El Bayern sufre para ganar al Borussia y sumar su quinta Champions

El Bayern ya tiene cinco. Su dominio en la Champions, sólo el Arsenal ha sido capaz de poner en aprietos a los de Heynckes, quedó plasmado con un sufrido pero merecido triunfo (1-2) en Wembley ante el Borussia Dortmund, sin duda, el segundo mejor equipo de la presente Copa de Europa. La fuerza física, el convencimiento en la victoria y un fútbol veloz, bonito y efectivo, le han dado al equipo bávaro una nueva Champions, tras las recientes finales perdidas ante Inter y Chelsea.

Bayern y Borussia Dortmund habían anunciado durante toda la competición, con su buen juego y despliegue de fuerza, una final abierta, jugada a una velocidad a la que pocos equipos pueden llegar y un fútbol de nivel. Y no defraudaron a nadie. El verdugo del Real Madrid inició el partido mandando y lo hizo con los argumentos que le valieron para eliminar al equipo de Mourinho. Velocidad en la circulación de la pelota y sencillez a la hora de plantear las llegadas a la portería de Neuer. La fórmula es sencilla. Balón a Gundogan y el que el mediocentro se incline por la mejor opción, algo que funcionó hasta el minuto 25. Casi siempre buscaba a Reus, el otro gran talento del Borussia Dortmund.

Tras unos instantes de tanteo, la velocidad de la circulación del balón en el Borussia Dortmund empezó a dejar en entredicho al bloque del Bayern. Los de Heynckes ni la veían. El primer aviso llegó a los diez minutos con un tiro alto de Blasczykowski. Los a priori favoritos sufrían, algo que se confirmó de inmediato. Neuer se convirtió en el mejor jugador bávaro y lo hizo con tres buenas paradas a Lewandoswski, Bender y Blaszczykowski. Por alto, fuera de los tres palos y con el pie. El ex del Schalke salvó a su equipo.

El Bayern tenía que reaccionar, empezar a mostrar algo de ese equipo que pasó por encima del Barcelona en semifinales. Como no podía con el balón sobre el verde, el peligro lo armó a balón parado. El inédito hasta el momento Mandzukic se impuso a Bender para poner a prueba a Weidenfeller, que sin ganas de hacerlo también reivindicó su posición de buen portero. 

Tres fallos de Robben 

El golpe tocó la moral de los amarilllos. Javi Martínez (colosal derroche de fútbol y fuerza), Ribéry y alguno más se dieron cuenta de que era el momento de dar un paso, de buscar algo más que el lento pasar del tiempo a la espera de una oportunidad. Decidieron adelantar la presión, intentando ahogar a los de Klopp. Robben tuvo hasta tres llegadas claras en ese cuarto de hora, pero no acertó con la elección correcta. Falló en las tres, algo que no ocurrió a dos minutos del fínal del partido. Ahí acertó y dio la Champions a su equipo, pero antes desesperó a todos y recordó a ese jugador que no suele elegir bien.

El holandés tuvo hasta tres claras ocasiones y en ninguna acertó. Una por egoísmo al no pasar a Mandzukic cuando se encontraba solo en el punto de penalti, otra por no acertar a superar a Weidenfeller y la última por encontrarse con la cara del portero cuando no tenía a nadie más por delante en el camino hacia la red. Por fortuna para su equipo y ayudado con un toque involuntario de Schmelzer, en la segunda parte sí que acertó a asistir en el primer gol de partido al delantero croata a la hora de partido.

Empate a uno

El descanso dejó un partido más abierto, con alternativas, sin un dominador claro, algo que quedó demostrado cuando en apenas veintidós minutos, uno y otro equipo habían logrado marcar. El Bayern necesitó la inspiración de Ribéry, apoyado en la fortuna de Robben al asistir a Mandzukic para inaugurar el marcador.

Ocho minutos más tarde, fue el Borussia el que dejó sin efecto el golpe bávaro. Reus, el mayor talento sobre el terreno de juego, se las ingenió para que Dante le hiciera dos penaltis en uno. Gundogan no perdonó, algo que sí hizo Rizzoli, árbitro del encuentro, al no mostrar la segunda amarilla al brasileño. Y es que dio la sensación de que el italiano se asustó cuando se percató que era la segunda amonestación, retirando la mano del bolsillo y cesando la búsqueda de la cartulina.

Robben, a dos minutos del final

Nadie esperaba la reacción del Borussia Dortmund. El Bayern estaba mejor en lo físico y con el once más entero y pisando más terreno amarillo, pero cuando enfrente hay talento no te puedes descuidar, algo de lo que se aprovechó el equipo de Klopp para lograr el empate. A partir del empate, el Bayern se convirtió en el jefe del partido. 'Manos sanadoras', así se conoce al médico del Bayern tiene a sus jugadores como motos como pudo comprobar el Barcelona y ahora el Borussia Dortmund. El último cuarto de hora se convirtió en una sucesión de ocasiones. Müller, Mandzukic, Robben y Schweinsteiger las tuvieron de todos los colores, pero unas veces Weidenfeller y otras Subotic parecieron impedir el triunfo del Bayern.

Cuando todo pintaba a prórroga y en una jugada sin excesivo peligro, un mal despeje, un fallo en el marcaje y un taconazo de Ribéry terminaron con el balón en la red de la portería del Borussia. Robben fue, en esta ocasión, el más listo de la clase. La tocó lo justo para llevarse entre las piernas de los defensas de Klopp y batir con un suave toque a Weidenfeller. Quedaban dos minutos y el Borussia no tuvo tiempo para reaccionar.

Ficha técnica

Borussia Dortmund: Weidenfeller, Subotic, Bender (Sahin, m.90), Gündogan, Lewandowski, Reus, Hummels, Blaszczykowski (Schieber, m.90), Grosskreutz, Piszczek, Schmelzer.

Bayern Múnich: Neuer, Dante, Ribéry (Dias, m.90), Javi Martínez, Manzukic (Gómez, m.90), Robben, Boateng, Lahm, Müller, Alaba, Schweingsteiger.

Goles: 0-1, m.60: Mandzukic. 1-1, m.68: Gündogan, de penalti. 1-2, m.88: Robben.

Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Dante y Ribéry (Bayern), así como a Groskreutz (Borussia) .

Incidencias: Final de la Liga de Campeones disputada en el estadio de Wembley ante 86.298 espectadores.