El Real Madrid jamás ha remontado un empate a uno lejos del Bernabéu

Aunque parezca mentira, el Real Madrid debe desafiar hoy a la historia de la que ha sido siempre su competición. Necesita dar la vuelta a una eliminatoria que se complicó primero en la fase de grupos al quedar segundo, después en el sorteo y más tarde con el resultado logrado por el United en el Bernabéu, algo que obliga al equipo español a conseguir lo que nunca ha hecho. Y es que el Real Madrid no sabe lo que es remontar una eliminatoria europea que inició empatando a uno en casa, nuevo reto marcado por Mourinho y los suyos en su carrera por hacer historia como blanco. Bayern, PSV, Milan y Dinamo de Kiev han sido los anteriores equipos que lograron empatar a uno en Chamartín y después supieron administrar ventaja e incluso golear en la vuelta.

José Mourinho y sus jugadores tienen que hacer algo a lo que no están acostumbrados y no es otra cosa que ganar una eliminatoria europea lejos del Santiago Bernabéu, circunstancia que no sucede desde la primavera de 2002, momento en el que el Real Madrid de Vicente del Bosque fue capaz de ganar en el Camp Nou por cero goles a dos (McManaman y Zidane). Después llegó el partido de vuelta en el recinto madridista, que terminó con empate a uno, pero todo estaba sentenciado desde el choque de ida disputado en Barcelona. 

Desde ese momento, el equipo blanco no ha dado la talla lejos de su estadio. Bayern (tres veces), Juventus (dos ocasiones), Liverpool, Roma, Lyon, Arsenal y Barcelona han eliminado a los madridistas, evitando su presencia en la final año tras año. En estas once eliminatorias decisivas, la historia se repitió y en ninguno de los partidos disputados como visitante fue capaz de ganar, punto negro del Real Madrid en Europa en la última década.

El Real Madrid no tiene necesidad de ganar, pero si de marcar. Con Mourinho en el banquillo, el equipo blanco ha mojado en todos los partidos disputados como visitante en Europa. En esta ocasión le vale un empate a dos o cualquier victoria en Old Trafford para seguir con vida en la Champions. La igualada a uno del Bernabéu del partido de ida condena a los madridistas a tener que salir a ganar, a marcar más de un gol para no ver cómo aumenta la leyenda negra que persigue a la entidad madridista desde mayo de 2002, justo desde el momento en el que Zidane acertó con la portería del Bayer Leverkusen para dar al Real Madrid la 'Novena' y, por el momento, última Copa de Europa. Desde ese instante, con Hampden Park como testigo, el equipo madridista no sabe lo que es pisar el último partido de la máxima competición continental.

Los fallos se han ido acumulando con el paso de las temporadas. Penaltis malogrados, despistes defensivos, excesos de confianza, chorreos sin sentido, rajadas en la víspera... circunstancias de todo tipo que dieron con los huesos del Real Madrid fuera de Europa. En ninguna de estas once ocasiones precedentes, el equipo hoy dirigido por Mourinho había llegado con el subidón moral de haber sido capaz de ganar al Barcelona en dos partidos en cinco días, eliminación copera incluida. El Tottenham ha sido el único equipo con cierto nombre que ha caído derrotado ante el Real Madrid en su estadio en eliminatoria directa.

Los dos triunfos ante el 'eterno enemigo' ha llevado a la afición y al entorno madridista a vivir en un estado de euforia desconocido e inesperado tras lo sucedido en los últimos meses. Tal es la excitación que se mira al United como un equipo menos, algo que ha intentado de combatir el propio Mourinho, primero a los jugadores y después a unos aficionados que en número de 3.000 estarán con el equipo blanco en Old Trafford desafiando el frío y, en especial, la huelga de Iberia.