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Los peores goles son los que se marcan en las redes sociales
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EL FICHAJE DE JULIO REY TRUNCADO POR UN TUIT

Los peores goles son los que se marcan en las redes sociales

El problema llega cuando las redes sociales son empleadas como un altavoz a través del cual se manifiestan opiniones que pueden acabar volviéndose en contra del personaje en cuestión

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Las redes sociales se han colado en nuestro día a día y es que son pocas las personas que no poseen un perfil en alguna de las plataformas más conocidas. Éstas han cambiado la forma de comunicarse y, al mismo tiempo, se han convertido en un arma de doble filo. Sobre todo, cuando el usuario es un rostro conocido. El mundo del deporte no es una excepción: por ejemplo, para el recuerdo queda la felicitación de Ramos a la selección femenina de waterpolo… 24 días después. Se trató de un error sin más, el problema llega cuando las redes sociales son empleadas como un altavoz a través del cual se manifiestan opiniones que pueden acabar volviéndose en contra del personaje en cuestión. Julio Rey ha sido el último en comprobar que estas plataformas son un arma de doble filo, pero no ha sido el único.

Facebook, Twitter, Instagram… se han convertido en medios empleados tanto por jugadores como por clubes para comunicarse con la afición: desde fichajes hasta aspectos personales pasando por todo aquello que el seguidor no tiene al alcance de la mano como, por ejemplo, las celebraciones que se llevan a cabo en un vestuario. La forma de comunicarse ha evolucionado en los últimos años y la repercusión de un deporte como el fútbol también se manifiesta en las redes sociales. Las cuentas personales de los jugadores se han convertido en un foco de atención y conversación; en muchos casos son ellos los que toman la decisión de abrir y gestionar dichos perfiles aunque ya existen empresas que ofrecen un servicio especializado en estos temas para evitar casos como el de Julio Rey.

La gran mayoría de los futbolistas no eligen el momento de tuitear como sí ocurre con actores, cantantes y otros rostros conocidos. Eso sí, emplean sus redes sociales para promocionar eventos (muchos de ellos de carácter benéfico) o marcas de las que son imagen. Y es que hay estudios que inciden en la importancia de estos perfiles puesto que pueden llegar a influir en su valor de mercado y en consecuencia, en su sueldo: cuanto mayor en su popularidad, más ingresos genera para el club en cuestión de marketing. El objetivo principal de las redes sociales es usarlas para difundir información, pero se han convertido en un arma de doble filo por el mal uso o gestión que algunos hacen de ellas. Tanto que en el Mundial, Italia prohibió la presencia activa de sus jugadores en estas plataformas para evitar distracciones y polémicas innecesarias.

La última surgió este lunes cuando el Deportivo anunció el fichaje de Julio Rey para después dar marcha atrás. ¿La razón? Un tuit que el jugador había escrito hace tres años que incluía graves insultos hacia el club gallego: “Puta Depor, puta Riazor”. De poco ha servido que cerrase su cuenta o sus posteriores disculpas ya que el conjunto decidió no rematar el acuerdo después de los “desafortunados comentarios vertidos por el jugador en su perfil personal en las redes sociales. El Deportivo entiende que un jugador merece vestir la camiseta blanquiazul si es un ejemplo de deportividad, respeto por los rivales, compromiso y sentimiento positivo hacia el Depor, sus colores, su escudo y los valores que la institución representa”. No es el único revuelo que estos días se ha formado en torno a los comentarios y opiniones vertidas en Twitter.

Dani Ceballos se proclamó campeón de Europa Sub 19 el domingo pasado tras derrotar a Rusia en la final y, evidentemente, compartió el momento en su perfil de la red de microblogging. El jugador del Betis se convirtió en 'trending topic' (tema del momento) y no precisamente por el título que acababa de ganar. Buceando en su cuenta y retrocediendo hasta 2012 -el mismo año en el que Julio Rey publicó su tuit insultando al Depor-, encontramos comentarios escritos con dudosa ortografía en los que no sólo carga contra las mujeres y los gitanos, también insulta a rostros conocidos por su físico y arremete contra vascos y catalanes llegando, incluso, a insultar a jugadores como Piqué. La controversia suscitada llevó al jugador a borrar algunos de sus tuits.

Otro jugador que se vio obligado a rectificar en las redes sociales fue Peru Nolaskoain. El que fuera centrocampista del Juvenil Nacional del Antiguoko (club donostiarra unido a la Real Sociedad) tenía varias ofertas sobre su mesa, pero acabo eligiendo al Athletic Club. Un movimiento más en el mercado de fichajes que no es la nota discordante en su historia. Ésta la encontramos, cómo no, en su cuenta de Twitter. En ella no sólo dejaba caer que el club de San Mamés se veía favorecido por los árbitros, también se alegraba de las derrotas de dicho equipo con goles en fuera de juego e, incluso, llegó a manifestar: “Qué asco me da Aduriz”. Una vez oficializada su salida rumbo a Bilbao, primero protegió su cuenta en Twitter y después se disculpó: “Me toca pedir perdón por lo que he escrito contra el Athletic, nunca se sabe dónde va a acabar uno”.

Peru tuvo más suerte que Julio Rey o que Roberto Batres. En su día, llegó al Alcoyano como uno de los grandes fichajes del equipo en el mercado estival… y defendió el escudo en dos partidos. ¿El motivo? Un comentario que escribió en su Facebook y que fue la causa de su despido: “Limpiando la casa y haciendo la maleta que mañana vuelvo a mi casa y como me toque el gordo va a volver su puta madre”. El director deportivo del Alcoyano, Toni Torres, fue el encargado de comunicarle que, en efecto, hiciera las maletas porque no iba a volver a formar parte de las filas del club alicantino. Un caso parecido protagonizó Luxemburgo, exentrenador del Real Madrid. El brasileño criticó en su cuenta de Twitter la actitud de Keirrison en su fichaje por el Barcelona: “Incluso si no es traspasado, conmigo no juega más”. Fue el propio técnico el que confirmó su salida del Palmeiras por este motivo: “Fui despedido por estar en contra de las actitudes de Keirrison”.

Y es que las críticas están a la orden del día y Twitter surge como el medio perfecto para verterlas: cortito y al pie. Así fue el caso del canterano Francisco Sol Ortiz. El jugador del Real Madrid C criticó a Mourinho en el debut de Pedro Mendes para luego publicar que había sido un amigo suyo el que había escrito el tuit. El club blanco se planteó prohibir el uso de este tipo de plataformas, una posición que comparte el Liverpool. A raíz de un mensaje publicado por Balotelli y que fue interpretado como racista, Ian Ayre, director ejecutivo del club inglés, comentó que si tuvieran “la posibilidad, nos encantaría mantener a nuestros jugadores fuera de las redes sociales porque son un problema sin solución”. Ayre cree que este tipo de situaciones se generan porque los futbolistas tienen mucho tiempo libre y “en esos momentos parecen sentir el impulso de poner esos mensajes locos. No hay mucho que podamos hacer más allá de intentar educar a nuestros jugadores sobre este tema”. Algo cada día más necesario para evitar polémicas como las vividas estos días.

Las redes sociales se han colado en nuestro día a día y es que son pocas las personas que no poseen un perfil en alguna de las plataformas más conocidas. Éstas han cambiado la forma de comunicarse y, al mismo tiempo, se han convertido en un arma de doble filo. Sobre todo, cuando el usuario es un rostro conocido. El mundo del deporte no es una excepción: por ejemplo, para el recuerdo queda la felicitación de Ramos a la selección femenina de waterpolo… 24 días después. Se trató de un error sin más, el problema llega cuando las redes sociales son empleadas como un altavoz a través del cual se manifiestan opiniones que pueden acabar volviéndose en contra del personaje en cuestión. Julio Rey ha sido el último en comprobar que estas plataformas son un arma de doble filo, pero no ha sido el único.

Dani Ceballos
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