El vestuario del Real Madrid se blinda, mientras Florentino Pérez busca filtradores

El Real Madrid espera la llegada del Barcelona con una de las dos balas en juego que le queda en la presente temporada. Lo hace con un vestuario blindado ante todo y una entidad con algunas dudas como consecuencia de las filtraciones y los muchos rumores de los que es protagonista el club blanco en los últimos meses, con Mourinho como actor principal en la mayoría de las ocasiones y la complicada relación que mantiene con sus jugadores.

En el césped no hay autogestión, con Mourinho es imposible y tampoco lo han pretendido, pero sí cierta independencia. Así se lo han pedido al técnico, solicitando una rebaja en la tensión del trabajo diario, de la misma manera que se han comprometido a estar a su lado, a mantener una relación profesional al máximo hasta el final de campaña. Así se lo comunicó Sergio Ramos en una reunión mantenida con Mourinho, la segunda que se produce en menos de un mes. La primera tuvo lugar en diciembre y ambas han servido para la firma de una tregua entre ambos. El cambio se ha transformado en la presencia en las semifinales de la Copa del Rey y en sendas goleadas ante Valencia y Getafe.

La plantilla ha dado un paso al frente. Los madridistas han llegado al momento decisivo de la temporada más convencidos que nunca, desde el pasado mes de agosto, de poder hacer algo importante en la Copa del Rey y en la Champions. El eje central de esta declaración de intenciones ha llegado tras el complicado inicio de 2013 que han tenido, con episodios varios protagonizados por el entrenador y jugadores como Casillas, Ronaldo y Di María. Los capitanes y CR7 están siendo los jugadores que están arrastrando a los demás. Labor de equipo. Iker y Sergio pidieron un gesto al resto de jugadores y han respondido, con el portugués como líder. 

Ronaldo ha asumido roles que antes despreciaba. Poco queda de ese jugador que inició la campaña repleto de dudas y pidiendo una salida del club. Ahora ya sabe que, tanto los dirigentes como los aficionados, están con él. Han bastado un par de gestos y una posibilidad más que real de un posible adiós para que CR7 reaccionara y empezara a mostrar al Ronaldo más competitivo y compañero desde que en el verano de 2009 apareció por el Santiago Bernabéu.

En el club quieren y pretenden que la entidad y el vestuario dejen de parecer un queso gruyere con mil agujeros por dónde sale información a diario. Los dirigentes siguen buscando los filtradores que propiciaron la última portada de Marca, algo extraño cuando desmintieron la información. Insisten en que no existió ultimátum alguno y mantienen que se intenta hacer daño al equipo atacando con factores externos. Saben que a final de temporada habrá cambios, como también conocen que algún jugador no quiere continuar al lado de Mourinho. Tras unos días repletos de nervios, los triunfos y la unión mostrada por el equipo han traído la calma.