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La Copa Confederaciones, un torneo que no se toma en serio ni el campeón del mundo
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podría ser la última edición

La Copa Confederaciones, un torneo que no se toma en serio ni el campeón del mundo

La selección de Alemania acude a Rusia con un equipo en el que prácticamente no hay ningún jugador habitual. La FIFA plantea eliminarla y crear un gran Mundial de Clubes en 2019

Foto: Draxler, suplente normalmente, será capitán de una Alemania sin estrellas. (EFE/EPA)
Draxler, suplente normalmente, será capitán de una Alemania sin estrellas. (EFE/EPA)

A la FIFA le gusta el dinero. Es una organización sin ánimo de lucro, pero se embolsa miles de millones de euros al año por organizar el mundo del fútbol. Un día, hace 20 años, entendió que su deporte necesitaba una nueva fuente de ingresos. Se le ocurrió al por entonces presidente, João Havelange, que la mejor forma de recaudar era un nuevo torneo. Antes de empezar a pensar en cómo crearlo, echó un vistazo al panorama internacional y vio que habían creado un torneo amistoso en Arabia Saudí que no tenía mala pinta del todo. Lo habían llamado Copa Rey Fahd y venía jugándose desde 1992. Lo disputaban campeones de las diferentes confederaciones y lo absorvió para crear la Copa de las Confederaciones. Medio siglo después del primer campeonato, está a punto de desaparecer.

Por si no se habían dado cuenta, la Confederaciones vuelve. Empieza hoy sábado. No la juega España, ya no, porque no es campeona de nada. Así que aquí en nuestro país nos importa bien poco. La cosa es que nos importa bien poco a nosotros porque nuestra selección no participa, pero es que, para ser sinceros, no le importa ni a los que participan en ella. La campeona del mundo, Alemania, ha acudido a Rusia, lugar donde se celebra como anticipo al Mundial del próximo año, con una plantilla que casi nada tiene que ver con la que suele convocar Joachim Löw en situaciones normales. Ni un solo titular. No están Kroos, Özil, Müller, Neuer, Hummels... ¿Recuerdan a Julian Draxler? Buen jugador del PSG que apenas si tiene hueco en las alineaciones de la 'Mannschaft', es el capitán alemán.

Alguien podría decir que a Alemania le haría ilusión este torneo porque nunca lo ha ganado. Tiene tres Eurocopas y cuatro Mundiales, pero nunca ha ganado la Confederaciones. Ni falta que nos hace, parecen haber pensado. En un mundo del fútbol suficientemente colapsado de partidos casi todos los días, la federación alemana, con Löw a la cabeza, decidieron dar un descanso a sus mejores futbolistas, dejarles el verano libre para descansar y poder así alcanzar el próximo mes de junio en plenitud física, que es cuando realmente cuenta. El Mundial es lo que da estrellas en la camiseta, la Confederaciones da cansancio en las piernas y poco rédito deportivo. A quien más atrae es a los conjuntos que aparecen poco por estos lugares, como puede ser Portugal, novata. Cristiano es, sin duda, la mayor atracción de toda la competición.

No todos piensan de esta manera, evidentemente. Díganselo a Brasil, que prácticamente siempre aparecía por este torneo y se lo tomaba como si la copa dorada fuera la misma que se da en los Mundiales. La ha ganado cuatro veces de las siete que ha disputado, siendo favorito, no siéndolo, en cualquier situación. A España se le escapó la oportunidad en las dos que tuvo, pero en nuestro país el drama no existió. De hecho, tras perder contra Estados Unidos en 2009, se ganó el Mundial al año siguiente.

Pero que signifique tanto para la selección más laureada del planeta no es motivo suficiente para mantener una competición cada vez menos llamativa. El crecimiento imparable de la Champions League y la preponderancia internacional de los clubes sobre las selecciones le han hecho a la FIFA plantearse una alternativa: el Mundial de Clubes, sin el diminutivo 'ito'. Un gran Mundial que incluya entre 16 y 32 clubes de todo el planeta que se disputaría cada dos años, siempre en curso previo a Eurocopa y Mundial, teniendo, en teoría, la primera edición en 2019, aunque todavía es un mero proyecto.

La terna de participantes incluiría, con toda seguridad, a los dos últimos campeones de la Champions League, de la Europa League, la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, e incluso podrían entrar los semifinalistas de alguna de esas competiciones. También participarían los campeones continentales de las demás federaciones, esto es, África, Asia, Norteamérica y Oceanía. Es decir, más partidos oficiales, muchos más. Un calendario más sobrecargado y los futbolistas cada vez más agotados. Pero es el dinero lo que importa y eso es lo que adquirirá la FIFA.

A la FIFA le gusta el dinero. Es una organización sin ánimo de lucro, pero se embolsa miles de millones de euros al año por organizar el mundo del fútbol. Un día, hace 20 años, entendió que su deporte necesitaba una nueva fuente de ingresos. Se le ocurrió al por entonces presidente, João Havelange, que la mejor forma de recaudar era un nuevo torneo. Antes de empezar a pensar en cómo crearlo, echó un vistazo al panorama internacional y vio que habían creado un torneo amistoso en Arabia Saudí que no tenía mala pinta del todo. Lo habían llamado Copa Rey Fahd y venía jugándose desde 1992. Lo disputaban campeones de las diferentes confederaciones y lo absorvió para crear la Copa de las Confederaciones. Medio siglo después del primer campeonato, está a punto de desaparecer.

Selección de fútbol de Alemania