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Zidane, una volea de ilusión para el Madrid
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CAMBIO DE DUEÑO EN EL BANQUILLO BLANCO

Zidane, una volea de ilusión para el Madrid

Zidane es el nuevo técnico del Real Madrid, una volea de ilusión para todos los estratos del club blanco. ¿Por cuánto tiempo? Florentino no lo desveló, pero todo apunta a que serán 3 temporadas

Foto: Zidane durante un partido del Real Madrid en el Santiago Bernabéu (Imago).
Zidane durante un partido del Real Madrid en el Santiago Bernabéu (Imago).

“Zidane será entrenador del Real Madrid”. Florentino Pérez pronunció estas palabras a mediados del mes de noviembre. Su vaticinio estaba destinado a ser una realidad, pero puede que en los planes del presidente madridista no entraba que fuese tan pronto. El francés estaba predestinado a sentarse en el banquillo del Santiago Bernabéu como entrenador; lo hará este mismo sábado frente al Deportivo de La Coruña envuelto en un halo de esperanza que ha impregnado desde la zona noble de Concha Espina hasta el vestuario pasando por las gradas. Regresa el hombre del contrato en una servilleta. Vuelve el futbolista que no jugaba, bailaba con el balón creando jugadas tan imposibles que eran capaces de engañar al ojo humano. Zinedine Zidane es el nuevo entrenador del Real Madrid, una volea de ilusión para el club blanco.

La empresa que tiene el entrenador galo para lo que resta de temporada y las dos siguientesno es fácil. Recoge un equipo que se despidió de la Copa antes de tiempo por una alineación indebida y cuya situación en la Liga es complicada teniendo en cuenta que se trata del Real Madrid: es tercero en la clasificación a cuatro puntos del Atlético -líder- y a dos del Barcelona, segundo. La Champions se antoja como el salvavidas perfecto, pero en el horizonte se asoma la Roma, un equipo acostumbrado a amargar las noches europeas del conjunto blanco. La situación deportiva no es la única que necesita un nuevo rumbo: la comunión con la grada se ha roto y los silbidos y los gritos hacia jugadores, cuerpo técnico y directiva se han convertido en una constante. Se demanda ilusión. Una palabra asociada a la noche de hoy, la de Reyes, la misma en la que, en 2002, Zidane bailó ante el Deportivo con una obra maestra convertida en gol y el Real Madrid se proclamó campeón de invierno.

La llegada del entrenador francés está llena de coincidencias, pero lo cierto es que Zizou coge las riendas del equipo antes de tiempo ya que él hubiera preferido hacerlo a final de temporada y no ser una solución de urgencia. Sea como sea, llega con la bendición de todos los estratos del madridismo. A nadie se le escapa que Zidane es uno de los hombres de Florentino Pérez, el máximo dirigente del Real Madrid ha declarado en más de una ocasión que se trata del más emblemáticos de sus fichajes. Por él siente devoción y en él siempre ha tenido confianza ciega, tanto que cree que puede marcar una época siendo el Guardiola del club blanco. Por otro lado, el madridismo le venera. En su figura ven al hombre de la Novena, al hombre que trae buenos recuerdos y al jugador que evoca tiempos mejores.

El respeto del vestuario

Finalmente, cuenta con el visto bueno de la plantilla del Real Madrid. No en vano, ya conoce a la inmensa mayoría de sus integrantes. Hay futbolistas -como Sergio Ramos- que han compartido vestuario con él en su época de jugador, otros le conocen de su etapa como ayudante de Mourinho o Ancelotti y algunos mantienen una estrecha relación con él. Es el caso de Jesé, Benzema, Varane o Isco, que llegó al club blanco tras la mediación del francés y que, como los dos primeros, pertenece al grupo de jugadores que no mantenían una buena relación con Rafa Benítez. Zidane sabe que cuenta con el respeto del vestuario que, a partir de este martes, tendrá a sus órdenes: “Voy a hacerlo lo mejor posible con todos los jugadores y creo que va a salir todo bien. Lo importante es estar con el equipo y trabajar”.

El Castilla ha sido el jardín en el que empezó a crecer como entrenador. Sin ningún atisbo de duda, Florentino le ofreció las riendas del filial blanco y lo cierto es que su primer temporada estuvo marcada más por las sombras por las luces. El objetivo era ascender a Segunda y aunque éste no se consiguió, la confianza en el francés no se quebrantó. Lo cierto es que el camino de Zidane en el banquillo del Castilla arrancó con cinco derrotas en los seis primeros partidos y una sanción de tres meses. ¿El motivo? El carnet de entrenador. La RFEF le impuso dicho castigo porque, según el reglamento, para dirigir un equipo en España hay que poseer el Nivel 3. En Francia y en otros países de Europa es necesario el Nivel 2 o una justificación que acredite que el técnico sigue formándose para alcanzar el siguiente escalón.

Código de futbolista

Esta temporada, el Castilla de Zidane pasó página y presume de ocupar la segunda posición de su grupo. A partir de ahora, el equipo tendrá que seguir su recorrido sin un entrenador cuyo trayecto hasta el banquillo del Bernabéu ha sido más corto de lo esperado. Como decíamos, allí se encontrará con un vestuario que conoce bien y que le respeta por sus maneras. Si por algo se caracteriza el nuevo técnico del Real Madrid es por su prudencia, la cercanía que mantiene con los jugadores, sus charlas individuales o el exhausto conocimiento del código del futbolista (algo que la plantilla censuraba en la figura de Benítez). Estos factores generan una complicidad vital entre el entrenador y los futbolistas que dirige.

Criticado por su falta de mano dura, Zidane recibió un máster junto a Ancelotti y encaja en el perfil de exitosos entrenadores que han pasado por el Bernabéu como Vicente del Bosque. Del francés se espera que apueste por el fútbol ofensivo, directo y eficaz; no en vano, Zidane ha señalado en varias ocasiones que el del balompié es un deporte sencillo. En el Real Madrid del entrenador francés los entrenamientos volverán a ser uno de los puntos clave puesto que jugará el que se lo gane y todo apunta a que no se encorsetará en un único sistema: importan los jugadores, no el esquema. A pesar de ello, Zidane no renunciará a la calidad en el centro del campo y, haciendo gala de la herencia recibida de Ancelotti, apostará por un once estable donde reine el equilibrio y la armonía. El nuevo técnico blanco llega con las ideas claras y una palabra grabado a fuego: trabajo.

El carácter ambicioso y ganador de Zidane aterriza en el Bernabéu para reconducir el rumbo del Real Madrid. El equipo, la afición y los dirigentes apuestan por el francés para dar un giro de 180 grados a una situación todavía reversible. Sin olvidar que su carrera como entrenador se limita al Castilla y a su papel de enlace entre el técnico y la plantilla, con él se espera recuperar sensaciones y regularidad. El reto es de dimensiones desproporcionadas, pero según Florentino “la palabra imposible” no existe para Zidane. Como jugador lo demostró haciendo magia con el balón, ahora es tiempo de hacerlo desde el área técnica.

“Zidane será entrenador del Real Madrid”. Florentino Pérez pronunció estas palabras a mediados del mes de noviembre. Su vaticinio estaba destinado a ser una realidad, pero puede que en los planes del presidente madridista no entraba que fuese tan pronto. El francés estaba predestinado a sentarse en el banquillo del Santiago Bernabéu como entrenador; lo hará este mismo sábado frente al Deportivo de La Coruña envuelto en un halo de esperanza que ha impregnado desde la zona noble de Concha Espina hasta el vestuario pasando por las gradas. Regresa el hombre del contrato en una servilleta. Vuelve el futbolista que no jugaba, bailaba con el balón creando jugadas tan imposibles que eran capaces de engañar al ojo humano. Zinedine Zidane es el nuevo entrenador del Real Madrid, una volea de ilusión para el club blanco.

Zinédine Zidane
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