Pepe-Sergio Ramos: la vertiginosa cuesta abajo de un tándem que debe reflotar Zizou

Los números, como el algodón, no engañan y los que en la presente temporada esgrimen Pepe y Sergio Ramos casi aseguran que la que hasta hace poco fue considerada como la mejor pareja de centrales del mundo va cuesta abajo y sin freno. Con Varane de inquilino permanente de la enfermería y con Nacho como único elemento fiable, el Real Madrid sufre un grave déficit en su área de contención.

El pasado domingo, sin siquiera oler la catástrofe de su destitución, Rafa Benítez se encontraba encendido por las numerosas vías de agua que producía su pareja de centrales. Pepe, que en febrero cumplirá 33 años, hizo un penalti de libro sobre André Gomes, al que arrolló por detrás, y al final, tras el gol de Bale, la concentración de Ramos y, sobre todo, la de su compañero en la zaga se fue a pasear y Paco Alcácer perforó de nuevo la red madridista. Paradojas del destino: casi sin querer, Pepe, uno de los pocos amigos con los que contaba Benítez dentro del vestuario, terminó de darle el tiro de gracia al técnico. Con Ramos apenas hablaba Rafa.

El fútbol, deporte universal, nunca mira hacia atrás y, como los huracanes más violentos, se lleva todo por delante. De Sergio Ramos (en marzo hará 30 años), considerado el mejor central del mundo hace menos de dos años, llegó a decir el mítico Baresi: “Me parece un defensor distinto, muy grande, con mucha personalidad en el campo. Tiene unas cualidades que le hacen diferente y por eso puede jugar en varias posiciones. A mí me gusta más de central. Es muy fuerte en el centro de la defensa, juega de una forma más natural, donde exprime mejor sus cualidades. Va muy bien de cabeza, con los pies y es inteligente”. El brasileño Scolari, que fue seleccionador de Portugal, dijo esto sobre Pepe: “Corre como un extremo y posee una elasticidad increíble. Es uno de los centrales más completos que existen. Tiene mucha garra”.

La solidaridad

Pepe y Ramos lo poseían todo y han dado muchas tardes de gloria al equipo blanco. Sergio pasará a la historia por su gol decisivo para la consecución de la Décima. Solo las lesiones se han interpuesto en la trayectoria de estos dos jugadores, en particular de Pepe. El sevillano, futbolista que parecía de goma, sufrió una mala caída contra el Shakhtar Donetsk y se lesionó el hombro. Aquello sucedió el 15 de septiembre y desde entonces parece que solo ve la noche. En Sevilla, tras marcar un estupendo gol ante su exequipo, volvió a recaer.

El pundonor del camero, futbolista que siempre quiere jugar, le está acarreando fuertes quebraderos de cabeza. Por condiciones y carisma, Sergio es indispensable para los técnicos. Ha saltado de la camilla de la enfermería a los partidos de fútbol, apenas se ha entrenado y eso ha restado efectividad a sus acciones. Sergio Ramos lleva jugados 13 partidos de Liga y ha marcado solo un gol; Pepe ha disputado un encuentro más que su compañero, pero sus prestaciones también han caído sobremanera. Ramos, de los defensas más goleadores del mundo, promedia 7 goles por temporada. Con un salto poderoso y un sentido de la posición envidiable, siempre ha sido un arma letal en los saques de esquina y en las jugadas de estrategia. Pero su nivel ha bajado. Su único tanto en lo que va de temporada no lo ha hecho de cabeza, sino con los pies (espectacular volea).

Zinedine Zidane, el flamante entrenador del primer equipo, deberá poner en forma a estos emblemáticos defensas para tapar el tremendo agujero defensivo que padece el Real Madrid. El equipo sufre una grave carencia en la transición ataque/defensa, porque los atacantes, en particular la BBC (Bale, Benzema y Cristiano), suelen quedarse enganchados arriba y bajan los brazos en las acciones de contragolpe del adversario. James Rodríguez tampoco da muestras de una gran solidaridad. Esta carencia, ya denunciada por Carlo Ancelotti y Rafa Benítez, tiene muy complicada solución. Por eso el Real Madrid necesita zagueros ágiles y de gran velocidad. Ante el Valencia (y en lo que va de competición), tanto Pepe como Sergio Ramos demostraron que se encuentran muy lejos de su mejor momento. Y puede que los mejores días ya no vuelvan.