mayo en el Calderón. Sólo queda por saber si también será una ausencia a partir del 18 de agosto porque eso querrá decir que el brasileño estaría siguiendo su carrera en otro equipo. Candidatos no le faltarán: el Anzhi ruso, Chelsea y Manchester City no dudarían en negociar con el Barça para hacerse con los servicios del lateral. Lo único que falta es que el Barcelona confirme algo que muchos ya dan por hecho: Alves formará parte del mercado de verano.