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El Barcelona de los 13 títulos se castiga con guerras internas típicas en la historia azulgana
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LOS CULÉS ACABAN LA TEMPORADA CON PROBLEMAS INTERNOS

El Barcelona de los 13 títulos se castiga con guerras internas típicas en la historia azulgana

El mejor Barcelona de la historia está dando paso a un club lleno de dudas, palabras fuera de tono de anteriores dirigentes y enfrentamientos entre el

Foto: El Barcelona de los 13 títulos se castiga con guerras internas típicas en la historia azulgana
El Barcelona de los 13 títulos se castiga con guerras internas típicas en la historia azulgana

El mejor Barcelona de la historia está dando paso a un club lleno de dudas, palabras fuera de tono de anteriores dirigentes y enfrentamientos entre el actual técnico y algunos jugadores que no han entendido algunas de sus decisiones en los partidos decisivos de la presente temporada. Una entidad que ha conseguido 13 títulos, que pueden ser 14, en los últimos cuatros años, se merecía un final de ciclo al menos más tranquilo y con más respeto entre todos los implicados. La sensación es que Rosell no está sabiendo manejar los tiempos. No lo ha hecho en el adiós de Guardiola, ni en la llegada de Vilanova. La capacidad autodestructiva que en ocasiones ha caracterizado al Barcelona, tal y como reconocen los propios protagonistas que forman parte de la historia y de la actualidad blaugrana, ha vuelto a volar sobre el Camp Nou.

La relación entre Guardiola y algunos de sus jugadores ha quedado bastante deteriorada en las últimas semanas. La plantilla no entendió algunas de sus decisiones y así se lo han recordado al entrenador. Messi, Piqué, Cesc y Alves han sido algunos de los jugadores que han mantenido opiniones contrarias a las de Pep. Han sido varias las reuniones que han mantenido y siempre dentro del respeto que se tienen, pero las situaciones han sido tensas. El argentino, protegido al máximo por Guardiola, le recordó al técnico una máxima que tiene el vestuario del Barcelona y de otros muchos equipos: "Los partidos importantes los tienen que disputar los mejores jugadores", en relación a la alineación presentada ante el Real Madrid y en la que el banquillo estuvo repleto de campeones del mundo como Piqué, Cesc, Pedro e incluso el chileno Alexis. Los jugadores creen que estas decisiones o ausencias semejantes en los partidos ante el Chelsea, llevaron al equipo a quedarse sin Liga ni Champions. Así se lo han recordado al técnico, lejos de las despedidas públicas y sí en la soledad del vestuario y del campo de entrenamiento.

Pero por si fuera poco, este mismo jueves los problemas del Barça han vuelto a crecer. El conjunto azulgrana anunció que emprenderá acciones legales contra el diario El Mundo y Salvador Sostres, autor del artículo 'Penúltimas traiciones'. Tal y como confirmó el club a través de un comunicado oficial, el Barça "interpondrá en las próximas fechas las acciones judiciales que sean pertinentes, contra Salvador Sostres y, en su caso, contra quien haya actuado en la preparación del artículo o en la difusión de la información contenida con ánimo fraudulento, para obtener el resarcimiento de los daños y perjuicios causados al Club, a su presidente y al entrenador del primer equipo de fútbol".

Rosell y Guardiola nunca han sido amigos y tampoco lo serán a partir del día 26 de mayo, momento en el que el técnico pondrá punto y final a su responsabilidad como primer entrenador azulgrana. El presidente nunca creyó el anunciado adiós de Pep y menos aún cuando el Barcelona se vio fuera de Liga y Champions. Esperaba un paso atrás del técnico que nunca llegó. La venganza del dirigente llegó en forma de apuesta por Vilanova que no comunicó al técnico hasta minutos antes del anuncio de su renuncia al banquillo azulgrana y que molestó sobre manera al técnico.

Todo lo que sabía era por boca de Vilanova y no del presidente que culminó su venganza con el entrenador al anunciar el nombramiento del todavía segundo técnico el mismo día del adiós de Guardiola al que ha sido su equipo de toda la vida. El que iba a ser el día de Pep terminó siendo el de Tito. De nada valió la súplica de Guardiola pidiendo unos días para anunciar el cambio de orden en el banquillo. Rosell quería minimizar el efecto y, de paso, restar protagonismo al hombre de los 13 títulos.

El factor social no se ha quedado atrás en esta crisis que parece atravesar el Barcelona como entidad. Joan Laporta ha aparecido en el momento más inoportuno. Muchos creen que el expresidente ha vuelto a escena en el momento en el que Guardiola le ha dado el ok. Laporta no olvida la campaña de desgaste hecha por Rosell y su equipo, moción de censura incluida, y va a machacar al actual presidente todo lo que pueda, cuestionando todas sus decisiones y anunciando a tres años vista de las próximas elecciones, su intención de presentarse como candidato a aspirante al sillón presidencial. La duda es saber si llegado ese momento, el de encarar unos comicios, Laporta sería capaz de presentarse junto a... Guardiola.

El mejor Barcelona de la historia está dando paso a un club lleno de dudas, palabras fuera de tono de anteriores dirigentes y enfrentamientos entre el actual técnico y algunos jugadores que no han entendido algunas de sus decisiones en los partidos decisivos de la presente temporada. Una entidad que ha conseguido 13 títulos, que pueden ser 14, en los últimos cuatros años, se merecía un final de ciclo al menos más tranquilo y con más respeto entre todos los implicados. La sensación es que Rosell no está sabiendo manejar los tiempos. No lo ha hecho en el adiós de Guardiola, ni en la llegada de Vilanova. La capacidad autodestructiva que en ocasiones ha caracterizado al Barcelona, tal y como reconocen los propios protagonistas que forman parte de la historia y de la actualidad blaugrana, ha vuelto a volar sobre el Camp Nou.